JUANMA CANTOS  |  Madrid, 06/09/2011

Se iniciaba, coincidiendo con el principio de mes, una nueva temporada de la actividad frenética de conciertos en Madrid y, de esta manera, llegaba la primera cita postvacacional con el ciclo Heineken Music Selector en el Teatro Circo Price de Madrid.

Como bastante a menudo ocurre en conciertos de este tipo, donde supuesto telonero y grupo de cabeza de cartel son de una calidad tangible, resultó que el concierto de OKKERVIL RIVER superó con creces el de THE DRUMS. Y no es que el de los de Brooklyn fuese un mal concierto, eso sí, un poco escaso de ganas y de pegada, pero es que los tejanos resultaron vibrantes y arrolladores por momentos. Pop-rock sureño, el de los de Austin, "enfrentado" a un indie-pop de rabiosa influencia british, el de los neoyorquinos, en el que los primeros salieron ganando por goleada.

Los de un "espídico" Will Sheff -sudó, y mucho, no paró de moverse, de animar al público...- abrieron y se encontraron con un recinto aún a medio llenar, pero, en vez de conformarse con lo que había, tiraron del carro con fuerza para acabar firmando un concierto redondo y recio, en el que las canciones llenas de matices del sexteto se mostraron mucho más embriagadoras que en su versión grabada. Especial mención a la finísima multiinstrumentista, Lauren Gurgiolo, que puso las guindas al ya de por sí suculento pastel.

La presencia de The Drums significaba el primero de los conciertos de la gira de los norteamericanos, que empiezan a dar a conocer en directo las canciones incluidas en su nuevo disco, recién editado, 'Portamento'. Se les notó faltos de rodaje -o de estímulos, quizá- y ni siquiera el carisma y los bailes de su cantante y frontman, Jonathan Pierce, lograron llevar el espectáculo por la senda correcta. Tuvo fases interesantes, como cuando tiraron del repertorio más conocido de su primer álbum, pero no conectaron con un público que, estoy seguro de ello, esperaba (bastante) más.