Texto y fotos: Eduardo Tébar
TNT: "El punk siempre reivindicó la actitud de aprender"
En plena fiebre de retornos de viejas glorias del rock, resulta llamativa la vuelta de TNT. El grupo de punk granadino creó escuela en nuestro país cuando salió de una ciudad 'de provincias' y con dos temas alzados a la categoría de himno generacional: 'Cucarachas' y 'Guernika'. Hace un año, un encuentro nostálgico en Armilla encendió la chispa entre Jesús Arias, José Antonio García, Ángel Doblas y Joaquín Vílchez, la formación original de 1981. Ahora regresan con la intención de publicar material nuevo. Y es que tanto sus coetáneos como un sector del público joven reivindican este explosivo revolucionario. En el despegue de la gira '80-Eclipse-08', el guitarrista e ideólogo Jesús Arias matiza que nunca abandonaron la guerrilla.
- Como se dice por 'Graná', vuelven después de una pila de años.
- Bueno, en realidad nunca nos fuimos del todo. Pese a no tocar en público, estuvimos trabajando intensamente entre los años 1998 y 2002 en un proyecto que tenemos guardado en el cajón llamado 'Eclipse', algunas de cuyas canciones ahora tocamos en directo. La vuelta en sí se produjo a raíz de un concierto que dimos en año pasado en la sala La Telonera con otros grupos granadinos para celebrar los 25 años de movida en la ciudad. Mucha gente nos pidió que siguiésemos tocando y que actuásemos fuera de Granada. De modo que, poco a poco, nos fuimos animando.
- En el concierto nostálgico en La Telonera el año pasado había muchos jóvenes dando brincos en las primeras filas. ¿Sorprendidos?
- Sí, muy sorprendidos. Esperábamos esencialmente gente de nuestra generación que hubiese ido a nuestros conciertos en los años ochenta y noventa, pero no jóvenes de 18 años que se sabían todas nuestras canciones y tenían el mismo espíritu que teníamos nosotros a esa edad. Y muy sorprendidos por un hecho: nuestro LP 'Manifiesto Guernika' nunca se reeditó en formato CD. Sólo está la edición original en vinilo, de modo que no tenemos ni idea de cómo pudieron conseguir las canciones para aprendérselas. Eso significa tener mucho interés por una banda, y es reconfortante.
- ¿Piensan que estos tiempos de conformismo y politonos son propicios para el estallido de otro movimiento contestatario como lo fue el punk?
- Absolutamente. En estos tiempos con burradas como la Guerra de Irak, con unas televisiones absolutamente soporíferas que tratan de alienar a la gente, con unas emisoras de radio políticamente ideológicas, con una tremenda incultura en todos los sentidos, el punk y su filosofía son más necesarios que nunca. Hay que volver a ideas como "sé tú mismo", "exprésate aunque no les guste a los demás", "ten tu propia voz". Si la gente vive tiempos de conformismo y politonos es porque ha habido un sistema que ha propiciado eso. Si en lugar de emitir en televisión programas de entretenimiento soez y cotilleos emitiesen documentales sobre Mozart, Picasso, Dalí o la Prehistoria, la gente estaría interesada en eso. El punk siempre reivindicó esa actitud, la de aprender, la de sentir curiosidad y la de ir frontalmente opuesto a un sistema que tiraniza a los ciudadanos aunque ellos no se den cuenta.
- Tienen cuarenta canciones guardadas en el petate y prevén publicar material nuevo en el disco 'Eclipse'. O sea, vienen para quedarse.
- Nos gustaría venir para quedarnos. 'Eclipse' es un proyecto muy ambicioso en el que comenzamos a trabajar en 1992. Es decir, es un proyecto muy meditado. Pero también muy caro. Es un disco que incluye no sólo una formación de rock, sino también cuartetos de violín, formaciones orquestales. Necesitamos encontrar la manera de financiarlo y de implicar a mucha gente en él. De momento hemos decidido comenzar con los conciertos en directo a ver qué tal funciona y luego ir introduciendo poco a poco todo el nuevo material que podamos.
- Por cierto, en muchos sitios citan a TNT como los pioneros del punk en España. ¿Es verdad eso?
- En cierto modo sí. Grupos como Siniestro Total y nosotros fuimos un poco los punteros del punk en lo que se conoció como la Movida Madrileña. Pasó mucho tiempo hasta que surgió lo del rock radical vasco. Siniestro Total eran el grupo punk divertido e irreverente mientras que nosotros éramos políticamente muy serios, muy comprometidos.
- El otro día hablaba con Ordovás de las complicaciones que tenía que superar un grupo granadino en los ochenta. ¿Predicaban en el desierto?
- Bastante. Granada, al comienzo, era musicalmente un erial. No había un ambiente que propiciase la aparición de músicos. Sin embargo, no sé por qué razón, o sí la sé (la educación sentimental y musical que habíamos recibido) un puñado de chavales comenzamos a conectarnos porque teníamos las mismas inquietudes, las mismas ideas y los mismos gustos. No hablo sólo de TNT. Hablo de Al Dar, que luego serían 091, y que fueron los verdaderos pioneros del rock en la Granada de los años ochenta. Hablo de KGB, de SOS, de Johnny Roll y Los Traviesos, de Los Recargables, de Beat Club, Autoblues, Neozelanda, Diseño Corbusier, Lagartija Nick, La Guardia, Los Planetas... Entre todos conseguimos atravesar aquel desierto de falta de salas para tocar y demás.
- ¿Y cómo vivieron las conexiones con la Movida de Madrid?
- La vivimos en primera persona. Tuvimos la suerte de que una maqueta nuestra, 'Una naranja mecánica', fue número 1 en el programa 'Esto no es Hawaii' de Jesús Ordovás, en Radio 3. Eso nos abrió las puertas de Madrid. En cuando llegamos allí, todo el mundo quería conocernos, porque éramos la sensación llegada de Granada, como el chico nuevo en la ciudad. Rápidamente intimamos con gente como Carlos Tena, Ordovás o Diego Manrique en prensa, y con grupos como Parálisis Permanente, Radio Futura, Siniestro Total, Alphaville, Glutamato Ye-Yé, Gabinete Caligari, Pedro Almodóvar, o Alaska. Nos trataban de igual a igual. Fue una época muy divertida, aunque sólo éramos cuatro gatos.
- ¿Es cierta la leyenda urbana de la censura del 'Manifiesto Guernika' en TVE?
- No. Es falsa. Lo que sucedió fue que nuestra canción 'Guernika' apareció en el programa 'Caja de Ritmos', de Carlos Tena, que se emitía los sábados por la mañana en horario infantil, el mismo día en que en ese programa salía también la canción 'Me gusta ser una zorra', de Las Vulpess. La leyenda urbana tiene su origen en que, como era época de elecciones en el País Vasco, Carlos Tena puso más atención al contenido de nuestra canción, por si era políticamente incorrecta ('Guernika' era un tema sobre el cuadro de Picasso y la Guerra Civil) que al vídeo de 'Me gusta ser una zorra'. El vídeo de Las Vulpess fue un falso escándalo inventado por la derecha más reaccionaria del momento. Era sólo una canción provocativa. Pero alegaron que se había emitido en horario infantil, que aparecía el verso "quiero darte un pico en la polla" y se armó la de San Quintín. Cortaron el programa y echaron a Carlos Tena, creo recordar.
- Por supuesto, sus letras estaban más cerca de Lorca, Alberti o García Montero que del 'rock radikal'. Ahí queda la estremecedora versión de 'Rimas por la muerte de un colega' en el Zaidín...
- Ése fue un proyecto que nos propuso el catedrático de Filosofía del Derecho Mariano Maresca y que nosotros aceptamos encantados. Ya por esa época estábamos muy interesados en García Lorca, pero Maresca nos abrió las puertas al mundo cultural granadino. Nos presentó a Luis García Montero, a Álvaro Salvador, a Javier Egea. Aquello nos abrió la mente en muchos sentidos, aunque nosotros veníamos con la mente predispuesta a abrirse. Lástima que, por falta de presupuesto, no pudiésemos grabar 'Coplas a la muerte de su colega' tal y como pretendíamos, con violonchelos y timbales de orquesta. Ahora tal vez lo hagamos. Joaquín Sabina, que es un enamorado de ese disco ['Rimado de ciudad'], nos propuso en cierta ocasión que volviésemos a grabarlo.
- ¿Cree que en el imaginario de TNT estaba el germen de lo que luego desarrolló su hermano en Lagartija Nick?
- Mi hermano [Antonio Arias, líder de Lagartija Nick] y yo siempre hemos tenido unos gustos muy similares y unas ideas muy parecidas. Nos llevamos muy bien y hemos colaborado juntos muchas veces. Yo diría que yo le he influido tanto a él como él a mí. Nos intercambiamos ideas y nos enriquecemos mutuamente. Trabajamos muy estrechamente en el disco 'Omega' de Enrique Morente y Lagartija Nick. Creo, y no porque sea mi hermano, que Lagartija Nick es, sin duda, el mejor grupo de rock, o de punk rock, que hay en España, el más imaginativo, el más creativo, el más innovador. Yo, sinceramente, los admiro, es una gozada verlos en directo. Me encantaría una serie de conciertos TNT-Lagartija Nick. En Lagartija Nick también tuvo mucha influencia otro grupo de la época que debería reunirse: KGB. Eran muy buenos.
- También se relacionaron con Joe Strummer durante su estancia en la ciudad. ¿Llegó a haber roce con el mito de los Clash?
- Lo que hubo fue una enorme y gran amistad. Joe Strummer dejó de ser en Granada la superestrella de rock para ser el colega, el amigo, el confidente, el maestro en muchas ocasiones, el hermano mayor. Compartimos muchas noches de confidencias, de persecución de mujeres, de técnicas para ligar, para beber, para vivir, para mirar el mundo. Strummer siempre me decía: "Hay que ser tremendamente radical sobre un escenario y tremendamente amable cuando te bajas de él". Su muerte me conmovió mucho porque, esencialmente, perdí a un viejo amigo al que tenía mucho cariño.
- ¿Qué aprendieron de él?
- Aparte de aprenderme sus canciones de primera mano, aprendí a que nada humano nos es ajeno. Strummer se fijaba en detalles cotidianos para escribir una canción. No había situación injusta en el mundo a la que él no se refiriera en un tema. Creo que es el músico de rock que más dictadores ha mencionado en sus canciones. No hubo dictadura contra la que él escribiese. Strummer era radicalmente humano.
- ¿Les motiva la escena musical de Granada en 2008?
- Sí. Hay bandas como Lori Meyers, Teenagers o La URSS, que son muy buenas y que resultan muy interesantes. No nos podemos quejar de estar en una ciudad en la que habitan Lapido, Lagartija Nick o Los Planetas. Pueden que unos nos gusten más que otros, pero todos somos colegas y nos llevamos de miedo. Es divertido vivir en Granada. Además, los roqueros nos sentimos muy orgullosos de esta ciudad. Preferimos estar a aquí que en cualquier otra ciudad andaluza en lo que a lo musical se refiere.
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