Texto y fotos: Nùria Reguero
"Cuatro Caminos" es el último disco hasta la fecha del grupo mexicano, un disco mucho más homogéneo, en el que, a diferencia de los demás, las canciones presentadas están tocadas con un baterista, algo que nunca habían hecho en otros discos y algo que le pone una expresión, una vestimenta, un volumen y una energía diferente a cada arreglo de los temas. Para esto, el grupo decidió invitar a la grabación del disco a dos excelentes músicos, Víctor Indrizzio y Joey Waronker (quienes han tocado entre otros con Beck y REM) y entraron al estudio para comenzar esta nueva etapa. Hace pocas fechas, el grupo mexicano visitó Barcelona.
Ya habíais venido a España anteriormente. ¿Hay diferencia en el público desde los primeros conciertos de presentación hasta ahora?
Manuel: Un poco. Con el paso de los años, nos hemos hecho más populares entre los latinoamericanos y ese público es el que más nos conoce en España.
Joselo: El hecho de que una parte latinoamericana del público ya nos conozca, genera un ambiente y hace que gente que no nos conoce o que sólo ha leído alguna reseña, se acerque a nosotros.
En este sentido, os ayuda el Grammy a la mejor canción de rock que habéis ganado por Eres (Cuatro caminos, 2003)...
Los premios ayudan a que se nos conozca y son muy bienvenidos, primero porque siempre da gusto que te reconozcan y, si además ayuda a que la música se difunda, todavía mejor.
Cuatro caminos es un disco muy diferente a los anteriores, añadís por primera vez un bajo y una batería y el estilo es más próximo al rock. ¿Es el resultado de 15 años de trayectoria o es un proyecto nuevo?
Joselo: Cada disco es una oportunidad para intentar algo nuevo o para plasmar lo que somos en ese momento. En el primer disco y también en el segundo, la inquietud del grupo fue más reflejar nuestras raíces y combinar instrumentos que no eran muy utilizados en el rock. Esto fue en 1992 y 1994. Después, la necesidad fue tomar canciones de otra gente (Avalancha de éxitos, 1996) y más tarde la necesidad fue de hacer un disco instrumental, que se alejara del formato canción convencional. Ese disco fue el más abstracto y salió junto con otro más introspectivo llamado Yo soy. Después nos tomamos un año sabático donde cada uno hizo sus proyectos, y Cuatro caminos es el resultado de ese año sabático; había una buena energía y queríamos intentar cosas que no habíamos probado antes, como por ejemplo es uso de la batería, ya que el disco estaba más influenciado por el rock. Esto ha hecho que mucha gente se acerque a él y de él a los otros.
Entones, no es tanto que este sea un momento especial, creo que este es uno de los momentos como hemos ido manejándonos, porque no sabemos qué es lo que siga.
¿A qué creéis que se deba la comparación que se hace de vosotros con Radiohead?
Manuel: Creo que tiene que ver con la propuesta de estar siempre averiguando, experimentando y aventurándonos con la música. No pienso que los resultados sean similares pero sí creo que la intención o la actitud es lo que pueden comparar. Y por supuesto también, más allá del género o el resultado en específico, la sensación de terminar de escuchar un disco o una canción, la música siempre te produce algo y creo que allí es donde nos conectan con Radiohead.
¿La investigación que hacéis de un disco a otro es algo que os proponéis u os sale de forma natural?
Joselo: Hace 17 años teníamos un grupo diferente a Tacuba en dónde queríamos dirigir mucho las influencias y el resultado fue que las raíces mexicanas nos salían aunque no quisiéramos. Entonces nos dimos cuenta de que ese era el camino. Es decir, las cosas están ahí de forma natural, pero uno les da un empujoncito en un momento dado. Por ejemplo, viajas y buscas música, o simplemente la encuentras y te interesa; puede que eso se acabe reflejando en temas posteriores. El resultado es bien natural.
En este cambio de la música tradicional al rock, ¿Os ha seguido el mismo público?
Manuel: Con este disco hemos tomado público de una nueva generación, gente como de 12 a 15 años que nos han refrescado. Tal vez el público que nació con nosotros, que tiene ahora nuestra edad ya no es tan fanático, o si a caso, ahora va a las presentaciones con sus hijos. Pero esta nueva generación nos da mucha energía. Creo que sí ha habido un ligero cambio pero al final, de alguna manera, seguimos haciendo lo mismo: pasarlo bien haciendo la música y en el directo. Y esto nos sigue pasando y lo disfrutamos.
El hecho de estar entre dos tierras (música tradicional y rock) os debe enriquecer mucho musicalmente. De hecho, habéis tocado con grupos tan opuestos con Los Tigres del norte o Incubus...
Joselo: A pesar de las diferencias, lo que hacemos todos es música y podemos hacer uso de lo que tengamos a mano. Los latinoamericanos somos la suma de diferentes culturas, razas y músicas, y si además puedes tocar con alguien como Incubus o Los Tigres, aprendes muchísimo. ¡Sí! Es buenísimo.
Una vez nos invitaron a un homenaje de Los Tigres del norte pensando que haríamos la Ingrata o algo de ese estilo. Pero lo que les entregamos fue una cosa rarísima: reconstruimos las canciones de Los Tigres a partir de partes aisladas que sampleamos. Hicimos una canción que nada tenía que ver con el estilo que esperaban. ¡Creo que cuando lo oyeron no les debió de haber gustado!
A Incubus, les propusimos hacer sus temas más folklóricos y con otra influencia. Ellos se prestaron al juego ¡Y resultó! Para nosotros no es nada difícil.
Cuatro caminos es un ejemplo de este cruce de caminos de los Tacuba. Seguidores de vuestros discos de folk ahora se aproximan al rock, y los nuevos seguidores que provienen del rock, se aproximan a vuestra vertiente folk...
Manuel: Sí, nosotros jugamos con esos elementos y lo que resulte es lo que la gente tiene oportunidad de escuchar. Ojalá realmente sea así y abarquemos gente de diferentes escuchas.
¿De qué se nutren las canciones de Café Tacuba?
Manuel: Nos puede inspirar cualquier cosa: una cuestión sentimental o social, una historia, una pintura, un alimento... Es muy trillado decirlo, pero es verdad, no tratamos de tener una temática constante, sin embargo tratamos de estar enterados de todo lo que pasa y decirlo a nuestra forma. A veces hay que leer de atrás de la letra pequeña pero es lo que nos gusta. Tanto en la música como en la lírica siempre hay que buscar y averiguar.
¿Café Tacuba encaja dentro del panorama musical actual de México?
Manuel: Supongo que tenemos algo de actual porque el público nos sigue. Siempre tratamos de estar al tanto de todo lo que pasa dentro y fuera de nuestro país y eso nos influye y en algún momento lo traducimos en música. Tal vez el resultado es completamente diferente a lo que podría uno esperar pero eso nos entusiasma. Cuando la música sale fácil intentamos darle la vuelta y por suerte hemos encontrado la forma de llegar al otro lado.
¿Y la gente en general está educada para este tipo de música más difícil de digerir?
Manuel: Cuesta trabajo, pero una vez prestas atención y te tomas un poco de tiempo hay un punto donde la gente se puede enganchar fácil.
Ya son 15 años de trayectoria. ¿Os imaginabais como estáis ahora?
Joselo: No, para nada. Cada uno de nosotros se dedicaba a otras cosas aunque tangencialmente tenían a ver con lo que hacemos porque eran carreras creativas. Por ejemplo Manuel estudiaba Ingeniería industrial interesado en los sistemas de audio, o yo estudiaba diseño. La música era el hobby, pero el hobby fue tomando más tiempo en nuestra vida.
Somos muy conscientes de que somos cuatro personas con ideas que podemos ir hacia el mismo camino pero todo eso va cambiando de manera natural. Es como estar renovando siempre ese interés.
¿Creéis que México tiene más buena música que exportar?
Joselo: Sí, pero tampoco me gustaría sobrevalorar eso. A lo mejor hay música que se queda en México porque es ahí donde tiene que estar. La exportación se da por intereses, la mayoría comerciales, pero hemos visto que las cosas que llegan son las que están interesantes, como Julieta Venegas o Eli Guerra. Cada cosa llega en su momento y no hay por qué decir que hace falta que se conozcan más. Lo que sí sería buenísimo es que existiera un diálogo musical más allá de lo que se supone que es lo que vende. Y en México hay algunas instancias culturales que lo han llevado a cabo.
¿Qué es lo que os lleváis de la experiencia de este paso por España?
Nos llevamos una expectativa de que algo va a pasar. También nos llena muchísimo el que nos haya descubierto nueva gente y da la sensación de que hemos causado buena impresión. El encontrarte con comentarios como "Nos han sorprendido" o "¿Cuándo volverán?" es buenísimo, significa que algo está pasando.
Manuel: Ojalá podamos regresar y esta visita de para seguir trabajando acá y que nuestra música se conozca.
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