JUANMA CANTOS  |  Madrid, 30/03/2011

Va "a su bola", y se lo puede permitir. Es más, se lo debe permitir. GRANT HART es un artista de larguísima trayectoria, de vuelta de todo. De sobra conocido por haber sido batería (y pieza clave) de Hüsker Dü, uno de los grupos predecesores y, por qué no decirlo, fetiche de los indies más rockeros que vivimos los noventa con intensidad. Grant Hart estuvo el pasado viernes en el Pop & Dance Club de la sala Ya'sta de Madrid para ofrecernos lo que ahora le gusta hacer: Rock crudo.

El concierto fue de los que amas u odias, sin medias tintas. Con la única compañía de una Epiphone medio cascada, y con una actitud plenamente punk, Grant Hart, fiel a sí mismo, nos estrelló contra los oídos un conjunto de canciones áridas y salvajes, con el único momento de respiro que el americano nos daba para acercarse a su ampli e intentar hacerlo sonar decentemente y así continuar soltando trallazos de una intensidad demoledora. No posee una gran voz, ni toca la guitarra con maestría, y lo sabe, pero de su show se desprendieron honestidad y cientos de escenarios pisados.

Abrió el concierto, como en cada uno de los de la presente gira, el gaditano DANI LLAMAS. Dejando a un lado el rock tenso y musculoso de GAS Drummers, se mueve ahora a la perfección en la "americana". Progresión natural si se escuchan cronológicamente las obras del extinto grupo jerezano. Lo de Dani es una sucesión de temas perfectamente compuestos, llevados a cabo notablemente gracias a la peculiar y bien limada voz de su autor. A Dani le bastó su acústica para convencer en los temas de su nuevo 'Minor Epic' o al rescatar canciones de su debut, 'Speaking Thru The Others' como 'Kiss me when I'm death' o 'Tied hands', con la que se despidió, canciones que por momentos sonaron a unos primigenios R.E.M. o a un (ponga aquí el lector el nombre del artista masculino folk-rockero de nueva hornada que prefiera) en forma, sabiendo lo que se trae entre manos en ésta, su nueva etapa artística. Promete volver con banda completa y en eléctrico. Oído lo oído, no se nos ocurrirá perdérnoslo.