REDACCIÓN  |  Madrid, 25/06/2011

Del 8 al 24 de julio de este ya tan caluroso verano de 2011, el Teatro Lagrada de Madrid tiene en cartel el montaje de 'EL CEMENTERIO DE NEÓN', de Antonio Rojano, Premio Caja España 2009. La Compañía Dekómikos, dirigida por Jorge Cassino, vuelve a apostar por el teatro de texto de novísima factura dramatúrgica. Su joven autor trabaja con los intertextos del cine americano más cañero (las road movies, los films de David Lynch, de Scorsese, de los Cohen), del teatro rabiosamente contemporáneo (Pinter, Sarah Kane, Mamet), de thrillers televisivos ('CSI', 'Policías de Nueva York', 'Mentes Criminales') sazonado con música pop y jazz. Con estos ingredientes crea un texto de diálogos fragmentados, donde es mucho más lo que no se dice, una función de atmósferas inquietantes más que de perfiles psicológicos definidos.

El espectáculo apuesta por el actor, por un teatro de intensidades de actuación, en el que los intérpretes crean sus espacios de actuación para que naden sus personajes armando y desarmando los espacios del relato con una escenografía-puzzle que revela el artificio teatral pero dotándolo de auténtica vida escénica.

Las luces a cargo de Nahuel Narocki y los efectos sonoros realizados por Sepu Sepúlveda acentúan atmósferas y momentos de inquietud, de humor sarcástico y de un final "casi" inesperado.

'El cementerio de neón' hace referencia a ese inmenso trastero de viejas marquesinas y carteles luminosos de los casinos de Las Vegas apilados en desorden: chatarra en medio del desierto después de sus cinco minutos de fama. La ciudad de Las Vegas, edificada en el desierto, iluminada 24 horas al día con luces de neón invitando al juego, al ocio y al placer, es un artificio creado de la nada y en el que suceden una serie de crímenes de mujeres jóvenes, de cuyo móvil el o los asesinos no dan razón.

El comisario Rifkin asigna el caso a dos de sus hombres: los inspectores D'Angelo y Bianchi, interpretados por Joseba Hernández e Iñaki Torrebiarte, respectivamente. En la tarea de descifrar esas muertes, los polis americanos, de origen italiano, se irán descubriendo a sí mismos en sus intimidades inconfesables, en sus traiciones. en su profunda soledad, en su enfrentamiento por una misma mujer.

El autor, el joven cordobés Antonio Rojano, es uno de los integrantes de la novísima dramaturgia española y cuenta con galardones como el Premio Nacional de Teatro para Autores Noveles Calderón de la Barca por su obra 'Sueños de Arena', el Premio Miguel Romero Esteo para jóvenes dramaturgos andaluces y el Premio Marqués de Bradomín (INJUVE), por su texto 'La decadencia en Varsovia', estrenado meses más tarde por el Centro Andaluz de Teatro.