España
Directores: José Corbacho y Juan Cruz
Intérpretes: Elvira Mínguez, María Galiana y Ángel de Andrés López
Tapas fue la vencedora en el último Festival de Cine Español de Málaga. Premio a la mejor película, actriz, en la piel de la maravillosa y creíble Elvira Mínguez, y del público, con el que mantiene una relación extraordinaria tras su estreno. Y es que Tapas, además de tener un título sugerente, tiene el don de contar historias de barrio. En el Barcelona más castizo, ese que recoge a los inmigrantes sureños de otras épocas, la soledad puede ser el peor enemigo. Y ese es el elemento común entre las historias de esta cinta, que la incomunicación o el miedo a ella pueden alterar la vida de una persona.
Otra de las claves es que sus personajes son personas, de las que ves en la calle, de las que palpamos a diario con sus problemas e inquietudes. José Corbacho y Juan Cruz han sabido escarbar en el sentimiento humano para entrelazar sus historias. No tiene nada que ver con lo social y nos acercamos a un melodrama lleno de realidad y crudeza firmado por personajes dibujados a la perfección: el currante que mira más por su cartera que por sus semejantes, la mujer perdida sexualmente tras su separación, la anciana que ve su vida caer con la enfermedad de su marido o la concepción de la juventud, diferente, mirando hacia ambos lados. Un retrato fiel de la soledad, del cariño necesario, de la vida de barrio.
Su simplicidad y verismo son sus principales bazas. No importa la posición de cámara, tan solo la historia. Por eso es necesario que se refuerce la presencia física y no se interpongan ripios narrativos. La evidente sencillez técnica no riñe con la complejidad en un guión portentoso. No habrá grúas, ni picados de cámara, ni efectos digitales, pero... ¿para qué?. El cine está por encima de efectismos. Primero hay que enamorar al espectador con los personajes y luego desarrollar una historia sólida. Tapas lo consigue.
La desconexión, ya sea social, cultural, de edad o física, es otra constante con las que estos dos noveles han echado a andar Tapas. La cinta se construye de un sólido esqueleto argumental, una historia que le puede pasar a cualquiera de nosotros. El espectador se siente identificado con un argumento bastante creíble, gracias a unos personajes que hablan con gestos y miradas y que expresan todo lo que lleva dentro. Tan sólo un mínimo reproche: en esta película que habla de cualquiera y que podía desarrollarse en cualquier barrio de España, es conveniente mostrar más el elemento que le da título. Pero eso pueden ustedes salir a la calle a complementarlo.
Rafa Rus
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