JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 28/06/2011

Si Cádiz tenía sus Beatles, nosotros también nuestros Pink Floyd. Son THE PINK SOUND (antes The Crazy Diamonds Band, nombre ya registrado) banda reunida al calor de su devoción por los londinenses. En noviembre de 2008 se encontraron estos dos maestros de música, una profesora y musicoterapeuta, un sociólogo, dos pintores y dos músicos profesionales con la intención de revivir el legado de aquel mítico grupo. Y en eso están: el pasado sábado presentaron una vez más su cara oculta en la sala Amsur de Granada.

- ¿Por qué Pink Floyd?

- No somos un grupo que se haya juntado para hacer un tributo y que haya decidido que sea de Pink Floyd. Más bien ha sido todo lo contrario, nos hemos conocido y nos ha unido la música de esta banda por la que todos nosotros sentimos una gran admiración, un especial cariño y un enorme respeto.

- ¿Con qué criterio se arriman a Pink Floyd?

- Nuestro objetivo es acercarnos a ellos lo máximo que nos sea posible. Tomamos como referencia los discos de estudio, aunque también nos nutrimos de los directos que son muy ricos. Nos gusta que la gente cierre los ojos y por un instante se diga a sí misma: "¡joder, estoy escuchado a los Pink Floyd!"

- ¿Fracción Barrett, Waters o Gilmour?

- A esta pregunta contesto a nivel individual (Herí: saxofonista y cantante). Yo no me paro a preguntarme cuál de ellos me gusta más. Por fortuna, creo que todos han sido muy creativos y originales y tampoco hay que olvidar a Wright, que también aportaba lo suyo. Para mí, no hay un enfrentamiento necesario entre ellos.

- ¿Con qué época del grupo se quedan?

- Si nos atenemos a los temas que de momento tenemos montados, está claro que nos quedamos en la década de los 70. No le hacemos ningún asco a los inicios ni a los discos que grabaron sin Waters, pero es que 'The dark side...', 'Wish you were here' o 'The Wall' dan mucho de sí. Hemos tocado otros muchos temas y tenemos claro que, aunque nos centremos en esa década, también quisiéramos pasar por todos o por casi todos sus discos, ya veremos.

- Los instrumentos digitales ayudan lo suyo, ¿o prefieren el original en analógico?

- Hoy por hoy estamos mucho más con los originales, con lo analógico que con la tecnología punta. No tenemos grandes recursos económicos y también nos gusta el reto de sonar por nosotros mismos sin grandes artificios. De todos modos, todo lo que sea mejorar el resultado final sin ofender a la inteligencia del público, creo que es bienvenido, aunque, de momento, somos nosotros y nuestros instrumentos.

- Así que no necesitan prismas, ladrillos o marranos... Pero, ¿son fetichistas? ¿Guardan un pedazo del cerdo de Waters que desapareció en Atarfe?

- Para nada. Lo que nos motiva es la música en sí e intentar captar y transmitir la esencia de la banda a la que le hacemos tributo. Lo demás, es cosa de poca monta. Por cierto, yo hubiera preferido que la gente no se hubiera cargado al cerdo y lo hubiera dejado volar. Pero, ya se sabe... por aquí, somos muy brutos (risas).