Texto: Juan Jesús García


Lapido: "La furia se expresa igual con un puñetazo que con una caricia"

Asegura haber quedado exhausto preparando 'Cartografía', su quinto disco en solitario que ya suena a partir de la canción 'Cuando el ángel decida volver'. Tres años le ha llevado hacerlo -porque él se lo hace todo, incluidas las agotadoras partes administrativas y promocionales- pero estas doce piezas mantienen la esencia literaria y sonora de 'El maestro', como se le conoce en muchos ámbitos; eso sí, insistiendo más en la plasticidad de los tiempos medios y su adecuación ideal a su capacidad de expresión poética.

- No hay ni una foto en el disco ¿ya no se gusta?

- Pensé poner un primerísimo plano de mis arrugas y mis canas a modo de mapa definitivo en la cartografía lapidiana, pero hacía falta un mapa físico y uno político, y el corazón laberíntico que aparece en la portada aúna los dos conceptos. Un acierto de Alfonso Aguilar, el diseñador.

- ¿Y cuando se oye tampoco?

- A mí me gusta mi voz cuando llega el solo de guitarra o cuando me detengo a tomar aire. Es en esos momentos cuando alcanzo la máxima expresividad que un cantante puede alcanzar: el silencio. El do de pecho está sobrevalorado por la cultura occidental. Entre los gorgoritos de un cantante de pop operístico y el susurro aguardentoso de Leonard Cohen, me quedo con esté último sin ninguna duda.

- ¿El último disco siempre es el mejor?

- Tópico entre los tópicos. Mentira recurrente en las hojas promocionales en la que no voy a caer. Hace falta tiempo para valorar en su justa medida una obra. Una vez dicho esto hay que señalar que el que no haga un disco con la intención de que éste sea una obra maestra es que se pone el listón muy bajo. Que lo consigamos o no es otra historia, pero por lo menos hay que intentarlo. Es lo que he hecho con 'Cartografía' y no se crea, me ha costado lo suyo. Ha sido un proceso agónico.

- La cartografía es cosa de viajeros y exploradores ¿cuál es su viaje pendiente?

- Todos tenemos un viaje pendiente que nos llevará a cruzar la laguna Estigia en la barca de Caronte. Ese es el viaje definitivo. Lo que pasa es que ninguna agencia de viajes lo tiene entre sus ofertas.

- Y si es la emocional, a muy pequeña escala somos química orgánica... ¿Qué romántico no?

- El romanticismo me es tan ajeno como la petanca, el reggetón o el coleccionismo de maquetas de aviones de la segunda guerra mundial. En cualquier caso, uno de los escenarios favoritos del Romanticismo eran los cementerios. Allí soltaban sus arrebatados parlamentos los poetas y dramaturgos. Así que... por cierto, ¿Qué es lo que me preguntaba? ¿Algo de química orgánica? Qué raro, ¿no?

- ¿Lapido es usted o incluye en el paquete a Bernal, Sánchez, Popi González, Solana y demás? ¿Qué proporción de responsabilidad reparte?

- Lapido soy yo y mis circunstancias. El estar rodeado de unos músicos así es una gran ventaja. Víctor Sánchez, Raúl Bernal, Popi Gonzalez y Paco Solana han puesto todo su talento al servicio de Cartografía y yo les estoy muy agradecido. Han hecho un gran esfuerzo y creo que en el disco se nota esa implicación que va más allá de la de un músico contratado. Además tienen un gran sentido del humor, cosa que ha hecho más llevadera la grabación, un tanto tortuosa. También he de mencionar al gran Quini Almendros, que ha estado brillante con el pedal steel.

- Por cierto ya es una banda estable ¿ha pensado en ponerle nombre propio al grupo? No sé, por ser 'original' ... ¿Lapido y los Ceros por ejemplo (o los Unos para disimular)?

- Ceros y Unos. Eso estaría acorde con los tiempos digitales que nos han tocado vivir. Pero usted sabe que yo soy analógico. Sí, hemos pensado poner nombre a la banda pero es algo tan difícil... Encontrar uno que no lleve a la risa floja es misión casi imposible.

- Hablando del tema, un amigo rico les da un millón de euros por diez conciertos si se juntan ¿le paso el cheque?

- ¿Usted que quiere, que yo le diga que por nada en el mundo me volvería a juntar con los Cero y que así quede claro que somos los más honestos y los más consecuentes con nuestras propias palabras? Pues no. Por un millón de euros soy capaz de hacer una psicofonía con Jimi Hendrix y hacer una jam session en el patio de los Leones si hace falta. Todos tenemos un precio.

- ¿Qué volverán antes "las palabras del exilio" o "el ángel"?

- La vuelta es uno de mis temas recurrentes. Da mucho juego literario. Fíjese usted, desde la parábola del hijo pródigo la cantidad de vueltas de las que se han escrito. El ángel ya ha aparecido en algunas de mis canciones, por ejemplo, en "Luz de ciudades en llamas", el mismo ángel estaba sentado en el andén esperando sus alas, y en "Huellas", de 091, estaba esnifando cocaína. Mis canciones están pobladas de personajes a los que retrato en distintas etapas de su vida.

- ¿De verdad usted cree que la gente trabaja en las minas "buscando algo en qué creer"?

- Usted es muy poco dado a la metáfora. Lo entiendo por su condición de antiguo fumador de Celtas Cortos, pero como hijo de minero debería saber que una vez que el oro y los metales preciosos se han agotado en el subsuelo de la provincia de Granada, lo único que uno puede buscar en una mina es eso: algo en lo que creer.

- En este disco ha llegado a todo un clásico: "la serena madurez del autor". Se dice siempre que no hay 'cañadespaña' ¿ya no está furioso con el mundo?

- Claro que sí, lo que pasa es que la furia se puede expresar igualmente con un panfleto que con un poema, con una caricia que con un puñetazo.

- ¡Y ha metido violines! Cuente, cuente...

- Aportación de un gran músico granadino, Nicolás Medina. Me lo encontré un día por la calle y me comentó que estaría encantado en colaborar conmigo de alguna forma. Ya hizo algunos arreglos para el primer disco de los Cero. Le tomé la palabra y lo llamé para que metiera algo de cuerda y realmente lo que ha escrito para 'Algo me aleja de ti' ha quedado magnífico.

- Otro clásico es el de la orquesta ¿para el próximo?

- He quedado tan agotado con este disco que no sé si habrá próximo. La autoedición puede llegar a ser muy satisfactoria pero quema mucho y le aseguro que ahora mismo lo último que pienso es en grabar y editar otro disco. La verdad es que siempre me pasa lo mismo y luego acabo entrando en el estudio. Debe ser una especie de adicción. Lo de la orquesta qué quiere que le diga... no, no y no.


Lapido: "Transformar el dolor en música es un bello oficio"

Texto: Eduardo Tébar

Solitario, con paso firme y la hoja de ruta bien marcada. Así se desplaza Lapido por el territorio discográfico. El poeta eléctrico de Granada acaba de publicar 'Cartografía', el segundo álbum que lanza tras el arduo -pero libre- proceso de autogestión a través de su sello, Pentatonia Records. El guitarrista y compositor de 091 ha establecido una banda con algunos de los músicos más solventes de la ciudad. Víctor Sánchez, Raúl Bernal, Popi González y Paco Solana, todos ellos cantantes en sus respectivos proyectos paralelos, están al servicio del rock literario del 'Maestro'.

- Me cuesta presentar su disco: no hay una evolución obvia respecto al anterior ni se entrega con alborozo a la repetición de un hallazgo estilístico reciente.

- Soy el mismo del disco anterior pero con unos 900 días más a las espaldas. Con sus noches correspondientes, claro está. Más que reinventarme, lo que se me podría pedir, de hecho me lo exijo a mí mismo en cada disco, es que pase al menos la ITV y pueda seguir rodando.

- Está claro que nunca grabará un álbum de reggaeton, pero todavía tiene pendiente uno de blues. ¿Ha acumulado la suficiente cantidad de dolor?

- Estoy en ello. Para empezar ya me he comprado la guitarra adecuada para tocar blues, una Gibson E335. Creo que cada vez está más cerca el momento de grabar ese disco. Me apasiona el blues pero temo no estar a la altura que exige el género. Paciencia, todo llegará. Transformar el dolor en música es un bello oficio, sin duda.

- Sin embargo, se le ve cómodo en los medios tiempos con unos músicos asentados y polifacéticos. ¿Ya tiene a su particular The Band?

- Soy muy afortunado por poder tener a mi lado a Víctor Sánchez, Raúl Bernal, Popi González y Paco Solana. Son músicos jóvenes pero con gran talento que han hecho que 'Cartografía' sea lo que es. Creo que estamos muy compenetrados y eso se nota en el disco. The Band es uno de mis grupos preferidos y la comparación me halaga.

- Hablando de Dylan, a usted también le llaman 'poeta eléctrico'. En estos tiempos de sobredosis de descargas y escuchas efímeras, ¿queda espacio para el texto inteligente en el rock?

- Eso depende del autor y de la autoexigencia que éste se imponga. Está claro que mi música no sirve para tonos ni para politonos. Lo patético es que haya músicos que se sientan orgullosos de que alguna canción suya sea un éxito en esa aberrante forma de escuchar música, qué le vamos a hacer. Hay gente pa' to como decía aquel.

- Canta que los romanos encontraron la verdad en el vino. ¿La suya está en las canciones?

- Yo tengo muy pocas verdades que contar y que cantar. Son más las dudas que uno puede poner encima de la mesa. Por las mañanas me asomo a la ventana y veo un signo de interrogación en el cielo, aunque no haya ni una nube.

- Por cierto, ¿para cuándo un libro con todas sus letras?

- Que yo sepa no hay proyectos en ese sentido antológico que usted menciona pero creo que aparecerá en breve un libro que analizará mis letras.

- Ya puestos, podría plantearse una antología de artículos en prensa, donde lleva años destilando sarcasmo sobre el prosaico gremio de la política.

- Las columnas de prensa tienen una corta vida. Están demasiado pegadas al día a día para que leídas un tiempo después conserven el sentido primigenio con el que se escribieron. De todas formas intento esmerarme en todo lo que hago y reparto estopa a diestro y siniestro sirviéndome de la ironía y del sentido común.

- En sus composiciones habla más de perdedores que de poderosos. ¿Qué diferencia al Lapido músico del opinante?

- Soy el mismo. En un caso utilizo la guitarra eléctrica y en otro el teclado del ordenador.

- ¿Y qué impulsos literarios le produjo la promesa de complicidad del líder de la derecha con los artistas que no llegan a fin de mes?

- Rajoy, al soltar aquella perla de la demagogia, se lució, y así le fue en las elecciones.

- A todo esto, la autoedición le dejó exhausto hace tres años. ¿Cómo lo lleva ahora?

- Igual. El trabajo se acumula, pero sarna con gusto no pica. Elegí esta vía para dar a conocer mi obra porque no encontraba otra salida. Fue una decisión meditada así que no me puedo quejar. Es mejor la autoedición que quedarte de brazos cruzados esperando una oferta que nunca llega.

- El título de 'Cartografía' parece que le ha traído suerte. Por lo pronto, las grandes capitales están marcadas en el mapa de esta gira.

- Es el paso lógico que viene después del disco y llevo tantos años haciéndolo que ya ni me planteo si lo hago con ganas o por vicio.

- Eso sí, tocando cada vez más pronto. ¿Qué le parecen estos horarios de hostelería que imponen a la cultura?

- No siempre se toca temprano. En algunos festivales se actúa a las dos de la madrugada o más tarde, y tampoco son las mejores horas. Lo malo de tocar en teatros o aulas de la Universidad es que el público no puede fumar ni beber y se ven obligados a prestar atención a la música, ¡qué aburrimiento!

- Usted se vio en una de esas en el difunto Circo del Arte de Granada, cuando tuvo que actuar "fuera de la ley". ¿Qué morbo, no?

- Una muestra más de la buena gestión del Ayuntamiento. Patrocinan un ciclo de conciertos en un sitio que hace un frío de muerte y encima llega la Policía Municipal intentando acabar con un acto que había sido autorizado por ellos mismos: absurdo.

- Oiga, vuelven Led Zeppelin, The Police, Tequila, ¡hasta los TNT! ¿El retorno de los Cero también tiene un precio?

- Todos tenemos un precio, pero mientras decidimos el nuestro nos empeñamos en decir que no hay reunión posible. Creo que es lo mejor. Estuvo bien mientras duró y no creo que haya que alargar las faenas más de lo razonable.