EDUARDO TÉBAR  |  Granada, 08/02/2010

Visto de cerca, Eddie Roberts parece un recatado integrante de cualquier grupo de pop. De hecho, hasta le confunden con el cantante de Nada Surf. Cualquier cosa menos la realidad: este espléndido guitarrista lidera la que quizá sea la banda de funk -o deep-funk, como precisaban los carteles en la calle- más en forma del continente en estos momentos. Los NEW MASTERSOUNDS celebran una década de groove insaciable con la presentación de un álbum de título diáfano, el elegante 'Ten years on'.

El movimiento se demuestra andando. Y el cuarteto británico aplica la máxima en constante desafío al fondo físico. Al del público y al suyo propio. Salen a concierto por noche. Pero en el Boogaclub de Granada batieron el récord de la historia de la sala: ¡tres horas de actuación! Marca sólo comparable a las jams semanales del guitarrista de jazz Dan Ben Lior. Si bien el israelí juega con ventaja, ya que suele ceder tiempo de escenario con generosidad a quien lo solicite. Veinticuatro horas antes, sin ir más lejos, compartía tablas con Rubem Dantas, Paul Stocker, Pancho Brañas y Ángela Muro, entre otros, para recaudar fondos en beneficio de Haití.

La elección de los New Mastersounds resultaba perfecta para una velada celebrativa en el Booga. Una remezcla de su frenético 'Thirty three' forma parte de la nueva recopilación de PPGU Falconetti y Sr. Lobezno, 'Afrodisia Club. Original black music for the dancefloor', que publica -como ya ocurrió con los dos volúmenes de 'Groovadelia'- el sello Vampisoul.

En este caso, ilustrando con canciones lo más pinchado durante los últimos meses en la cabina del Afrodisia, hermano mayor del Boogaclub y centro de peregrinaje para los dj's más reputados del circuito de la música negra en Europa. Sin duda, la labor divulgadora de Falconetti y Lobezno ha dinamizado de manera definitiva estos sonidos tanto en Granada como en el resto del país. A ellos hay que agradecerles la excelente programación de ambos garitos. Nodriza, además, para figuras cardinales de esto de la negritud en España como Miguel Ángel Sutil e Íñigo Munster.

En directo, los de Leeds incrementan la pulsión rítmica y evitan la dispersión evasiva a la que a veces tienden en los discos. Cuesta tropezar con percusionistas magos tan alucinantes como Simon Allen, capaz de imponer un trote enajenado de locomotora. Transporte expreso a la locura. Menos Hammond que en sus grabaciones y más visibilidad para el jefe, el travieso Eddie Roberts.

Su aspecto y maneras de manso guitarrista chocan con los efectos danzarines de su música. Fino y estiloso, demuestra que se pueden obrar milagros sin digitación ostentosa. Precisamente, 'Miracle' abrió el largo festín, en el que recordaron piezas obligadas de su ya abultado repertorio. 'You got it all', 'One note brown', sumadas a las perlas de la cosecha reciente ('The road to fuji road', 'Make me proud!') y un homenaje a Michael Jackson. Ciento ochenta minutos de regocijo. Cualquier día nos los encontramos en el libro Guiness.