Texto y fotos: Juan Jesús García
Una de las voces más peculiares del pop español es la de la cantante, actriz y modelo Christina Rosenvinge. A pesar de que lleva en esto casi treinta años, su carrera salvo en algún momento dado se ha realizado en la parte de atrás de los focos de la popularidad. Ya en 1980 aparecía con Ella y los Neumáticos (seminal grupo con miembros luego de Gabinete Caligari, Décima Victima y Ciudad Jardín). Posteriormente junto a Alex de la Nuez se dejó ver en un dúo cuya apariencia juguetona y naïf les encaminó hacia el público casi infantil; de Alex y Christina salió el primero, reputado compositor de bandas sonoras, y ella, que gracias al entorno de Sabina debutó como solista con Los Subterráneos. De aquella primera Christina, que tocaba en Granada con Amparo Sánchez como anfitriona, poco queda ya, puesto que fue oscureciendo sus canciones siguiendo los pasos de su admirado Leonard Cohen, encontrándose por el camino la mano amiga de los miembros de Sonic Youth, que han ayudado a que esta última etapa se mueva entre el noise y la canción indie con un ligero toque de neorealismo afrancesado. Esta semana cantó en el Teatro Isabel de Granada con Luis Arronte como invitado.
- Estuvo entre los primeros de los años ochenta ¿qué le parece la 'operación nostalgia' que envuelve a toda la nueva ola madrileña?
- Me parece bien que 'La Movida' se reivindique y se publicite si sirve de estímulo para que un nuevo flujo de ideas surja. Pero creo que el Ayuntamiento debería gastarse el dinero en promover lo que está ocurriendo ahora mismo, sobre todo en crear salas, un esqueleto donde fluyan esas ideas, que en una especie de festival nostálgico. Hay que concentrarse en el presente, y Madrid es una ciudad muy deficitaria en lo que a oferta musical se refiere: los locales son malos, mal acondicionados y con ninguna ayuda del Ayuntamiento. Si 'La Movida' ocurrió fue porque hubo un Ayuntamiento que la favoreció o que, al menos, no puso trabas.
- En algún momento su nombre se hizo muy conocido, pero ahora milita en la sección de 'artistas de culto' ¿cómo lo lleva?
- A mí me gusta en el sitio en el que estoy, se llame como se llame.
Tengo un público muy fiel que sigue lo que hago con interés. Me da la impresión de que no es todo tan caprichoso ni tan advenedizo como antes. Tengo la oportunidad de profundizar más en lo que hago. Y después de llevar tantos años con una carrera con tantas vueltas, la gente tiene que ser realmente curiosa y constante para seguirme [risas].
- En su lejana ya primera visita a Granada tuvo un mano a mano con Amparo 'Amparanoia' ¿recuerda aquel concierto?
- De ese concierto en concreto no recuerdo a Amparo. Pero a Granada he vuelto infinidad de veces, y voy con regularidad ya que tengo amigos. Qué se puede decir de Granada que no suene ridículo a estas alturas... Es uno de esos lugares únicos y perfectos.
- Ha estado una larga temporada viviendo en Nueva York; incluso en algún momento dijo que una 'refugiada'. ¿Cómo contemplaba a 10.000 km la música peninsular?
- Si te digo la verdad, no conozco a fondo lo que ocurre en la escena musical española. Pero sí he notado un crecimiento muy grande en el público. De ser un público frívolo y descreído en el año 98, cuando yo me fui, ha pasado a ser, gracias a internet en gran medida, un público con más cultura musical e independencia de pensamiento. Son mucho más abiertos a nuevas ideas.
- Leonard Cohen, aunque sea por motivos económicos vuelve a actuar. ¿Feliz?
- Claro. En enero y en junio del año pasado estuve metida en una gira de homenaje a Leonard Cohen, en la que estaban su mujer, su hijo, John Cale, Enrique Morente, etc. En esta gira yo hice una de sus canciones, que se incluirá en el próximo disco. Y por supuesto que iré a verle, me interesa mucho lo que hace.
- ¿'Continetal 62' cierra de alguna manera su 'etapa americana'?
- En cierta forma. Sigue en la línea de los dos anteriores, que
se ha grabado en Madrid pero que por internet los músicos americanos aportaron su parte, y que tiene tres canciones en castellano porque está tomando un rumbo natural hacia el castellano, aunque no creo que el idioma sea un elemento ideológico a la hora de hacer música, sólo un instrumento más.
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