ARTISTAS, GRUPOS...:
Pianobomba | Isaac Aguilera | Marta Peláez | Juan Antonio Martínez | El Joven Isaac
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El grupo hace gala de una notable fantasía, montando a su manera una suerte de cabaret-performance con historias de perdedores retorcidos.
Un año parece ser el plazo recomendable para que la originalidad haga acto de presencia entre la uniformidad, y más cuando el más de lo mismo parece puntuar en positivo. Si hace dos años la Elastic Band nos recordaron que aún cabía el ingenio y la originalidad, el pasado ha sido el de PIANOBOMBA, combo granadinojiennense (y más) que debutaba con el sorprendente 'Suit Vudú', disco que presentaban este fin de semana en el Boogaclub para marcar su territorio.
Isaac Aguilera y Marta Peláez son sus portavoces; Isaac es bien conocido por proyectos como Domestic, Flores para la Máquina y Leit Motiv, y por ser un entrenado músico de piano-bar; y la multiinstrumentista Marta llega con el aval de experta musicóloga y un absoluto desparpajo escénico. En disco y en directo el cuarteto hace gala de una notable fantasía, montando a su manera una suerte de cabaret-performance con historias de perdedores retorcidos ("freaks" en el sentido original de 'La parada de los monstruos') que dan vueltas y vueltas enloquecidas en su tiovivo nocturno.
Usan voces contrapuestas: de crooner grave o paródico presentador de marionetas sin chistera Isaac, con un punto de demencia en el fondo del personaje, mezclada con la frescura de Marta, que puede descolocar sus intervenciones llegando hasta la histeria si lo exige el guión. Ellos se sitúan entre "la desinteresada elegancia de Bowie, con guiños cómplices al humor de los B-52's, al histrionismo de Screamin' Jay Hawkins" saliendo de la tumba, por su puesto, "y a la fuerza devastadora de Tom Waits"... Y hasta la delirante Orquesta Mondragón primerísima, cuando cantaban letras del demencial Eduardo Haro Ibars y parecían monstruos salidos de una película de Fellini. Y sí, por ahí van, con sonido de bote electrónico y de tracción manual, toques retro y un conocimiento perfecto de las ambientaciones sonoras del cine y la TV de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado; mezclar todo en el vaso de una batidora vintage de diseño "American way of life", batir unos minutos, colar bien los restos de prejuicios, agitar, y servir con hielo pilé a temperatura de conservar cadáver. Receta original.
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Prometemos no ponernos pesados... ;)
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