MIGUEL LOPOTT  |  Madrid, 14/06/2011

Tras siete años de retraso, el compositor Xavier Benguerel Godó (Barcelona, 1934) y el libretista Jaime Salom (Barcelona, 1925), han conseguido poner en escena la ópera 'YO, DALI' concebida para celebrar el centenario del nacimiento del genio Salvador Dalí. Con la presencia de ambos en el Teatro de la Zarzuela de Madrid se estrenó el pasado 10 de junio está ópera de trece escenas distribuidas a lo largo de cuatro actos que dan cuenta de la vida, impotencia, excentricidades y demencias del magalómano Dalí, siempre a la sombra de la musa, la diva, la sensualidad, la inspiración, la gran mujer Gala y bajo la mirada de sus amigos Buñuel, García Lorca, Goemans, complementada con la observancia de su padre y su hermana.

Acto Primero:

Discurre desde el primer encuentro de Dalí, allá por los años 20, con Gala junto a su marido, el mítico poeta francés Paul Eluard, hasta la declaración de amor entre ambos en el cabo de Creus.

Acto Segundo:

Gala y Dalí se mueven entre las galerías de París, los hoteles del Costa Azul, hasta acabar en Nueva York destrozando los escaparates de los Almacenes Bonwit-Teller. Es el auge del Genio Surrealista dirigido por la poderosa influencia de Gala.

Acto Tercero:

Dalí, convertido en el Maestro de Ceremonias de su propio circo, un circo esperpéntico reflejo del talento de su persona. Es el momento para la dispersión de Gala, para caer seducida por el actor que da vida a Jesucristo Superstar en Broadway, para ceder a las pretensiones del mafioso Mr. Casteli en su afán de obtener valiosas láminas en blanco con la firma de Dalí.

Acto Cuarto:

El apoteosis final muestra el ocaso de Gala y Dalí, de su relación, de sus vidas.

Los papeles protagonistas vienen de la mano del Barítono Joan Martín-Royo (Dalí) y la Mezzosoprano Marisa Martins (Gala), se desarrollan con un alto nivel interpretativo y lírico. La Orquesta de la Comunidad de Madrid, con más de setenta miembros, bajo la dirección musical de Miquel Ortega, crea con acierto el soporte musical necesario tanto para el elenco de tenores, bajos, barítonos o sopranos como para la interpretación coral. Total naturalidad de todos ellos para amoldar sus voces a los tres idiomas en los que sucede la existencia de Dalí: castellano, catalán e inglés. La ópera, así, va tomando forma a medida que avanza creciendo linealmente hasta conseguir el culmen del mundo onírico de Dalí en el acto final. Destacados los solos de clarinete bajo y de violonchelo. La escenografía de Quim Roy resulta funcional y acompaña el desarrollo de la acción consiguiendo ambientar sin caer en el previsible tópico de recurrir a la obra del propio Dalí. El vestuario creado bajo los figurines de María Araujo está a la altura del evento, destacando el colorido del circo de monstruos de los que se rodea el Maestro.

Una demostración más de que la ópera española está en momentos dulces y para muestra está coproducción del Teatro de la Zarzuela, de Operadhoy y del Gran Teatro del Liceo.