ALFONSO SÁENZ  |  Madrid, 25/01/2010

El pasado sábado, 23 de enero, tuvo lugar en El Sol uno de esos acontecimientos que adoramos los amantes de los sonidos puros y sin artificios. Los que allí nos reunimos, hasta completar apenas media aforo, pudimos disfrutar de tres propuestas diferentes pero con el denominador común del rock crudo, frontal y sucio.

La agrupación madrileña Nous fue la encargada de dar comienzo a la velada. Desplegando su sonido Seattle de Móstoles, consiguieron evocar a todos los que añoramos los dorados 90, unos recuerdos familiares y de andar por casa. No faltaron melenas zambulléndose por entre los ritmos eficaces y poderosos que desplegó el trío. Supieron combinar con gran naturalidad el punk rock desgarbado y ácido de bandas de la Sub Pop como Mudhoney o Cat Butt con otros temas puramente nirvaneros. Todo ello, aliñado con una potente base rítmica y una guitarra eternamente distorsionada que hicieron las delicias de los incondicionales del grupo, quienes lograron animar a un público bastante apático en general.

La segunda actuación de la noche estuvo protagonizada por Los Sangrientos, a quienes acompañaba el productor y guitarrista Paco Loco. La banda asturiana reaparecía por los escenarios tras largo tiempo de letargo. Tiempo que parece ha conseguido coagular la sangre roja y fresca de antaño transformándola en una sangre espesa, manida y sin color. Comenzaron dubitativos y sin pegada, incapaces de atraer a unas pocas miradas distraídas. De principio interpretaron sus propias composiciones, básicamente rockeras, de riffs machacones y tonalidades oscuras. Tras un rato de machaconería, el vocalista de los Sangrientos se retiró dándole la alternativa a Paco Loco, quien asumió a la perfección el papel protagonista. Este factor supuso un salto de calidad bastante notable respecto a lo visto anteriormente. Hecho que el público supo valorar y agradecer. Los tintes noise, indie, punk rock o folk rock de Paco Loco, supieron contagiar su espíritu a la banda que consiguió resucitar y levantar el concierto, arrancándole finalmente al público unos aplausos del todo merecidos.

El plato fuerte de la noche lo servía el trío sevillano Pen Cap Chew. Los de Marchena venían presentando su homónimo primer disco de larga duración, producido precisamente por Paco Loco, con el que actualmente se encuentran girando por gran parte de la Península. Pen Cap Chew se trata de una de las bandas más en forma del panorama andaluz actual y no defraudaron a nadie. Una batería y un bajo demoledores hicieron perfecto empaque con una guitarra de sonidos crunch muy en su sitio y una voz rajada y afinada. Rock indie valiente y sin trucos fue lo que nos ofrecieron estos tres sevillanos. Composiciones que, con la correcta promoción podrían llegar a ser grandes clásicos, recordaban en ocasiones a Queens of the Stone Age o Foo Fighters. El fin de su actuación vino marcado por la aparición sobre el escenario del cantante de Nous que, como no podía ser de otra manera, se desgañitó de nuevo, sumándole más intensidad si cabe al fin de la fiesta.

De todo lo acontecido a lo largo de la noche, para mí, la buena noticia: la ratificación de que el rock indie patrio goza de buena salud y que hay bandas como Nous o Pen Cap Chew que están en el camino correcto para hacer grandes cosas. No hay necesidad de artificios ni florituras cuando algo funciona; y a esta gente, sin duda, le funciona. Si algo es bueno, ¿para qué cambiarlo?

Hace ya algunos años, una amiga me dijo: "el grunge vuelve, que lo sepas". Ante tal afirmación, yo ahora me pregunto, ¿es que alguna vez se fue?