Texto: Juan Jesús García


El año pasado Miguel Ríos se regaló por su cumpleaños un concierto multitudinario junto a la Granada Big Band en el Palacio de Deportes de Granada. Este año cumplirá el 6 de junio los 60 y se ha preparado un disco entero de regalo, 60 MP3, que el 5 de junio presentará en concierto en el Palacio de congresos. Será el trigésimo sexto de su discografía particular (excluyendo las reediciones no oficiales, series medias o cajas antológicas) y el primero con material nuevo que se publica desde que hace ocho años saliera 'Como si fuera la primera vez'. En la confección de este disco ha intervenido como letrista el poeta y reciente premio de la crítica Luís García Montero, Raul Alcover, Raimundo Amador y John Parsons. 60 años que repasa en esta entrevista desde casi sus primeros pasos en la música.

42 años de oficio, su biografía es muy larga ¿cuántas veces ha tenido que reinventarse?

Más que reinventarme he seguido las corrientes musicales y mientras ellas se han ido reinventando yo he ido camaleónicamente adaptándome, no entre cosas muy lejanas porque si no sería una impostura, pero sí entre estilos cercanos y con la misma actitud, aprender cosas nuevas es algo que me ha hecho sentirme vivo, soy muy curioso.

¿Los sesenta fueron en realidad los años dorados del pop español?

Aquí todo llegó más tarde porque eran corrientes que necesitaban de la libertad para expresarse y aquí no la había, pero sí en los años sesenta fue cuando se inventó casi todo.

Ceo que hubo mucho cachondeo con lo de "Mike Ríos"

(risas) Yo la he exagerado mucho porque era una buena anécdota; Tenía entonces una panda muy guasona y aquello, que era impuesto, me lo tuve que aguantar hasta que pude bautizarme con mi nombre (risas).

Y también con las portadas de discos con el lunar eliminado

Esa portada fue la de 'El anillito', y es un dibujo. El dibujante, no sé quien se lo diría, evitó ponerlo (risas).

Todo el mundo conoce a Miguel Ríos a partir de 'El río', pero ¿qué memoria le queda de los muchos años anteriores?

La verdad es que hasta 'El río' nos movíamos en unos círculos muy reducidos, no había tocadiscos para ser superventas ni nada de eso, pero ya antes con '¡0h, mi señor!' se me tomó algo más en serio. Las épocas de aprendizaje se recuerdan siempre con indulgencia y yo no los recuerdo como muy duros, pero sí lo fueron, a pesar de que anímicamente iba preparado a lo que fuese y tenía fuerza para aguantar los olores a repollo de las pensiones: estaba convencido de que no había mucha gente que cantara como yo, que no los había tan necesitados como yo de triunfar lejos de casa y con la única alternativa de volver a una tienda de telas.

En un principio fue una voz para lo que hiciera falta ¿cuándo empezó a tener la necesidad implicarse en lo que cantaba?

Ya con Los Relámpagos intentaba poner mi granito de arena pero no me dejaban gran cosa (risas). Yo me he considerado más cantante que compositor siempre, pero ya entonces me di cuenta de que las cosas de uno nadie las podía escribir mejor que yo. Allá por el 67 me puse con la guitarra y empecé a hacer mis primeros pinitos.

Lo decía por una letra que decía algo así como "Yo era joven y triunfaba cantando cosas tontas que la gente aplaudía, ahora que he vuelto etc"

(risas) Sí fue en 'Ahora que he vuelto' para Sonoplay, cuando decidimos que había que intentar dejar de dilucidar si las chicas tenían ángel o no (risas). En aquella canción expresamos de una formar un poco naïf la necesidad de ser un poco más trascendentes.

Por entonces corría la leyenda de que en su casa se alojaban los Rolling ¿fue cierta?

Lo fue, sí. Porque Sandra Lebroc era la compañera de Adolfo Waitzman (director musical suyo en aquellos años en Sonoplay) y amiga de la infancia de Bill Wyman. Wyman llegó con el productor Glynn Jones y se quedaron en un apartamento muy pequeño que yo tenía, casi una isla del amor libre en el Madrid franquista. Allí se quedó (risas) pero Wyman venía dispuesto a follar lo que fuera, pero era tan feo ¡tan feísimo! que no hubo tía que se quisiera ir con él ni siendo un Rolling Stone (risas)

Y en esto el 'Himno del alegría' le enseñó el mundo entero ¿Se fue a San Francisco "con flores en el pelo" como pedía la canción?

La verdad es que el ambiente hippie ya medio lo vivíamos en Madrid, a la española porque la policía te podía mandar a pelar por la cale (risas). Pero el Himno, no es tanto una obra mía como de la coyuntura ya que yo me ajustaba a lo que querían y estaba en el sitio y el momento exacto.

¿Qué se trajo de la "experiencia americana"?

A mi me sirvió para quitarme el último polvo de la dehesa porque viajando me di cuenta definitivamente de la gran mentira del franquismo, aquello de la "diferencia", "la unidad del destino en lo universal". ¡sonaban tan gilipollescas en Sydney o en una limusina cruzando Nueva York y escuchándote en el todas las radios del dial! Para eso sí que me sirvió, fue más útil en lo personal y económico que en lo musical.

Si hubiesen funcionado sus secuelas, el 'Te deum' o el 'Concierto de Aranjuez' en la misma línea ¿hubiésemos conocido al actual Miguel Ríos?

Si hubiese funcionado el 'Concierto de Aranjuez' tal y como Herb Albert lo pensó, probablemente todo lo posterior hubiese sido diferente. Pero se complicó todo tanto por las discursiones y problemas de derechos que se paró todo. De todas formas lo que a mí me detuvo más en seco fue ver a Elvis en Las Vegas, al Elvis terminal que hubiese sido lo máximo a lo que podría aspirar yo por ese camino, y no era lo que me gustaba: había visto también a Led Zeppelin y conocí a Scott McKezie y me atraía más lo de ellos. Así que decidí invertir mi dinero tiempo en aprender el oficio.

Y cuando aterrizó se estrelló: se lo llevaron a Carabanchel ¿qué le parece que el tema siga igual que hace casi cuarenta años?

Me parece absurdo. Era absurdo tirarte un mes en la cárcel alternando con asesinos por un par de canutos. Había mucha gente de la farándula en Carabanchel y éramos un grupúsculo de supervivencia, pero fue atroz por el sentimiento de culpa que te crea. Los tres días en la D.G.S. fueron los peores de mi vida, sobre todo porque no estuve a la altura de lo que yo hubiese querido estar, y me dejaron un sentimiento de resquemor y desprecio hacia el Estado. Lo de las drogas es acojonante porque la sociedad crea todas las necesidades para que la gente está tan desquiciada que necesita todo tipo de ayudas, y luego las penaliza mientras permite que los verdaderos criminales, que son los grandes traficantes de drogas duras, campen a sus anchas.

También en esa época empieza a componer letras de cierto compromiso social ¿cómo nace en Miguel Ríos esa necesidad?

Pues muchos compañeros comienzan a militar en partidos y sindicatos. La huelga de los actores en el 72 o 73 nos abrió los ojos y nos enseñó que guardando el miedo se podía dar una vuelta a las cosas y pensar en que esto cambiaría. Ya hacíamos letras metafóricas para burlar la censura, porque "despierta, comienza amanecer' no tenía nada que ver con la naturaleza (risas), y ahí gente como Pablo Guerrero, Luis Pastor, Víctor empiezan a influenciarnos y nos hacen ver que su discurso es también necesario y posible en el lenguaje del rock.

Sin embargo en las crónicas de la Transición nunca aparece el rock.

El rock no ha sido la banda sonora de este país, no nos creamos más de lo que somos.

'Conciertos de rock y amor' fue el primer disco en directo grabado en España ¿Por qué es tan parecido al de la Big Band Ríos de veinte años después?

Creo que sí, salvo que Bruno Lomas hiciera algo parecido. Se parecen porque la Big band recoge una parte suya, hicimos un guiño a aquel disco con Tito Duarte, que estuvo en ambos. A aquel disco lo que se sobraba es que yo hablaba mucho, ¡de ahí vino mi fama de mesiánico y predicador! (risas)!

También fue el embrión de las Noches rojas, rocks de verano etc.

Sí, porque fue la primera vez que me hice empresario de un proyecto mío.

En aquella época usted está cercano al P.C. Sin embargo profesa una gran admiración por Felipe González.

A Felipe González yo lo conozco en la clandestinidad, en una reunión que convocó a Sotillos después del concierto de Raimon en Madrid, allí se hizo la cita con 'Isidoro'. Felipe es una persona encantadora y en aquella época tenía una energía alucinante y un discurso demoledor para la España de entonces: "modernidad" que era lo que todos queríamos en aquel momento. El discurso del PSOE de entonces era brutal.

Usted les echo una mano. 'Año 2000' fue sintonía de una de sus campañas

Yo compuse 'Año 2000' porque había leído 'La tercera ola', una historia de anticipación científica de Alvin Toffler y me impresionó mucho. Lo del 'Tiempo del cambio' quiso ser un homenaje a Dylan, pero lo anecdótico es que me invitó Alfonso Guerra a cantar en el fin de campaña, y en una época muy mala porque habíamos hecho una gira muy dura; va y me dice: "viene Serrat y Moustaki y tienes que cantar la del 'tiempo del cambio' por que lo hemos cogido para la campaña de las Juventudes Socialistas". (risas) Nadie me había llamado ni dicho nada y me hizo mucha gracia que ni siquiera supiese que el tema se llamaba 'Año 2000' y no 'El tiempo del cambio'

¿Por qué se empeña en ser un roquero cuando todos sus grandes éxitos han sido baladas?

Ay, es que la gente se empeña en que les gusto más cantando baladas que haciendo rock, con lo que a mí me gusta (risas). Es mi sino. Mi voz es muy emocional, lo que hace que algunas pronunciaciones lleguen a la gente, a lo mejor se ajusta mejor a las baladas.

A mediados de los ochenta todas las noches tenía entre 10.000 y 50.000 personas delante de usted ¿cómo no perdió la cabeza?

Sabiendo que vienes de Cartuja. Y es verdad que se te puede ir la olla porque puedes entrar en un estado de soberbia insoportable. Cuando ves que hay tíos tres días durmiendo en la puerta de un concierto tuyo o se te bajan los humos o es que eres un gilipollas. Lo más importante cuando estas arriba es saber que tú eres de los de abajo.

¿Que fue más difícil, intentarlo, llegar o mantenerse?

Lo más difícil es que no te coma la ambición. Eso (risas) y aguantar una pregunta que es absolutamente dramática "Miguel, qué... ¿te has retirado ya?" (risas). Hay dos tipos de público, el ocasional y el mecenas; el primero viene y va, pero el segundo es el que te permite vestirte y tener una casa y un coche... estos últimos saben que hay rachas y momentos difíciles pero sigue ahí con admirable fidelidad.

En Hispanoamérica usted es un mito: a su último concierto en México DF fueron 100.000 personas al Zócalo para escucharlo ¿cómo se consigue esa situación allá?

Ahora tengo la que te dan los discos y las compañías. Pero yo tuve la suerte de hacer una gira en Méjico y la suerte de abrir brecha para el rock cantado en castellano, que no existía, hasta el punto de que el rock en español te lo colocaban como folclore en las tiendas y las radios no lo ponían. Tuve la suerte de estar en el momento justo para poder ofrecer la posibilidad de hacer rock, en español, y perfectamente comparable con cualquier disco de rock anglosajón. Al año y pico había sesenta emisoras poniendo 'Rock & Ríos' y se extendió hacia abajo, Venezuela etc.

En la gira que hizo junto a Víctor Ana y Serrat se dio la circunstancia de que buena parte del público eran veinteañeros ¡viendo a artistas que podrían ser sus padres! ¿qué le puede decir ahora mismo a un chaval que podría ser su nieto?

Es que no hay un sentimiento estanco en la música, sin embargo el rock es una música generacional, sino no se explica que en el último concierto de los Rolling estuvieran los miembros del gobierno del P.P. cantando. (risas) !Montoro gritando obscenamente nada menso que 'I can´t get now satisfaction' !(Risas). Fue una noche surrealista, con los guardaespaldas dando saltos en el palco con las pistolas puestas (risas). El rock sirvió de liberación un grupo enorme de seres humanos a medidos del siglo pasado. Más allá de la anécdota pensé que no me había equivocado, que acerté cuando trabajando en una tienda de tejidos opté por intentar ser uno de ellos.

Para comprar su disco antes había que intoxicarse de Mirinda o emborrachar al padre con Fundador. Ahora hay que ir a la manta con un euro.

No deja de ser una putada, ¡es mejor emborrachar a tu padre que verte tirado por el suelo!. Yo tengo a ochenta y pico mil personas que no van a ir a la manta, por eso pudo hacer los discos, de otra forma no podría pagarlos. Esto, a mí que me pilla de retirada, me afecta menos, pero los que vienen están completamente jodido. Creativamente estás completamente seccionados y tiene que ajustarse a modelos preestablecidos, y por otro lado la industria no tiene nada que ver con la realidad.

En su nuevo disco vuelve al estudio con temas nuevos tras mucho tiempo ¿Ha sido por el proyecto? ¿Por Luis García Montero?

Por la casualidad, nos encontramos en una exposición de Juan Vida y me pidió que le invitara a participar en el disco, y bueno, vino a casa tres o cuatro días pero con un rendimiento muy fructífero. Y eso que el mundo de la poesía y el de la música no son lo mismo, cada uno tiene sus métodos y servidumbres. Yo soy muy directo y Luis muy exigente con el lenguaje y entre los dos hemos ido engordando los temas. Lo curioso es que la relación que yo tengo con la música hasta la meticulosidad él la tiene con la palabra, es una máquina, un fenómeno.

En una ocasión me dijo Antonio Muñoz Molina que estuvieron a punto de hacer cosas juntos

Sí, las hicimos. Yo se lo dije también pero la cosa al final no cuajó, y lo que preparó no encajaba en la medida; los escritores tienen el sentido de la medida o la acentuación distinto al que necesita un letrista ya que estamos obligados por la música, y esto se resuelve sentándote y hablando cada verso. Él, o no tuvo tiempo, o la decisión, o el interés y ahí quedó la cosa, y fue una lástima porque es un grandísimo escritor y mejor persona. Un fuera de serie.

Desde hace dos meses corren 'tiempos más perros'

Creo que no porque todas las barbaridades que está haciendo esta gente, tanto los que han puesto los bombas como los que han plantado la semilla del odio que está fortaleciendo un desencuentro tan absoluto, tales barbaridades han convencido a la gente para dejemos de ser la mayoría silenciosa de antes. Un voto ya no es un cheque en blanco. Y hablo en plural porque somos muchos en muchas partes del planeta. Nunca más va a volver a suceder.

¿Ve en Zapatero la misma capacidad de generar ilusión que en González?

Algo tiene, y confieso públicamente mi error porque nunca creí que iba a dar la talla que está dando. Zapatero tuvo las 48 horas antes de su elección más lúcidas de la política española, y la hora más brillante de un político español en la historia de un partido tras ganar las elecciones. Espero que los halcones de la política le dejen faenar.

Desde el año pasado reside en Granada ¿es la misma ciudad la real que la que pensaba a distancia?

Sí aunque todo es mejorable. Yo tenía miedo por si me estancaba y esta ciudad se convertía en una especie de retiro, esa sensación retrasó mi regreso más de la cuenta . Desde la distancia Granada se ve muy ensoñada, el sitio de mi refugio, el sitio donde volver si no iban bien las cosas y donde existía una gente con una relación incorruptible hacia mi. Aquí tengo unos amigos acojonantes que me hacen la vida muy feliz, me hacen reír y aquí me río continuamente. Antes lo hacía poco y me parece cojonudo poder reírse de uno mismo como lo hacemos nosotros, y eso el algo que se recupera a esta edad con mucha alegría. Me he traído mi oficina, me voy a traer mi dinero y mis cosas y tengo muchas ganas de hacer patria chica. A Granada le hace falta gente que critique menos y trabaje más por ella.

Allá por el 66 usted decía en la revista Mundo Joven "no creo que pase a la posteridad, mi música se olvidará, seguro, y Miguel Ríos se dedicará a otras cosas" ¡Quién se lo iba a decir!

(Risas) Yo creo que me curaba en salud, es algo que he repetido muchas veces. El año pasado me vi en Vía Digital en un programa que se llamaba 'Nostalgia', recién llegado de Estados Unidos hecho un hippie, y decía eso mismo. Se me ocurre que podía ser un sentimiento de autodefensa: ¡que si lo tengo que dejar que no sea una catástrofe! (risas). Realmente es que lo de la música en aquella época era muy fugaz y el rock parecía una música más de usar y tirar, lo que ocurrió es que no les dejamos y la industria no pudo inventar nada más potente. Pero visto desde ahora ¡ni en mis mejores momentos hubiese pensado que podría durar hasta los sesenta años!


Discografía oficial:

MIRA HACIA TI. 1969
MIGUEL RÍOS. 1969
DESPIERTA. 1970
GRANDES ÉXITOS DE MIGUEL RÍOS. 1970 LP
UNIDOS. 1971
MIGUEL RÍOS EN DIRECTO: CONCIERTOS DE ROCK Y AMOR. 1972
MIGUEL RÍOS: ÉXITOS. 1973
MEMORIAS DE UN SER HUMANO. 1974
LA HUERTA ATÓMICA. 1975.
AL-ANDALUS. 1977
LOS VIEJOS ROCKEROS NUNCA MUEREN. 1979
ROCANROL BUMERANG. 1980
EXTRAÑOS EN EL ESCAPARATE. 1981
ROCK & RÍOS. 1982
BALADAS. 1982
ROCK DE SIEMPRE. 1982
CANCIONES DE UNA ÉPOCA. 1983
EL ROCK DE UNA NOCHE DE VERANO. 1983.
LA ENCRUCIJADA. 1983
LO MÁS DE ROCK EN EL RUEDO. 1985.
EL AÑO DEL COMETA. 1986.
QUÉ NOCHE LA DE AQUEL AÑO! 1987
MIGUEL RÍOS. 1988
DIRECTO AL CORAZÓN. 1990
ASÍ QUE PASEN 30 AÑOS. 1992
POR SIEMPRE.1995
CANCIONES DE AMOR PARA TIEMPOS DIFÍCILES. 1995
COMO SI FUERA LA PRIMERA VEZ. 1996
MIKE RÍOS: SUS MEJORES EP, VOL 1. 1996
MIGUEL RÍOS EN CONCIERTO: BIG BAND RÍOS. 1998
ANA BELÉN, MIGUEL RÍOS: CANTAN A KURT WEILL. 1999
MIGUEL RÍOS. 1999
MIKE / MIGUEL RÍOS, VOL. 2. TODOS SUS EP. 2000
MIGUEL RÍOS Y LAS ESTRELLAS DEL ROCK LATINO. 2001
60 Mp3. 2004