EE.UU.
Directora: Clare Kilner
Intérpretes: Debra Messing y Dermot Mulroney

Hay películas menores para el mercado americano que se escapan de la razón y funcionan mejor que los inesperados pufos que nos meten semana a semana. Así nace El día de la boda, sin estrellas de relumbrón y con los mismos estamentos de composición que Mi gran boda griega. En esta comedia romántica una chica contrata a un acompañante para que acuda como pareja a la celebración matrimonial de su hermanastra, siendo el padrino su ex novio. Tal acompañante se descubre como un ser encantador y seductor.

La mentira que el espectador defiende se convierte en realidad. La comedia salta en el juego del amor entre lo falso y lo verdadero, entre lo que es y lo que debe ser. Sin ser un film que se salga de la estética general y rozando lo plano, tiene unos personajes aceptables que se encuentran bien definidos y se acoplan al argumento como un rompecabezas. Aunque estos personajes pertenecen al mundo de los maniquíes y el cine-diseño, mantiene un guión inteligente, aunque cae en el ultimo tercio de la cinta, justo cuando el romanticismo, telegrafiado desde el comienzo, domina la acción de la pantalla.

El principal aliciente de El día de la boda es una cáustica forma de ver la comedia, alejada de la industria americana, en la línea empalagosa del genero en Inglaterra. Un humor sarcástico y fino se encierra en las conversaciones y acciones. En el fondo se busca la forma más sencilla de hacer comedia, sin destaparse, sin embrutecerlo, fijándose en el cine clásico. Todo muy bonito, pero se queda en un mero intento. Al final la taquilla manda y El día de la boda no esta exenta de este mal.

Rafa Rus