JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 02/06/2011

Hace veinte años que salía el primer disco largo de LAGARTIJA NICK, aquel vinilo (era lo suyo) hecho a tercios con Fino Oyonarte y Félix Arribas (¡de Los Pekenikes!) que con títulos como 'Hipnosis', 'Déjalos sangrar', 'No lo puedes ver', 'Ahora' o 'Tan raro...' cimentaron la historia, ya casi leyenda a estas alturas de las siglas LN. Algunas de ellas, como las tres últimas citadas, completamente vigentes por cierto, sonaron en la Tren en el concierto de presentación de 'Zona de Conflicto', extraordinario trabajo que demuestra que está bien, vivos, en expansión y todavía con capacidad para sorprender. Los Lagartija de ahora han regresado a aquella misma fórmula de inicio, ya que con la salida de Lorena Enjuto se ha reconcentrado a trío, plantilla elemental pero que como el lavavajillas cunde mucho, porque tres pueden ser muy pocos, suficientes o excesivos, y en este caso hasta brutales.

Coherencia se llama programar antes a Varaverde, reconversión traducida de Maine que juega con la tensión como si teledirigieran el perfil de intensidad con un joystick. Aún siendo también veteranos recuerdan la zona intermedia de los de Antonio Arias, y hasta en las voces a algún pionero del punk madrileño de los setenta que mejor no mentar. Aún al día siguiente uno se descubre cantando el inquietante estribillo de 'La espera', y reconoce el impacto subliminal del grupo.

Lo de los Nick fue una celebración, lo es social como en el caso del Lapido mayor, encontrándose en la platea caras que sólo se ven y saludan en uno de ambos conciertos. Pero también lo es de escenario hacia atrás ya que tienden al encuentro "amigremial" casi multitudinario. Cara al público Arias no se resiste a dejar la guitarra, con ella abrió el concierto, sin bajo, pero es cuando coge su Gibson negra cuando golpean en el vientre hasta cortar el aire. Ahora hay espacio para disfrutar con el trabajo individual, impresionante y agotador el de Víctor, y soberbio el de Eric, ya que su trabajo en timbales y su habilidades polirítmicas son los pilares de hormigón donde se sostiene todo... y mención especial para el técnico que consigue llevar los tímpanos al límite de implosión sin perder la nitidez.

La urgencia iracunda de los temas antiguos, aquellos 'Nuevo Harlem', 'Satélite', 'Disneyworld'... contrastan con la amplitud melódica y variedad de buena parte de 'Zona de conflicto', con algunas "canciones al estilo Lori Meyers", como dijo divertido Arias invitando a tres de sus miembros al escenario. Mientras que otras "de la edad media" como 'Úsame', a tres bandas se reconvierte en una auténtica barbaridad que entra a golpe de martillo pilón. También invitaron a David Fernández a compartir escenario (un fallo lamentable del libro 'Omega' ha sido ni siquiera nombrarle), y a Jota, que asomó abducido por la galaxia flamenca por donde orbita últimamente. Eran solo tres, en Lagartija Nick hay sitio para muchos más, para casi todos.

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