Francia
Director: Jean Paul Rappeneau
Intérpretes: Isabelle Adjani, Gregory Derangére y Gerard Depardieu.

Jean Paul Rappeneau ascendió al Olimpo fílmico con Cyrano de Bergerac, obra maestra suma no exenta de lirismo crónico. Su última producción, dentro de su país que nunca abandonó, ha tardado siete años en salir, tras el descalabro de El húsar en el tejado. Esta vez deja de acercarse a los clásicos de la literatura, pero se queda con la especialización en filmes de época. Más dinero en juego. Ahora se incrusta en la turbulencia de la invasión nazi en Francia, con la alta sociedad estancada en Burdeos en busca de la supervivencia en Bon voyage.

Burdeos 1941 es un hervidero bien diseñado por Rapenneau, cuando todos buscan en su futuro. Bon voyage es un filme coral que pretende imitar lo inimitable: las formas que utilizó Renoir para Las reglas del juego. Pero el director francés no domina la comedia como lo debería hacer, recreándose en planos e historias inútiles. Esta cinta pretende reflejar las miserias humanas con un montón de pasta en su producción. Aunque dispone de una magnifica puesta en escena, con decorados y una recreación supina, Rapenneau no imprime el ritmo a este filme. El juego de puertas y falsedades no funciona y cuando este entramado no marcha es como tener un puzzle tirado sobre la mesa.

Bon voyage deja un aroma de ropa vieja pero no se identifica con nada en especial. Tanto el espectador más exigente como el que pretende evasión no se sentirán identificados con esta cinta a medio camino en todo. Conforme están los tiempos, el dinero no se debe gastar en cosas livianas. El rosario de personajes, acompañados de caras importantes en el cine galo, no imprime personalidad, justo lo que le falta a la generalidad de la cinta. Además Bon voyage es más localista de lo que parece. Rappeneau ha caído en la simpleza de querer agradar a uno y a otros. Y al final ni a unos ni a otros.

Rafa Rus