DANI ILLANA  |  Granada, 25/02/2010

Diez años (¡Cómo pasa el tiempo!) ha cumplido ya uno de los lugares clave de la movida granadina. Allí donde se deja colgadas sus dudas Lapido. Para celebrar tan importante efeméride la Sala PlantaBaja fue el escenario elegido para que un importante grupo de artistas, representativos del hoy y, por supuesto, del ayer (tan importante en La Percha) de la escena nazarí salieran a mostrar el increíble potencial que sigue teniendo la música granadina.

Los encargados de abrir fuego fueron Billy the Kid y sus Secuaces, que dejaron muestra de sus capacidades para hacer auténticos fogonazos de pop. El trío Tres Pequeños Placeres, absolutamente delicioso, fue, con otro par de canciones, la siguiente lista en el menú, que seguía creciendo con la presencia de Pablo G en el escenario. Uno de los mejores representantes de las nuevas generaciones, el hijo del cantante de Los Ángeles dio una buena muestra de sus capacidades interpretativas y de su forma tan sensible de entender la música. Ana Lógica, el grupo más sui generis de la noche, demostró que las tablas que van acumulando les dan algunos puntos extra. El último representante de los novísimos fue el quinteto Sueter; con unas capacidades sonoras a toda prueba, pecan de excesivo estatismo sobre el escenario (de Los Planetas se copian las cosas buenas, y también las malas).

Como dijo el maestro de ceremonias del acto, tras ellos llegaron los platos fuertes de la noche. Jean Paul descargaron su capacidad lírica en un set -como todos, por otra parte-, demasiado corto. El final lo pusieron con la versión del 'Raindrops keep falling on my head' de B J Thomas cantada a dúo por Raúl Bernal y un Paco Chica que fue muy solicitado toda la noche. Para aliviar el cambio de escenario, Juano Azagra, vocalista de Bombones, interpretó una desnuda y lisérgica versión del 'No surprises' de Radiohead. El broche final lo pusieron las dos bandas más ligadas a este local. Los Esclavos siguen en constante crecimiento y dejaron muy buenos momentos. Una interpretación sensacional de 'Sin dirección', la versión de los 400 golpes (de nuevo con Paco Chica a dúo) y ese magnífico y futbolero final en el que Miguel Pérez se preguntaba por qué los domingos le abandonaban fueron lo mejor de su estancia en las tabla de PlantaBaja. Broche final de lujo con, no podía ser de otra manera, Dorian Gray, que han vuelto a grabar un nuevo trabajo 'Música para la sala de máquinas', pero que arrancaron con su primer single. El final catártico que se produjo con la interpretación de 'Chicas al poder', que fue secundada por un buen puñado de féminas que se subieron al escenario a reclamar su parte de protagonismo en una noche en la que, resulta sorprendente, sólo ocuparon un pequeño papel (el de Ana Gutiérrez, de Los Esclavos). A las doce en punto se ponía un tempranero fin a tres horas de música casi sin interrupción. Se echó en falta alguna sorpresa final, pero la velada tuvo argumentos más que suficientes para ser recordada.