Texto: Juan Garrancho
Fotos: andrespascual.com
Un recorrido por el lejano Oriente es el que nos propone Andrés Pascual a través de "El guardián de la flor de loto", una apasionante novela donde espiritualidad, búsqueda, romanticismo y aventura se entrelazan entre sí. Un viaje que va más allá de la inmensidad del Himalaya o de los misterios del Tíbet, sumergiéndonos en el mundo interior de su protagonista Jacobo. Descubramos cuales son algunos de los secretos que se esconden tras "El guardián de la flor de loto" y su autor.
- En septiembre del año pasado publicabas tu primera novela "El guardián de la flor de loto". ¿Cómo fue su proceso de creación?
- La novela fue escrita a lo largo de cinco años, por lo que supuso para mí un período aprendizaje en varios niveles, trascendiendo incluso lo literario. Todo comenzó como una apuesta personal, como una vía para canalizar mi vena creativa, sin una intención real de ver publicado el resultado. Pero cada día que pasaba me iba sumergiendo más y más en esta aventura adictiva, me exigía más a mí mismo y disfrutaba más con cada párrafo, el corregir mil veces se convertía en algo gratificante...
- La mayor parte está ambientada en Asia, aunque por tus numerosos viajes tal vez podría haber estado situado en cualquier otra parte del mundo. ¿Qué es lo que más te llamó la atención de este continente?
- Asia ofrece una cantidad de texturas y colores capaz de colmar de exotismo cualquier novela. Y el Tíbet, mucho más allá de tópicos, desprende una espiritualidad desbordante. Las laderas de nieve salpicadas de monasterios, la serenidad con la que los tibetanos superan la dureza de su geografía y la opresión china... Allí todo desprende energía.
- El protagonista principal es Jacobo, padre de familia que casi sin quererlo se ve envuelto en un apasionante historia. ¿Qué tanto por cierto hay de autobiográfico entre tú y él?
- Todos los libros tienen algo de autobiográfico, aunque yo por suerte no padezco ni los problemas existenciales ni los familiares de Jacobo. Lo que sí es cierto es que la novela me ha servido para dar salida a algunas de mis aspiraciones, como es formar parte del mundo de la cooperación internacional. El dibujar a los protagonistas como cooperantes me permitía llevarlos más al límite (en el caso de los expatriados se magnifican los problemas cotidianos) y, al mismo tiempo, me daba la oportunidad de sobrevolar a través de las palabras un mundo que me habría gustado conocer de primera mano.
- "El guardián de la flor de loto" tiene una base muy espiritual y de búsqueda. Personalmente, ¿qué te ha aportado?
- Todos necesitamos un horizonte hacia el que dirigir nuestros pasos. El leer tanta documentación sobre budismo tántrico tibetano ha sido muy saludable a efectos de fijarme metas certeras. Se lo recomiendo a cualquiera. El Tíbet ofrece una espiritualidad muy sencilla, accesible a pesar de su complejidad, y por eso mismo llega hasta lo más profundo del corazón.
- Tal vez tocas un tema que lamentablemente nunca ha dejado de existir, pero que últimamente ha sido más actual por la continua represión del gobierno chino contra el pueblo tibetano y su Dalai Lama. ¿Cómo ves la situación actual en Oriente?
- He escrito una novela que versa sobre salvaguardar el legado tibetano, pero desgraciadamente creo que va a ser una tarea ardua. No creo que occidente esté por la labor de enfrentarse a China. Por ello, al margen del desolador panorama político, he tratado de concentrarme en que mis lectores tengan acceso a través de la literatura a una cultura que es tan desconocida como rica, y que está en verdadero peligro de extinción. Hemos de pensar que cada uno de nuestros actos, por pequeños que sean, ha de tener su repercusión en el mundo. Espero haber contribuido con este puñado de páginas.
- Describes muy bien todos los ambientes y lugares del Tíbet, aunque sí tuvieras que resumir en pocas palabras las sensaciones de estar allí, ¿cómo lo harías?
- Es difícil resumirlas. Yo he tenido la fortuna de haber viajado al Tíbet y a otras zonas del Himalaya varias veces antes y durante el proceso de creación de la novela, y quizá eso me haya servido para transmitir con acierto las sensaciones que iba acumulando en la mochila. Si me tuviera que quedar con una sensación... el silencio atronador de las cumbres, el cielo al alcance de la mano.
- Tal vez destapas algunas verdades que para el gobierno chino podrían resultar incómodas. ¿Has recibido algún tipo de amenaza al publicar tu libro?
- La novela no hace sino poner sobre la mesa a través de una trama de ficción una realidad patente, que es la opresión que ha sufrido y sufre el pueblo tibetano. Eso está ocurriendo hoy y viene ocurriendo desde hace cincuenta años, por lo que es algo imposible de ocultar. El problema es que falta compromiso por parte de los mandatarios del mal llamado primer mundo para poner freno a esa situación.
- Has vendido ya más de 50.000 ejemplares en España. Me imagino que cuando se publica un libro se aspira a llegar al mayor número de gente posible, aunque no deja de sorprender alcanzar una cifra así. ¿Qué se siente al ver tu novela convertida en un Best Seller?
- Es algo que no se puede explicar. No se trata ya de la satisfacción que supone leer las listas de ventas, sino imaginar que has entrado en comunión con tantos hogares a través de las palabras, abanderando una historia.
- Tu libro me ha parecido muy cinematográfico, casi como si estuviera viendo y viviendo una película. ¿Te gustaría que alguna vez se llevase a la gran pantalla?
- Claro que sí. Me gusta el cine y sería muy interesante comprobar la forma en la que un director plasma sobre celuloide las sensaciones que yo he narrado sobre papel.
- Lo has dedicado a la memoria de tus abuelos Andrés y Gonzalo. ¿Cómo fueron de importantes en tu vida?
- Fueron dos pilares fundamentales en mi vida. De hecho me enorgullezco de considerarme una mezcla de ambos, al 50%. Desde niño lo compartí todo con los dos, y tuve la suerte de que ambos muriesen nonagenarios. Ambos vivían muy cerca de mi casa y estaban presentes en todo momento. Mi abuelo Andrés escribió unos libros de ortografía llamados "Mis Dictados" que se estuvieron reeditando y vendiendo durante cuarenta años; por eso digo en la dedicatoria que pinceló de letras mi infancia. Y mi abuelo Gonzalo, que me enseñó la abogacía, era como una caja de fuegos artificiales, desprendía energía por todos sus poros; por eso se lo dedico diciendo que él llenó esa infancia de ilusiones.
- "El guardián de la flor de loto" ha sido publicado por "Plaza & Janes". ¿Cómo conseguiste que viese la luz con esta gran editorial?
- Primero conseguí convencer a mi agente literaria, Montse Yánez, para que me representase. Fue ella la que a su vez consiguió el contrato con Random House Mondadori para el sello de Plaza Janés.
- Creo que ya estás trabajando en la confección de tu siguiente obra. ¿Seguirá la línea de "El guardián de la flor de loto" o te gustaría ambientarlo en otros lugares?
- Tendrá el mismo tono que "El guardián de la flor de loto", manteniendo una trama llena de acción trepidante que estará a su vez cargada de poesía y exotismo provinentes de otra fuente que no será el budismo tibetano, pero que sí será igualmente romántica. Me gusta ese combinado...
- El éxito obtenido, ¿es una motivación o por el contrario una gran presión para preparar tu siguiente libro?
- Yo lo considero un regalo y, desde luego, una motivación extra, aparte de la enorme satisfacción que trae consigo el acto íntimo de escribir.
- Después del éxito obtenido en España, creo que incluso ya se han preparado ediciones en otros países ¿cómo está siendo la repercusión internacional?
- Igual de increíble que en nuestro país. Hasta la fecha ya se han firmado contratos con editoriales de Italia, Brasil, Portugal, Rusia y Bulgaria, cuyas traducciones están en marcha. Tengo ganas de tener un ejemplar en cirílico.
- Has realizado numerosos viajes: Birmania, Siria, Madagascar, Ecuador, Etiopía... y por supuesto Asia. De todos ellos, ¿cuáles han sido los más especiales para ti?
- Todos esos viajes están en cierto modo representados en "El guardián de la flor de loto", porque de todos aprendes mucho y todos te llenan de emociones inexploradas. El mero hecho de montarme en un avión hacia cualquier destino ya me causa un goce que no se parece a ningún otro. Por eso agradezco el poder explicar a través de los párrafos de una novela alguna de esas sensaciones. Podría quedarme con varios países, a ver... Tíbet, Etiopía, la selva de Ecuador...
- ¿Quiénes son los escritores que más te han influido a la hora de escribir?
- Desde que inicié mi aventura literaria siento la necesidad de aprender de cualquier autor que tenga publicada una sola línea, pero al mismo tiempo trato de no obsesionarme acerca de cómo hacen las cosas los demás. "El guardián de la flor de loto" fue una apuesta personal cargada de honestidad conmigo mismo, fue la primera vez en mi vida que hice algo sin esperar nada a cambio, sin calibrar los resultados. Sí que recuerdo momentos estelares como lector, los cuales se refieren a las novelas más dispares: desde "La Carretera" de Cormac McCarthy hasta "El Médico" de Noa Gordon, pasando por "Opium" de Jesús Ferrero, "Olvidado Rey Gudú" de Ana María Matute...
- Especialmente me gustaría que me hablases de Alberto Vázquez-Figueroa ya que viendo el álbum de fotos de tu web aparece uno de sus libros. ¿En qué medida te ha influenciado a la hora de escribir?
- Es un maestro obligando a los lectores a pasar una página y después otra, haciéndoles olvidar la hora que es.
- ¿Cuáles son tus libros favoritos de Vázquez-Figueroa?
- Me quedo con "Tuareg", por cómo transmite el silencio y los espacios incandescentes del desierto manteniendo una trama que no decae en ningún momento.
- Tu pasión por la música te ha llevado a formar parte de varios grupos. Actualmente eres la voz solista y tocas el teclado en un grupo llamado "Animalversión". ¿Qué me puedes contar sobre ellos?
- Animalversión es un grupo de viejos amigos de Logroño que, cada uno por separado, hemos formado parte de otras bandas de forma profesional en el pasado y que ahora nos juntamos para hacer versiones... animales. De ahí el nombre.
- Hace unos años formaste parte del grupo "Catorce de septiembre". ¿Cuáles son tus recuerdos más destacados de esta etapa?
- Aunque suene a frase hecha, el calor del público. Pero ante todo la amistad fraternal e inquebrantable que me une quien fue el cantante de la banda, Ecequiel Barricart.
- Y ya para terminar, aparte de preparar tu próxima novela, ¿qué otros proyectos te gustaría llevar a cabo?
- Te aseguro que la confección de una novela te pide dedicación completa. Y yo se la brindo encantado.
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