Texto: Juan Jesús García.
Fotos: Alfredo Arias.
Sex Museum: "Somos una pequeña central nuclear de rock"
Se dice de ellos que son uno de los mejores grupos en directo del país, su fuerte siempre ha sido tocar a tope de vueltas lo que antes habían grabado. Sex Museum, el grupo de los hermanos Pardo (¡sobrinos de Juan Pardo!) son toda una experiencia en concierto: duros, altivos, fuertes, orgullosos... Una máquina de excitación rock que ellos asemejan aun reactor nuclear de bolsillo. Sin necesidad de llevarte el contador geiger los puedes escuchar hoy viernes 28 de octubre en la sala El Tren de Granada junto al 'supergurpo' de versiones Gran Fan Reilroud.
- Estos últimos años han sido un tanto 'guadianescos' ¿qué han estado haciendo tras el disco en directo?
- Hemos estado tocando bastante, dos giras europeas y en España especialmente en el norte de la península. También ha habido algún cambio en el grupo, hemos cambiado el bajista, hemos estado tocando con otros grupos -con Deluxe hemos tocado en distintas fases el guitarra, el bajista y el batería-, Marta la organista acaba de grabar su disco junto con Loza el batería y Vacas el bajista. Los Coronas hemos grabado un disco para editar en México y vamos a tocar allí dentro de poco. Y aparte pero no menos importante, ganándonos la vida y cuidando a nuestras familias - abuelitas que abusaron de anís el mono en su juventud, tíos que abusaron de los tripis en los 60, o primos con comas cerebrales a causa del éxtasis líquido -
- Por cierto que unos cuantos conciertos los hicieron con Deep Purple, santos de su devoción, ¿cómo fue aquella gira?
- Estuvo muy bien, pero ya me parece como si fueran recuerdos que he oído contar a otra persona. Con el paso del tiempo tiendo a mitificar menos a otros músicos, y la verdad es que lo de telonear otros grupos cada vez me motiva menos. Prefiero el concepto de compartir cartel, evitar todos esos absurdos protocolos como que no debemos cruzarnos en los pasillos, que no podemos usar el camerino... Las grandes estrellas anglosajonas nos ven como Tomatito debe ver a un flamenco etíope. Somos el país donde sus compatriotas de clase baja vienen a pasar las vacaciones y a emborracharse hasta morir. Esa es la sensación que tuvimos cuando tocamos hace un año con Whitesnake. Supongo que entonces estuvo bien, pero ahora preferiría tocar en un garito cutre para todos los yonkis del barrio que irme de telonero en una gira de Deep Purple.
- ¿Los han visto este verano?
- No, les tengo más como viejas glorias que como un grupo al que seguir, más aún sin Blackmore ni Jon Lord.
- Echando números van ya por casi los 20 años ¿cómo sobrevive un grupo tanto tiempo tal y como está el patio?
- Es una cuestión de fe en tu arte y tu propia forma de ver la vida. La música como expresión artística es una de las pocas cosas por las que vale la pena luchar en un mundo en el que si algo no es negocio no interesa, y nuestra música no es ningún negocio. El ser humano es raro y no pretendo analizar los movimientos del mercado musical y de los consumidores para lograr éxito y dinero. La pasta la consigo invirtiendo en negocios inmobiliarios, como los ilustres de nuestro país. Bromas aparte, la música aquí se ha convertido en un negocio tan grande que tomarla como un medio de expresión personal es excepcional. Es ahí donde nos movemos, donde la música sigue siendo arte, y por suerte en España hay bastante talento artístico, aunque un poco oculto entre tanto karaoke sobre viejos éxitos un millón de veces oídos -y tocados -.
- Ustedes fueron atípicos en los ochenta, inubicables en los noventa ¿sigue siendo Sex Museum en los dos mil un grupo difícil de etiquetar?
- Sí, menos mal. Con lo simple y predecible que es el panorama musical, estar fuera de su comprensión no esta nada mal.
- Lo digo ente otras cosas porque se mueven en un circuito de rock, en ocasiones de pop y otras de metal?
- Según estemos de ánimo o sea la relación entre los miembros. La verdad es que nuestra visión de la música es así, todo lo amplia que uno quiera, depende de gustos y sensibilidades y los nuestros son amplios. Conocemos cual es la esencia del rock y del grupo, y el resto es adaptar buenas canciones a esa esencia. A veces de forma más cruda y otras más melódica. La verdad es que nos cuesta bastante conseguirlo. Cuanto más tocamos más nos convencemos que el rock en España son: Fito, Rosendo o El Canto del Loco, no está mal pero no es nuestro rollo. Nos identificamos con otra visión, la de Lagartija Nick, Athom Rumba, Nuevo Catecismo Católico... y demás grupos que están unos pasos más allá de lo fácilmente digerible. Nos merecemos una escena rockera amplia, que se mezcle con el pop, el folk, las rumbas, el metal gótico o lo que sea, pero que sea personal y excitante.
- En los últimos discos había una cierta presencia electrónica ¿les van las máquinas?
- Sí, y si hacen falta se usan y si no, pues lo dejamos de lado. Lo usamos como un instrumento más, evitamos hacerlo como identificación con ningún movimiento musical.
- También son de los pocos que se han trabajado de base la escena europea ¿Qué tal la experiencia?
- Curiosa, siendo españoles que tocan rock se esperan lo peor, luego cuando tocamos en un festival y les arrasamos, cambia la visión, pero no necesariamente a mejor. Conectamos muy bien con los frikis, igual en Galicia que en Austria.
- Suelen publicar cada dos años más o menos ¿ya les toca?
- Sí, y más nos vale hacer algo bueno porque sino nos empezará a dar la sensación de que vivimos del cuento.
- Vienen ahora a una sala media, pero también los vimos atronando en locales pequeños y en el Espárrago; Y con todo tengo la impresión de que necesitan verle a la gente la cara y oler su sudor para motivarse más ¿me equivoco?
- No te equivocas, personalmente disfruto más y le encuentro más sentido a convertir los conciertos en algo íntimo y muy cercano. Sabemos que seguir a un grupo como nosotros es complicado, los discos son difíciles de conseguir, los conciertos - al menos en Andalucía - escasos y si existimos es porque tratamos de estar a la altura de un público poco numeroso pero muy exigente. Ellos quieren algo real y puro, poco manipulado, sin que nos abandonemos a la autoindulgencia y capaz de trasmitir la energía necesaria para abastecer de corriente a una ciudad como Soria. Somos como una pequeña central nuclear de rock.
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