JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 13/09/2011

La trigésimo primera edición de los FESTIVALES DEL ZAIDÍN comenzó en la noche-madrugada del jueves-viernes confirmando que los milagros sí existen. Soportando cada edición un par de vueltas más de tuerca por parte de la casa municipal (que aprieta ya a cuatro manos, con portavoces directos y también teledirigidos), cada año da la sensación de que pudiera ser el último. La explicación del "tercer grado" la dio hace varios años una concejal desde el mismo escenario: "sí, hay muchísima gente, pero de estos no nos vota nadie". Y luego ya vino la crisis... miel sobre hojuelas. Lo que sí será es el último gratuito, concretamente la Noche Mestiza fue el final de los festivales regalados, y unas 5000 personas como poco se asomaron para beneficiarse.

Como todas las tradiciones se cumplen, a la hora de comienzo, cuando salieron Los Galgos, tuvieron delante mucho espacio para correr, todo, ya que además de su familia, varios amigos y el arriba firmante, nadie más estaba allí. El formato de power trío este grupo reclama atención, y más en directo, ya que sus grabaciones no tienen la presencia de su relectura en vivo. De que la denominada Noche Mestiza lo es hasta la promiscuidad estilística (o el desorden) dieron buena muestra los dos grupos siguientes: los rugosos King Size Co, setentones a mayor gloria de Bad Co y demás grupos de Flynn-V, pata de elefante, melena al viento y air-guitar. Los cántabros manejan muy bien esas robustas y sudorosas claves, como Physical los del metal. Ya casi Canker y Azrael mitad por mitad, sirven esos dos extremos, el thrash y el heavy más clásico para buscar la media con un notable bruñido de metal contemporáneo, como se oye en su disco 'Sold souls' y en su construcción de cuerpo presente, que hicieron entera.

Para cuando los Aslándticos asomaron, con el preceptivo cuartillo de hora de retraso, ya estaba ocupada la mitad casi del recinto habilitado este año. Comenzaba la parte de fiesta del programa, en el caso de los cordobeses "averiguando" un concierto bullicioso y compartible, elemental, muy directo, con insistentes estribillos, pegajosos como chicle usado, y continuas citas al respetable que siempre entraba al trapo. Con un poco de perspectiva, los cordobeses acaban de aprobar 1º de Eskorzo, eso sí, con notable alto, y resultan fulminantes en directo. Obviamente los granadinos (en la foto) están mucho más allá de la "bullaporbullabullalcuadrado", tal vez incluso demasiado para pretender automáticamente el masaje del feedback. Su capacidad instrumental y su curiosidad se han disparado exponencialmente, y en directo dan susto, tanto que difícilmente su inminente grabación "live" pueda prensar semejante explosión de energía. A partir de 'Paraisos artificiales' han retorcido el concepto de fusión, con arreglos sofisticados e imprevisibles recursos, hasta convertirlo en una suerte de 'Sgt Pepper's' del ramo que ha envejecido instantáneamente a todo el sector, y que ofrece mucho más de lo que cabe en la boca. Así, su plasmación en directo con maneras de cabaret total y fanfarria frenopática requiere de algunos segundos de asimilación. Y ellos no sólo no los dan, sino que enlazan dos horas seguidas sin tomar aliento en una exhibición olímpica de forma física y artística. Tras Eskorzo no vuelve crecer la hierba... ni el césped.