RAMÓN HONRADO RECA  |  Jaén, 12/03/2011

Noche de viento en Jaén. Se presentan los tres jinetes del blues jiennenses en el escenario de 20th Century Rock. GUADALUPE PLATA comienzan el espectáculo con 'Rai' y meten al público en esa atmósfera cenagosa en la que tan bien saben moverse. La progresión natural de los temas les hace pasar de 'Serpiente Negra' a la única versión de su repertorio, la despechada 'I Rather be a Devil'. Va pasando el tiempo y con él las canciones, mientras la gente se menea y grita las pocas frases que marcan la realidad de la banda: "¡¡Es hipnotismo!!". Y así continúa el trío, con una actitud punk-rock, sin concisiones, sin paradas ni explicaciones de ningún tipo; y de pronto suena una canción desconocida. Una canción marchosa se cuela entre 'Como una serpiente' y 'Veneno', el público pega la oreja mientras mueve el esqueleto, el tema inédito se llama 'Soy tu esclavo'.

El encuentro pasa al lado más esotérico: 'El Boogie de la muerte', 'Rezando', 'Jesús está llorando' y sobre todo 'Gatito' (Ya saben: "¿¡qué se siente al matar a un gatito!?") hacen que las cabezas se agiten y pies se muevan casi sin querer; mientras Perico (Pedro de Dios, para ser más correctos) zapatease el escenario haciendo llevar el ritmo a su fuzz que no paraba de saltar, Carlos Jimena aporrease los tambores de una manera que sólo los dibujos animados me saben dar una definición cercana (Pedro Picapiedra o Popeye podrían valer según en qué situación); y Paco Luis Martos electrificado, dejando temas atrás el barreño, como El Padrino esperando en el coche junto a la acera.

'Habichuelas del Oeste' calma el ambiente como un rasgado funeral, el horizonte se ve lejos y los focos parecen un acuciante sol. Llega un momento que siempre les funciona a los bluseros de los cerros en Jaén: 'Lorena', el público baila, grita, balbucea, brinca, el público vive. Termina el bolo con la delirante 'Baby', ellos saben de sobra lo importante que es terminar un concierto en ascendente. Al final se queda en la conciencia esa música que les va a llevar de nuevo a donde nació todo esto, esa música que huele a Delta del Mississippi, suena a cruce de caminos y sabe a sangre derramada.

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