Texto y fotos: Juan Jesús García
Chavela Vargas: "Soy viva moneda que nunca más volverá a repetirse"
Sentada, escondiendo sus ojos tras una gafas oscuras, la gran Chavela Vargas es un prodigio de simpatía, buen humor y excelente memoria. Salpicando sus palabras con fragmentos de poemas es un placer escucharla a sus 85 años hablar de sus vivencias, de las partes más luminosas, de su juventud en el entorno revolucionariamente artístico de Frida Kahlo y Diego Rivera, y también de sus año oscuros que no esconde. Frente a las penas de las que nutre su repertorio de rancheras y boleros ella en persona es una insistente canto a lo bello de la vida.
Para usted ¿qué ha sido tocar en la casa de Lorca?
Es acariciar un sueño, tener en la mano una esperanza. Ojalá hubiese en cada casa del mundo hubiese un García Lorca y en cada Lorca hubiese una casa como esta. Sería divino el mundo si en lugar de cañones hubiese música, en vez de fusiles poesía y en lugar de cosas feas sueños hermosos. Eso es lo que sentí yo anoche. Siendo egoísta quería tener una noche lorquiana par mi sola. Como dijo Neruda, 'a lo lejos alguien canta'
Es la primera vez que canta en Granada ¿cómo se sintió en el concierto?
Es la primera vez que canto en Granada y ha sido muy hermosos también porque había gente muy joven, soy un poquito de referencia para ustedes los jóvenes, establecen conmigo una corriente muy especial, son cómplices míos y esa complicidad generosa de compartir mi sueño y de quererme como soy, grande de edad, es muy hermoso y yo se lo agradezco mucho.
Cuando conoció usted a Federico
Yo le he amando desde que nací, él y yo hubiésemos sido muy buenos amigos, porque yo amo a la gente como Federico, esa cosa que tienen ciertas gentes en el mundo que han sido elegidos por los dioses, por eso se fue tan pronto, yo lo conocía desde antes como decimos en México. Federico está en todo lo hermoso del mundo en cada cosa hermosa que ocurre, una flor que nace, ahí está Federico. Nosotros tenemos esa cosa fea de decir "murió' , pero no, no, anda por ahí y en todo lo podemos ver, anoche yo tuve el privilegio de verlo.
El año pasado no vino por problemas de salud ¿cómo está ahora?
Estoy muy bien, rebién. Lo que pasa es que tengo unos doce años en euros (risas) ¡tengo que hacer mejor la cuenta! (risas)
¿Volverá?
Con mi edad en euros no puedo pensar mucho en el futuro. Desde ahora, todavía en el estribo de la magia, te puedo decir que si no he detenido mis pasos volveré.
De las rancheras dicen que es el mejor vehículo para cantar a las penas, como el blues en español ¿está de acuerdo?
Las rancheras son un constante canto flamenco porque al final de la ranchera está el grito de dolor: 'me dejaste, que voy a hacer sin ti y si te vas se acaba mi vida'. Es muy hermoso, y todo esto tiene que ver con el bolero, con el tango con el blues, con la música del mundo. La música no tiene pasaporte y nadie le pide cuentas. El bolero era muy sensual en Cuba y en México se suavizó, y luego siguió su camino, yo he visto que las músicas van y vienen. Todo lo demás son babosadas, ¡denme quinientos ramos de rosas blancas, quinientos cuartos en un hotel de cinco estrellas, ¡hay más estrellas en el cielo, como anoche!. Dos guitarras un corazón y una mujer eso es todo.
¿Pasó el tiempo de cantar rancheras con una vaso en una mano y una pistola en la otra?
Eso es mentira, nosotros nos agarramos a balazos cuando nos da la gana (risas) así terminaban las fiestas de Frida y Diego, alguien decía '¡falta un muerto en esta fiesta que estamos todos muy vivos!' '¡Terminemos con un muerto para ver cómo es la cosa!' Y había que ver como brillaban las pistolas en las fiestas. Eso es México, pero eso es España también, que ustedes no los dieron, como el chisme y los cotilleos, que los heredamos de ustedes (risas).
¿Se arrepiente de algo?
Todas las cosas tiene su lado positivo, por ejemplo al principio el alcohol te agarra y es un embrujo muy bonito; pero luego te coge y te convierte en una persona necia y detestable, nadie te aguanta y eso es el infierno del alcohol. Pero no me dejó huella, que tengo el hígado más bonito del mundo después de aguantar más de 40.000 litros de tequila. Antes me caía siempre y ahora me resbalo en lo seco y me paro en lo mojado (risas)
¿Qué recuerda del entorno de Rivera y Frida?
Millones de recuerdos, eran gentes grandiosas como seres humanos y como artistas. Ella era una de las pintoras más grandes del mundo, mejor que él y le dio su lugar porque le amaba. Ella me decía 'recuerda que yo te nací, agarra las cosas buenas de mi, hasta nútrete de mi propio dolor'. El recuerdo de ellos tapa los peor de mi vida, hay que recordar las cosas amables y bellas de la vida.
¿Y de Trosky, que también pertenecía a su círculo?
Ahh sí, era muy simpático, yo le decía que parecía un 'cabro' todo peludo. Ahí estaba enamorando a Frida y no podía (risas) decía 'yo aquí conquisté todo esto' pero con Frida no pudo (risas)
¿Se siente continuada por alguien?
No, en nadie no ha nacido, yo soy viva moneda que nunca volverá a repetirse.
Lo decía por Lyla Down.
Ahh Lyla, a ella todos mis respetos, esta señora sí que viene fuerte, tiene con qué y abriendo cancha, pero nadie más. Lyla viene rompiendo barreras, es maravillosa y tiene un futuro inmenso en la cosa del arte mejicano.
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