Texto: Eduardo Tébar
Fotos: J. Pérez-Fajardo / Juan Jesús García
Sex Museum: "Nuestra aventura es más vital que musical"
Con 23 años de rock a sus espaldas, Sex Museum gozan de un espectacular estado de forma sobre los escenarios. La banda de los hermanos Pardo se toma la música como una filosofía de vida. Intensos, inquietos y con más arrojo que cuando escondían el acné tras la melena, estrenan estos días su recopilatorio 'Fifteen hits that never were'. ¿Los malasañeros lanzan una compilación al uso? No. Ellos, siempre tendentes a los caminos largos, se han encerrado de nuevo en el estudio para registrar piezas torrenciales como 'Two sisters' o 'I've lost my faith'.
- Lo normal es que uno le coja cariño a sus grabaciones añejas por aquello de la instantánea del momento. ¿Por qué deciden reconstruir su cancionero?
- Es por hacer algo nuevo con algo viejo. Hacer sonar las canciones antiguas con la formación y los arreglos de ahora, y mejorar lo que nos dio la impresión en su momento que era mejorable. Ahora que puedes bajarte en tres días la discografía completa de un grupo como nosotros, vemos más atractivo grabarlo de nuevo y ofrecer algo distinto.
- ¿Qué criterios han seguido en este lavado de cara?
- En un principio íbamos a hacerlo con canciones de los últimos discos, los que sacamos con el sello Locomotive, pero al final decidimos incluir alguna canción anterior. Fue una elección democrática del grupo.
- ¿Es otro giro de tuerca respecto al recopilatorio en vivo 'Fly by night'?
- Sí. Somos un poco de ideas fijas y casi siempre acabamos haciendo lo mismo. Aunque no solemos darnos cuenta hasta que ya está hecho.
- Sex Museum es una marca posicionada en el circuito roquero internacional. Pasadas dos décadas, ¿atraviesan su mejor momento escénico?
- Es un tópico pensar que uno siempre está en su mejor momento o que la siguiente obra será la mejor, pero hemos tardado mucho en aprender a hacer las cosas como queríamos y parece que ya lo vamos consiguiendo. Llevamos mucho tiempo, pero si pidiéramos un deseo sería que duráramos mucho más. Esta vida es dura pero muy divertida y enriquecedora.
- Arrollaron en los conciertos con Ross 'The Boss' y JP Paterson bajo el rótulo de Thunderbolts. En Granada se acuerdan todavía de aquella noche de nieve y truenos. ¿Qué aprendieron del músculo de los Dictators?
- Mucho. Tocar con Ross es cojonudo. Es muy exigente y para que estés a su altura te exige a muerte, porque no puede permitir que nadie le haga quedar en ridículo o dar un mal concierto. En el proceso te enseña un montón de truquitos y te quita todos los defectos sin contemplaciones. Su mentalidad es clara: somos españoles y no tenemos ni idea de tocar r'n'r. Como dice él, "dime un grupo español de r'n'r que triunfe por el mundo". Así que más nos vale dejarnos de chorradas y hacerle caso. Es como ir a los marines, versión r'n'r. Si la cagas te gritan y si lo haces bien te felicitan. Sencillo, pero no apto para espíritus muy sensibles.
- Aquel proyecto nació bajo el influjo espiritual de Phil Lynott. ¿Preservan el mismo listado de gurús del rock?
- Básicamente sí. Somos bastante mitómanos, especialmente en lo relacionado con la música y el cine. Pero con un toque perverso que nos hace disfrutar de todas sus truculencias o anécdotas macabras. Y si al final la palman por un pasote descomunal, peor para sus pobres madres, pero mejor para los fans del r'n'r y su lado oscuro como nosotros.
- En Estados Unidos, los directores de postín están realizando grandes películas sobre veteranos venerables: Bob Dylan, Tom Petty... ¿Para cuándo la historia audiovisual de Sex Museum?
- Esperamos que aún quede, estamos empezando a ser maduros y aún hay bastante energía. Todavía necesitamos unos años más para hacer cosas realmente chulas.
- Puestos a elegir un cineasta, ¿tienen alguna preferencia?
- A uno al que se le den bien las 'road movies'. Nuestra aventura es más vital que musical. Kim Ki-duk haría algo curioso y fuera de tópicos.
- Tampoco podemos olvidar que, al mismo tiempo, ustedes forman Los Coronas y ya son un referente del revival surfero mundial. ¿Cómo llevan lo de jugar a Jekyll & Hyde?
- Bien, eso lo hace mucho mas divertido. Tocar con otra gente, estilos musicales diferentes o llegar a gente diferente hace que todo el asunto resulte más divertido y enriquecedor. Acabas aburriéndote de tocar siempre con la misma gente, de las mismas conversaciones. Oxigenarse de vez en cuando es una buena forma de regeneración. Así que no está mal cada cierto tiempo montar algo nuevo o cambiar de miembros. Tratamos de que los dos grupos funcionen de la forma más independiente y aislada posible.
- Y después de cantar en castellano a Parálisis Permanente y reformar la obra del grupo, ¿cuál será el futuro de Sex Museum?
- Ni idea. El objetivo es seguir en movimiento, no aburrirnos y sacar lo mejor de nosotros. ¿Cómo?, siguiendo hacia adelante, el camino se hace andando.
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