Texto y fotos: Juan Jesús García


Burning: "La historia de Burning es la de este país"

Antes de Burning (un decir) no hubo nada, o por lo menos (casi) nada queda de ello. Los 30 años de vida de la banda madrileña son la historia del rock and roll en este país, lo dicen ellos y es cierto. Con subidas y bajadas, éxitos y fracasos, con cambios y ausencias, Burning están ahí y atesoran en su repertorio algunas de las mejores canciones del rock y el pop español.

- 'Altura' ha sido su última entrega hace dos años ¿tras "Altura" qué?

- Estamos en ello, 'Altura' ha sufrido la situación complicada de la industria y nos hemos puesto las pilas en otro sentido, preparando unos 18 temas en plan acústico que está produciendo Carlos Narea y saldrán para la primavera.

- ¿La gente pide siempre lo de siempre?

- Exacto, somos conscientes de la situación, pero a mi como público me pasa lo mismo y cuando voy a ver a los Stones tiemblo con el `Satisfaction' o 'Jumpin Jack Flash'. Luego entre col y col metemos una lechuga (risas)

- Ese disco, entre muchos avatares, recopilaciones, reediciones, tributos, discos sin terminar (Sin miedo..) etc , rompía casi diez años de ausencia efectiva de los estudios. El disco suena diferente ¿Cómo fue ése rencuentro con las grabaciones...Y sin Risi?

- Le echamos mucho de menos, ya sabes. Lo grabamos con Jaime Asúa en su estudio. Le echamos de menos porque era un tipo muy peculiar y con una forma muy particular de ser y de tocar y no le hemos tenido, hubiese necesitado también su ayuda al ahora de salir de la eterna duda, porque los estudios tiene eso, que no sabes cuando has terminado una canción o si volver a hacerla de una forma diferente.

- En ese Cedé hay un puntillo negro muy perceptible

- Bueno es que la onda musical se reparte más entre todos los miembros de la banda, y cada uno tiene su gusto musical, la de Carlos es más soulera y funk y ha salido en algunos momentos, pero no está reñido con el rock and roll.

- En directo algunos fans de toda la vida dicen que el grupo suena perfecto, pero ahora más estándar ¿está de acuerdo?

- Hay conciertos y conciertos en Granada, en los Ogíjares estaba hecho una mierda, medicado, y me tuve que ir corriendo al hotel con fiebre. Hay que tocar porque un grupo no debe suspender nunca, pero si no estás en las mejores condiciones los conciertos tampoco salen perfectos.

- Ustedes gozan del respeto de multitud de compañeros de su generación y de las posteriores ¿Cómo se consigue esa situación en inmundo tan cainita como el de la música?

- Me lo ha dicho mucha gente, quizás porque nosotros hemos estado a caballo del rock urbano y el pop de la Movida, hemos sido una bisagra que funcionaba para ambos públicos desde hace mucho tiempo y hemos sido fieles a nuestro estilo haciendo buenas canciones que es lo más importante. A lo largo de los años la gente, que no es gilipollas, piensa que esto de tantos años no se debe tratar con intrascendencia.

- Y además su público es extremadamente fiel ¿y eso?

- No hemos sido un grupo de mayorías, nunca, pero los que nos conocen son capaces de tatuarse el nombre de Bunring en un brazo, que yo lo he visto. Ver a Burning en 2004 sigue siendo un buen regalo.

- En una de las muchas entrevistas que les he hecho Risi me dijo que le gustaría ser un músico de culto, "pero como Tom Waits, bien pagado". ¿No corren buenos tiempos para el rock and roll?

- En este país nuca han corrido, pero no importa, hace ya mucho tiempo que decidimos vivir de espaldas a esa vida acomodaticia del rock, nos alimentamos de carretera, conciertos y noches; seguimos yendo de copas con el público que nos ve y de esas experiencias salen muchas canciones y letras.

- Algunos grupos de los setenta, Lele Laina y compañía, por ejemplo, han vuelto y con una atención que no habían tenido en años ¿le parece que los grupos de los años setenta son los grandes olvidados de la historia del rock español?

- Con ellos he tocado hace poco y siguen tendiendo una chispa especial en los ojos al tocar. La movida madrileña se cargó de un plumazo todo lo anterior, se cargaron a toda una gente que había hecho un gran trabajo y que eran a muy representativos a nivel del extraradio de las ciudades. Pero todo va y viene, a nosotros aquello nos pilló en la carretera y esto también nos ha cogido tocando.

- Ahora la música se ha convertido en una continua y obligada banda sonora, casi un ruido de fondo para todo, ¿en esta situación qué papel juega el rock?

- No le falta razón, pero la diferencia está en el corazón y la visceralidad. Para mi el rock es algo más vivencial que una canción de hipermercado o clínica de dentista. A mí me resulta imposible mantenerme indiferente ante una canción de rock esté donde esté. El rock juega a vivir.

- En los tiempos de Jim Dinamita el mundo civilizado terminaba en Ventas, ahora hay que irse muchos kilómetros más lejos. Sin embargo el rock barrial madrileño está más vivo, peleón y reivindicativo que nunca pero sin el romanticismo de grupos como Burning ¿qué le parecen todos esos grupos (como Porretas, Boikot, A Palo Seko etc...) que mantienen la voz de la calle?

- Es que cuentan la historia a gritos, tiene cosas buenísimas: sus corazones, sus amigos, su pasión y sus noches de cerveza para dárselo todo a los colegas, que cuando montas un grupo en las barriadas es para quien tocas. Nosotros aprendimos, quizás por la situación social y política que vivimos, a decir también 'me cago en tu puta madre' pero utilizando dobles sentidos y de una forma hasta más poética y romántica. Ellos son más directos y creo que les falta estilo en las letras.

- ¿Para cuando el libro biográfico que han anunciado?

- Ahí va. Me cuesta mucho recordar y las historias sólo salen en noches especiales. También me está costando decidirme porque estoy yo solo recordando lo de todos y me gustaría que estuviese alguno de ellos a mi lado para ser cómplice, porque no sé hasta donde puedo llegar. La historia de una banda de rock and roll como Burning, desde el año 74 es la historia también de este país y es bonito, así que la terminaré.