Texto: Juan Jesús García

The Missing Stompers: "Lorca emparentó emocionalmente el jazz con el flamenco"

El grupo Missing Stompers presenta hoy 17 de noviembre en el teatro Isidoro Márquez de Granada (21h) un original y curioso trabajo denominado 'Nueva York en un poeta' que ha buscado, encontrado y recreado el ambiente que Lorca vivió en la ciudad de la gran manzana en su viaje de 1929. Al exhaustivo trabajo de información y recuperación de piezas de época, se une una vistosísima elaboración audivisual a cargo de Mabebe Delgado y la narración del actor Alberto San Juan. Artuto Cid es el saxo, clarinete y portavoz de estos Missing ahora encontrados en el Nueva York en blanco y negro.

- Sus dos últimos trabajos ¿les han convertido en un 'grupo temático'?

- Siempre hemos intentado llevar a los escenarios algo más que un simple concierto, y nos ayuda mucho plantear los espectáculos en torno a una idea concreta, imponernos ciertas reglas. En el disco 'Singing the Blues', con Teresa Luján, decidimos no utilizar temas compuestos más allá de 1930 y en De Salzburgo a Nueva Orleáns todas las composiciones eran de Mozart. Igualmente nos gusta atenernos a ideas muy concretas para nuestros espectáculos. En 'Locos por el jazz', por ejemplo, tocamos música de dibujos animados, pero con la condición de que esas canciones ya aparecieran en forma de jazz en su versión original, de manera que los niños que lo ven se enteren por lo menos de que esa música, tal como la escuchan en la película, es jazz. Estos límites nos ayudan a ser coherentes.

- ¿Cómo se les ocurrió la idea del proyecto Lorca?

- Como tantas veces, surgió de la suma de varias ideas que estaban en el cajón esperando ser desarrolladas. Nosotros estábamos esbozando un espectáculo para niños basado en el Cotton Club, con música de Duke Ellington y otros artistas del Nueva York de la época de los gángsters. La idea era presentarlo en '¡El conciertazo!' de TVE2, programa con el que ya habíamos colaborado en varias ocasiones, pero nos llegaron noticias de que no podría hacerse, así que empezamos a buscar alternativas mientras llegara un momento más propicio. En las reuniones del grupo surgió la posibilidad de recrear esa época y esa música centrándose en la figura de García Lorca. Se da la circunstancia de que en un artículo que escribí para un periódico local hace unos años ya había especulado con qué música debió escuchar Lorca en su viaje a Nueva York, por lo que parte del concepto y la documentación ya estaban ahí, así que tiramos en esa dirección.

- ¿Han tenido que hacer mucho trabajo de documentación?

- En ese sentido somos siempre bastante puntillosos, y en este caso muy especialmente. Para este proyecto seleccionamos exclusivamente temas del repertorio que estaban tocando las orquestas de los clubes neoyorquinos que Lorca pudo visitar en 1929. Hay casos en los que creemos haber afinado bastante, como en la inclusión de Paradise Wobble, un tema grabó ese mismo año la banda de Charlie Johnson, titular del Small's Paradise, el único de aquellos locales al que Lorca hace una referencia explícita. Sólo hay un par de excepciones a este criterio, por razones de, digamos, dramaturgia. Igualmente, en lo que respecta a la parte literaria, que se basa en los poemas de Lorca y en el texto de la conferencia de presentación de Poeta en Nueva York, contamos con la colaboración de Juan Mata, que nos ayudó mucho a la hora de interpretar los conceptos centrales del poemario y prescindir de algunas ideas preconcebidas que no nos dejaban ver el bosque. Él ya había hecho un trabajo divulgativo parecido para el Parque de las Ciencias y su colaboración iluminó bastante el camino.

- ¿Qué caracteriza la música que se encontró Lorca allí?

- Las salas de Nueva York en aquel año acogían a las mejores orquestas, como la de Duke Ellington en el Cotton Club, la de Chick Webb en el Savoy... Los músicos más importantes de Estados Unidos se habían mudado a la ciudad y Harlem era un verdadero hervidero. En esa época se vivía el fenómeno conocido como Harlem Renaissance, un movimiento literario y teatral negro muy activo y reivindicativo. Lorca se movió en este círculo de escritores y fueron ellos los que lo llevaron a visitar los locales de jazz, la música que ellos consideraban su bandera.

- Él emparentó jazz y flamenco, ¿fue en realidad el inventor del jazz flamenco tan en boga ahora?

- En este sentido, como en muchos otros, García Lorca fue un visionario. En esa búsqueda de las raíces de la que habla en Poeta en Nueva York, concretamente en el texto de la conferencia y en su correspondencia privada, él encuentra un parentesco emocional entre los cantos de los negros y el flamenco y, que yo sepa, fue el primero en hacerlo. También encuentra esa misma relación en la música cubana, pero de ahí a decir que Lorca fue el inventor de la rumba flamenca... (risas)