JUAN JESÚS GARCÍA  |  Orce (Granada), 11/08/2017

"Nunca he dejado de tocar, porque es verdad que el directo es lo que más me gusta de la música, aunque hay otros momentos creativos: en el estudio y en la producción de los discos también se disfruta, pero no es comparable a la emoción y a la interacción con el público y con la banda con la que estás tocando, ese ambiente de banda que muchos añoramos y otros buscan continuamente". Quien así habla es José María Sagrista, guitarrista (y bajista) en los últimos años de los Triana originales hasta el fallecimiento de Jesús de la Rosa, y sobre todo titular de Círculo Vicioso, activa marca en la Andalucía de los años ochenta/noventa. Sagrista se ha cansado de firmar solo los créditos de los cientos de discos que ha grabado en su estudio de Puntapaloma (uno de los más prestigiosos del país) y se ha echado a la carretera con unos CV reactivados con sangre fresca (de Max Nata, quien hoy actúa en el Puntarrón de Monachil, por cierto). Un trío que en el castillo de Orce rememoró con un sonido pluscuamperfecto aquellos años de éxito (con 'Portero de Noche' y 'Argentina' rematando su actuación) y mucho de los venideros, con estampa sobria, de trío básico, mucho recorrido en guitarra y una rítmica tan rica como armada. A 'Tiempo' va a seguir 'Camino futuro', así que hay círculos viciosos para dar vueltas un rato.

El festival TROGLODITA ROCK discurrió a partir de ellos por caminos más agrestes, los de Gato Negro, en línea más reivindicativa y dura (y un punto aflamencada) tocando lo que será su segundo disco a doble voz, y los motrileños Proyecto Escrache, rizando el rizo del rock reivindicativo, un sonido brutal y una puesta en escena cuidada, desde las alocuciones de nuestro próceres como sintonía a sui géneris adaptaciones (de Toto por ejemplo). Una banda matagigantes, ferozmente artillada y de lengua bien afeitada. "Si algo caracteriza a los músicos de este país, sobre todo los de rock, es la vehemencia con la que nos lanzamos una y otra vez a lo que nos apasiona, así que con nosotros no podrán". Y no le falta razón a Sagrista.