Nota de prensa Nube Negra.
Mariem Hassan es la voz más importante del exilio saharaui.
Junto con un puñado de músicos está conservando y desarrollando el haul, la música de su pueblo, que permanece prohibida en los territorios ocupados por Marruecos. Durante años ha pertenecido al grupo El Uali, y desde que participara en la grabación de "A pesar de las heridas" -el disco que la dio a conocer en Europa- su figura ha ido creciendo paulatinamente.
Con la publicación de "Mariem Hassan con Leyoad" su perfil musical ha quedado mucho mejor definido, hasta convertirse en la voz indiscutible del Haul.
Estas son las fechas de la gira "Artistas
En Ruta":
9 enero - Jerez - La Guarida del Angel 23,30 horas.
10 enero - San Fernando (Cádiz) - Odeón 24 horas.
11 enero - Cádiz - Barabass 21 horas.
5 marzo - Salamanca - El Corrillo.
7 marzo - Madrid - Clamores.
12 marzo - Huesca - Eden.
Mariem Hassan nació en la ciudad santa de Smara, en el año 58, siendo la tercera de un total de diez hermanos. La familia vivía de los rebaños y cabras que poseía.
No era una familia de igawen (griots), aunque en su seno se practicaba la música en privado. El padre tenía buena voz, pero era por la parte de la madre donde el arte brillaba con más fuerza. La tía Zaina gozaba de una cierta fama como cantante y bailarina, el tío Bushad era poeta reconocido y la propia madre cantaba en pequeñas fiestas que se solían organizar con motivo de nacimientos, bodas, alrededor de la fiesta de Ramadán o, simplemente, cuando aparecía algún amigo del que hacía mucho tiempo no se tenía noticia. De entre los hermanos, hay que señalar a Boika Hassan, un buen guitarrista, y a Mohamed Salem, poeta.
Mariem empezó a cantar desde muy joven, cuando aún el Sahara se llamaba español. Lo hacía en pequeñas fiestas o reuniones y ya entonces, de un modo semi clandestino, entonaba canciones del Frente Polisario. Era algo muy natural. Aunque dos hermanos mayores servían en el ejército de España, la familia y su entorno respiraba el ansia de libertad que había llevado a toda África a independizarse de sus antiguas metrópolis.
Mariem tenía diecisiete años cuando la Marcha Verde. Los dos hermanos militares tenían coches, y con ellos trasladaron a la familia al enclave de Mjeriz, próximo a Tifariti, primera etapa del éxodo. Desde allí saldrían para Argelia, hacia un lugar de la inhóspita Hamada. Su campamento es conocido como Smara, en memoria de la ciudad que dejaron atrás la mayoría de sus pobladores.
Allí ha pasado veintiséis años Mariem Hassan; allí han nacido sus cinco hijos. Hoy, uno de ellos estudia en Cuba, otra en Argel, un tercero está acogido por una familia española en Granada y los dos más pequeños siguen en el campamento. Su marido Bachir trabaja en España desde no hace mucho.
Los cuatro grandes campamentos se organizaron a modo de las cuatro wilayas -provincias- del Sahara Occidental: Smara, El Aaiun, Auserd y Dajla. Cada wilaya se dividía en dairas -distritos- y éstos, a su vez, en barrios. En cada una de estas poblaciones, un grupo de música se encargaba, y se sigue encargando, de velar por la cultura tradicional.
El Frente Polisario enseguida consideró la importancia de tener un conjunto musical estable, con una clara conciencia política, como una pieza importante en su entramado propagandístico internacional. Eran los años en los que los cantautores más politizados arrasaban en España, la Nueva Trova Cubana estaba en su mejor momento y aun resonaban las canciones de Victor Jara y Quilapayún. Así nació el grupo "El Hafed", que, a la muerte en combate del fundador y primer Secretario del Frente Polisario pasó a llamarse "Martir El Uali Mustafa Sayed", más conocido como "El Uali".
Mariem se incorporó enseguida al conjunto, con el que viajó a muchísimos países participando en actos culturales cargados de un alto contenido político que, en plena guerra con Marruecos, eran a menudo boicoteados por activistas y funcionarios marroquíes en el extranjero.
"El Uali" grabó en distintos países europeos cuatro o cinco discos de irregular factura, ayudados por los comités de solidaridad respectivos. Entre ellos destaca Polisario Vencerá, producido por Mohamed Tami, Ministro de Cultura saharaui desde finales de los 70 a mediados de los 80. Fue editado originalmente por Guimbarda en 1982, y recuperado en el 98 por Nubenegra. Mariem, como muchas otras de las mujeres que han integrado El Uali, participaba o no en las giras y grabaciones según se lo permitieran embarazos, partos y crianzas de los hijos. Ella estuvo en el disco que se grabó en Holanda en 1980 -que nunca vio la luz- y en el de Francia, que se editó en 1989, pero que no llegó a distribuirse pues la gira que estaba preparada para apoyar el lanzamiento se suspendió por una de esas causas aciagas que persiguieron al grupo en toda su trayectoria.
Por tal motivo hay que esperar hasta 1998 y A pesar de las heridas, para poder disfrutar de su voz en unas cuantas canciones. Entre todas destaca su Canción de la Intifada que en las giras posteriores con Leyoad -grupo circunstancial bajo el que se presenta en toda Europa- será uno de los platos fuertes. Tras cuatro años de intenso trabajo con Nubenegra, Leyoad se consolida gracias a la permanencia en su seno de dos de las máximas figuras de la música saharaui, la propia Mariem Hassan y Nayim Alal.
En esta última etapa Mariem ha ido centrándose más y más en la composición, por eso cuando en el verano del 2000 Nubenegra propone grabar a Leyoad un disco de medej y Mariem acude con canciones de la talla de Sahara neb gija o Yasar geidu no queda otra solución que rendirse ante las evidencias dándole cabida a las joyas que nos presenta.
Mariem se expresa naturalmente en hassania, la lengua de los saharauis, pero tiene aun serias dificultades con el castellano. Es el motivo por el que apenas haya concedido entrevistas y por el que tengan doble valor las declaraciones suyas que reproducimos, de un largo encuentro con Carmelo Lattassa.
Nosotros tenemos nuestra lengua (hassania, cercana a las formas de los bereber con raíces mauritanas). Los mauritanos tienen la misma música que nosotros pero la nuestra es más moderna; ellos tienen el haul (ritmo y forma autóctona), y nosotros también. Nuestras canciones son diferentes porque hablan de nuestros problemas desde que huimos del Sáhara, de los niños que lloran porque sus padres salieron para la guerra y no volvieron, hablan de las mujeres cuyos maridos y padres salieron a la guerra para no volver, hablan de los muertos, de la vida, la política, de Dios, de nuestra tierra a la que esperamos volver.
Yo tengo una canción sobre mis hermanos. Se llama Tus ojos lloran, y habla sobre mis hermanos y mi padre. Una tarde en un ensayo vino una amiga mía. Me llamó aparte para decirme que mis hermanos estaban muertos, así que lloré y después me puse a cantar. Cuando escribí la canción yo pensé en mis hermanos, en la época en la que vivíamos en el Sáhara , subiendo la montaña con ellos, entrando en nuestra jaima con ellos, hablando con ellos, viviendo con ellos y me pregunto ellos donde están?
Después de que los españoles abandonaran la colonia saharaui, el Sáhara Occidental fue ocupado por Marruecos y Mauritania. El pueblo saharaui huyó hacia tierras de Argelia y fundó la RADS (República Árabe Democrática Saharaui, reconocida por 76 países). Los mauritanos cedieron en su empeño pero hasta el día de hoy sigue ocupado por el gobierno marroquí a la espera de un referendum. Los saharauis hicieron frente a la ocupación militar, pero la superioridad del ejercito de Marruecos, trajo muchos muertos a los saharauis.
Cuando tengo problemas digo: Mulana (Dios), ayúdame. La vida es así, si alguno tiene problemas, si alguno está enfermo, alguno está muerto, alguno vive bien, alguno vive mal, alguno tiene problemas con su familia, su gobierno, su trabajo, la vida sigue. Por ejemplo, si mi marido ha muerto, he muerto yo también? No, tengo que pensar en cómo vivir yo, y cómo van a vivir mis niños en el futuro. Es así.
Ustedes los occidentales tienen paredes para colocar sus retratos, en cambio nosotros vivimos en tiendas de tela, y cuando llueve el agua entra hasta la tienda y moja las esteras, y todo. Cuando hace frío, hace mucho frío (en el desierto puede alcanzar cifras bajo cero). La mayoría de la gente no tiene con qué calentar las tiendas. Cuando hace calor puede llegar a los 50 grados y eso hace que la vida sea muy dura.
Cocinamos toda la comida seca: lentejas, judías, y cosas así porque duran más. Entonces vamos a buscar el agua a los pozos para cocinarla. El agua es muy salobre, pero es la que hay. Hacemos el pan, la comida y todo con las manos, y todos vivimos dentro de las jaimas, la madre, el padre, los hijos, el que viene de visita.
Cuando empecé a componer no tenía ningún instrumento conmigo, solo un tambor. Antes nos sentábamos en círculo y cantábamos para nosotros, pero cada año hacemos más cosas, salimos fuera y lo hacemos diferente. Ahora nos reunimos Shueta, Mudleila (cantantes saharauis), y yo, junto con dos guitarristas y componemos. Pero cuando estoy sola compongo solo con un tambor, hago la letra y luego la música, así hasta que sale la canción. A veces sale bien, a veces sale mal, así. Solo escribo la letra, la música es de memoria.
Un poeta ve a una mujer y la describe y hace un poema, pero yo no, yo hago las cosas cantando. Antes de la guerra, hacíamos canciones del amor y de cosas bellas, pero la guerra y la falta de nuestra tierra, hace que hablemos de cosas más importantes, de los niños, los mártires, de la guerra.
El haul, posee unas reglas muy estrictas de memoria e interpretación. Los cantantes actuales suelen escribir las letras, pero el resto se sigue haciendo a la antigua. Se acompaña con el tebal, un tambor de aproximadamente 60 cm de diámetro hecho de un cuenco de madera excavada y de cuero de piel de camello o de cabra, que tocan casi exclusivamente las mujeres con las manos, produciendo un sonido seco y profundo a la vez. Desde su origen usan la Tidinit, un instrumento de madera excavada y tapa de cuero similar a una guitarra de 4 cuerdas. Desde hace tiempo la guitarra se utiliza en las canciones por su riqueza armónica. Se interpreta a partir de las formas de la Tidinit; es por eso que suena tan diferente y especialmente difícil para el occidental acostumbrado a la guitarra clásica.
Cuando canto para alguien diferente a mi gente, me siento alegre, siempre alegre. Y cuando el público aplaude yo lo hago mejor, con más alegría.
Yo me casé dos veces. Mi primer marido no quería que yo cantara o hiciera estas cosas de la cultura. Cuando me casé fue a la manera antigua; él habló con mi familia, mis hermanos, pero no conmigo. Le di 3 hijos, pero no me gustaba su actitud. A él no le gustaba que yo hiciera nada, ni que cantara ni trabajara en la wilaya, así que le dije que no podía seguir de esta manera. Entonces él firmó una carta diciendo que me liberaba, porque la mujer no puede separarse del hombre por las leyes del Islam (Sharia). Pero mi marido de ahora lo elegí yo; primero hay que construir el amor y después lo demás. Nosotras participamos de todas las cosas que hacen los hombres porque nuestro Islam es sencillo, no es un Islam por la fuerza. Yo viajo muchas veces fuera de las wilayas, a diferentes países, y a mi marido le parece normal. Cuando vuelvo, regreso a mi otro trabajo de enfermera.
Yo siempre pienso en volver al Sáhara ocupado. Yo solo pienso en volver.
La entrevista con Carmelo Lattassa terminaba con esta graciosa ilustración:
El español de Mariem es sencillo y limitado; tuvo grandes dificultades para responder a las preguntas. Cuando se le preguntó por primera vez si encontraba poesía en las cosas cotidianas, respondió: cuando estoy en los campamentos me levanto a las 7 y preparo a los niños para el colegio. A veces dejo las lentejas en la cocina y le pido a mi vecina que la cuide, y me voy a trabajar, y cuando vuelvo encuentro la cocina quemada. Entonces hago cuscús, hago arroz, conserva con leche...
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