Texto y fotos: Juan Jesús García.
The Missing Stompers: "No hay que olvidar que la música tan alegre y vital de Nueva Orleáns nació de la esclavitud y la miseria"
Uno de los discos más curiosos que ha editado un grupo granadino es el 'Singin the blues' que han publicado The Missing Stompers con la cantante Teresa Luján. Un cedé en el que cada pieza (ninguna posterior a 1930) tiene una larga historia por detrás que cuentan con meticulosidad. Los Missing han roto aguas y tras su paso por el programa 'El conciertazo' dirigido por Fernando Argenta han disparado a casi cien los conciertos de esta la temporada, recibiendo en Alemania el premio al mejor espacio didáctico de televisión. La bella época le llamaban al periodo que retratan, y lo hacen con cámara digital de ahora mismo.
- Ustedes, que grabaron una marcha fúnebre de Nueva Orleáns en su primer disco, presumen ahora de haber exhumado una canción.
- En efecto. El tema que da título a este disco, que hemos hecho a medias con la cantante y arreglista Teresa Luján, es una reconstrucción de una grabación de 1929 cuya existencia se desconocía porque no llegó a editarse. Se da la circunstancia de que esa versión ha resultado ser una pieza clave en la historia del jazz cantado, ya que fue la primera vez en que se puso letra a un solo instrumental de jazz. Es lo que se conoce como estilo vocalese, cuyo máximo creador es Jon Hendricks, maestro de, entre muchos otros, los Manhattan Transfer. Gracias a este descubrimiento el público podrá escuchar algo que ha permanecido enterrado durante casi ochenta años.
- En este disco han cambiado de registro ¿por qué han abandonado Nueva Orleáns precisamente en estos momentos?
- Acabar desligándose un poco de esa tradición era una cuestión de tiempo, sencillamente por la propia composición el grupo. El estilo de Nueva Orleáns está muy basado en la combinación de trompeta clarinete y trombón; nosotros llevamos dos saxofones, clarinete y trompeta, lo que nos obliga a llevar arreglos más elaborados. Al unirnos con Teresa Luján en este proyecto estaba claro que el estilo de Nueva Orleáns no iba a dejar espacio suficiente para la voz, así que acabamos reafirmándonos en una estética más orquestal, más próxima a los inicios del Swing.
- Si el Katrina hubiese sucedido hace un siglo ¿estarían tocando jazz ustedes?
- Nueva Orleáns es una ciudad con tanta vitalidad que probablemente habría dado los mismos frutos a pesar de los desastres naturales. Pero me temo que si hace un siglo hubieran tenido a Bush como presidente, el mundo entero estaría bailando música country. O la danza macabra.
- ¿Por qué se han propuesto no hacer nada más moderno de 1930?
- Cuando los Missing y Teresa planteamos hacer el disco juntos surgió una infinidad de temas que queríamos grabar y la selección habría sido muy complicada, así que decidimos poner un límite. Por otra parte, como he dicho, una de las ideas era centrarnos en la época en que el jazz abandona el típico contrapunto improvisado de Nueva Orleáns, fenómeno que se gesta en ese período.
- ¿Les hubiera gustado vivir en aquella época?
- Hay muchos testimonios de que era una época fascinante en muchos aspectos. Pero personalmente, tanto como vivir... No hay que olvidar que el jazz de Nueva Orleáns, esa música tan optimista y vital que alegró los salones de baile de todo el mundo, nació de la esclavitud, la miseria, la segregación racial y la opresión.
- Con su sentido pedagógico, imagino que habrán pensado en sus 'clases magistrales' en directo.
- Aunque ya hemos tenido algunos conciertos con Teresa Luján tocando la música de este disco, todavía no lo hemos hecho en formato didáctico. Estamos preparando algo así para el mes de enero, aunque de momento no se presentará en Granada.
- Muchas de sus actuaciones son para un público infantil ¿qué encuentran los niños en esta música tan arcaica?
- Algo debe haber. La música -y las demás formas de expresión artística- la puede entender todo el mundo. El jazz clásico fue una revolución durante los años veinte, y no sólo a nivel musical, sino que trajo modas y cambios en las costumbres. Era la música de los oprimidos y con su supuesto salvajismo y su desaforada vitalidad consiguió poner patas arriba muchas convenciones. Los niños son perfectamente capaces de captar esta fuerza, que nosotros intentamos mantener intacta más allá incluso de la fidelidad a la pureza estilística.
- Por cierto, en el Festival de Jazz de Madrid han presentado un nuevo espectáculo para niños.
- Es "Locos por el Jazz", un musical que hemos elaborado junto a la compañía de teatro con muñecos Román y Cía, los creadores de Los Lunnis. Para el Festival de Madrid contamos con la colaboración de Fernando Argenta, con el que ya hemos trabajado en algunas ocasiones para ¡El conciertazo! en TVE. Es un montaje grande, con siete músicos en escena, decorados, atrezzo, varios actores y manipuladores de muñecos... Ya hay bastantes fechas contratadas y esperamos que muchas familias se aficionen al jazz acudiendo juntos a ver el espectáculo.
- Cada una de las canciones tiene una larga historia popular detrás ¿por qué eso ya no pasa con la música actual, casi de usar y guardar o tirar?
- En aquella época, en la que todavía se estaba gestando lo que ahora entendemos por música pop, se valoraban la inventiva y la originalidad. Las letras de Cole Porter, por ejemplo, son un prodigio de gracia e ingenio. Los artistas del pop actual se hacen a golpe de marketing y televisión, y los compositores buscan el éxito copiando las canciones que más se venden. ¿Se acuerda usted de aquella letrilla de Peret? "Con solo seis letras / hago mil canciones / y todos aplauden con gran entusiasmo mis inspiraciones..."
- ¿Hacer un disco de clásicos lo convierte inmediatamente en otro?
- No lo creo. Además los discos de jazz tienen una repercusión tan relativa, y el mercado tiene tanta oferta, que el propio calificativo de clásico ha perdido vigencia. En el caso de Missing con Teresa Luján, como en todos los proyectos de jazz tradicional, era inevitable echar mano de clásicos, pero todos los arreglos son originales de Teresa o de componentes del grupo, a excepción de Singin' the Blues, que es una trascripción adaptada de la grabación original de 1929.
- Lo cierto es que cambia uno ligeramente la ecualización y el cedé suena a baquelita pura.
- Y sin embargo el único artificio que se ha utilizado en la grabación para dar esa impresión sólo dura unos segundos y es una especie de broma; es el ruido típico de los discos antiguos que aparece durante lo que sería el solo de Bix Beiderbecke en Singin' the Blues. Por lo demás nos hemos preocupado exclusivamente de la calidad de la grabación. Si algo suena antiguo está sólo en la música.
- Para la continuación ¿van a llegar hasta los años cuarenta o van a retroceder hasta 1800?
- Ambas cosas podrían ocurrir, señor entrevistador, que no somos nosotros de los que se acobardan. Pero lo más probable es que sigamos sacándole jugo durante una temporada a la década de "los años locos". Va con nuestro carácter.
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