JOSÉ MANUEL ROJAS  |  Granada, 22/01/2012

'Borrachito' el segundo trabajo discográfico de SERGIO PAMIES, es una nueva confirmación de que el talento de los músicos granadinos debe ser promovido y no perseguido por las instituciones locales. El pasado día 13, durante su presentación, en un Teatro Isidoro Maiquez lleno hasta la bandera, el pianista granadino agradeció a Juan Santos, propietario del Eshavira, esas primeras oportunidades para salir del cascarón en los directos. Pero es que, junto a él, estaban como banda otro ramillete de músicos criados en el local de Calle Elvira de Granada y que, como en el caso del bajista Julián Heredia, comienzan a tener una repercusión internacional en el mundo del flamenco. Músicos todos que necesitan espacios para mostrar su trabajo y vivir dignamente en una ciudad que no parece dejarles.

Sergio, residente en Estados Unidos, donde ejerce como docente, volvía a Granada, con parada previa y triunfal en Madrid, presentando un disco que sigue la magnífica línea de su anterior 'Entre amigos'. Abrió con la bulería que da título al mismo para continuar posteriormente con 'Ask me now' de Thelonious Monk, una pieza netamente jazzística donde todos los músicos tienen espacios compartidos para su lucimiento personal.

Pamies, muy comunicativo durante la velada, presentó a su banda e inició una sucesión de agradecimientos y dedicatorias que tendría paradas en sus padres, su pareja y un montón de artistas con los que ha contado en la grabación y a los que admira, citando a Antonio Serrano, Diego Amador, Pepe Luis Carmona y el percusionista Rubem Dantas entre ellos.

Hasta once músicos llegaron a estar sobre el escenario en algún momento, siendo la tónica general que se dieran relevos según la necesidad de cada uno de los espacios musicales. Los más flamencos fueron llegando poco a poco, como en la soleá por bulerías '1312 Kendolph Drive' cuando, en un brillante espacio con protagonismo absoluto del piano, Sergio "El Colorao" metió una hiriente letra de soleá de Alcalá o, posteriormente en unos tangos que hicieron menear las cabezas y pies de todos los presentes por su marcado y cercano soniquete. A estas alturas del concierto Sergio Pamies había vuelto a demostrar que tiene la picaresca del flamenco junto a la técnica del jazz -solamente hubiese bastado con escuchar 'Alegrías de la Paquita' para darse cuenta de esto- en una receta única con dos ingredientes que no son aptos para cualquier cocinero de sonidos tan particulares. Y no apto para corazones demasiado sensibles fue el dueto sorpresa que protagonizaron el pianista junto a Soleá Morente, evocando uno de los pasajes de la película 'Chico y Rita'. Ambos transmitieron frescura y cierto grado de improvisación en una pieza que sigue dando pistas sobre la futura carrera de la mediana de los Morente. Tras la emoción, la fiesta terminó con recuerdo a las noches canallas del Eshavira y un fin de fiesta multidisciplinar donde el pianista se tuvo que meter una patá bulera. ¡Hasta "pa" esto tuvo arte!