Texto: Juan Jesús García.


Amaral: "Entiendo a los que desconfían de nosotros"

Eva y Juan, tanto monta... son Amaral. El dúo maño llegó ayer, 23 de junio, a Granada para tocar en directo sus 'Pajaros en la cabeza' el disco que los ha afianzado el techo del pop español. Con ellos estuvo también en el Palacio de Deportes José Ignacio Lapido, uno de los músicos que más admiran. La presencia de ambos en esta ciudad, a la que califican de fascinante, se remonta a casi un decenio atrás, cuando debutaban en uno de los conciertos paralelos del Espárrago Rock, y la última mantiene el record de asistencia al Festival del Zaidín cuando reunieron a 25.000 personas ante sus canciones. Y por si fuera poco le han dedicado una canción a Granada.

- ¿Cómo llevan eso de la fama descomunal?

- No nos interesa para nada; la fama y la popularidad son una puta trampa, un espejismo que no te puedes tomar en serio.

- Y hablando de famosos: Rosa 'De España' acaba de comenzar una gira al frente de una banda de soul y blues ¿Qué le sugiere ese dato?

- Me parece muy perversa la máquina que encumbra a una persona y luego te tira por el suelo. Ojalá ella se sienta cómoda, feliz y contenta, porque la música es para eso, no para que la gente se sienta presionada, abrumada, engañada o desubicada.

- Han pasado del tono seco y fronterizo (a lo Ry Cooder) de su primer disco a una sofisticada ambientación beat (en 'Universo') o a los Brincos con cuerda en 'Días de verano' como comienza este último.

- Realmente antes también había Rickembakers porque los Byrds han sido mi escuela y George Harrison ha sido mi ídolo. Luego generacionalmente nos gusta el punk y otras muchas cosas. Creo que hemos evolucionado de una forma no pretendida, pero hay una identidad que se mantiene hasta ahora. Es cierto lo de los ambientes beat, Brincos, de la costa Oeste o los tributos a Love o los Mody Blues, etc., porque forman parte de nuestra cultura.

- Este disco es variadísimo ¿han repetido productor por esa visión amplia de la música que tiene?

- No, Cameron nos aguanta y graba bien lo que le decimos, es muy eficaz pero los responsables, para bien o para mal, somos nosotros.

- La primera vez que escuchamos a Amaral ¡cantaba canciones de Lagartija Nick!, y ahora vienen acompañados por Lapido... ¿Todo nos lleva hacia 091, no?

- Creo que José Ignacio Lapido es uno de los mejores escritores de canciones que ha habido nunca en este país, por su capacidad de transmitir melancolía y por unos riffs de guitarras maravillosos. Para nosotros es un referente. Uno de los primeros conciertos que escuché en mi vida, siendo un crío, fue su primera actuación en Zaragoza. Lagartija tienen algunas canciones, 'Satélite' o 'Universal' por ejemplo que son impresionantes. Las deudas hay que pagarlas.

- Otro compañero del último viaje es Morente ¿cómo fue el encuentro?

- No fue tal, porque Morente arrolla. Imaginábamos su voz en ese tema y si no hubiese estado él no hubiese estado nadie. Él aceptó y fue un placer; en cierto modo fue un tributo al 'Omega' que tantas puertas nos abrió.

- Y ya que pagan todas las deudas: ¿tocar con Dylan debió de ser otro ajuste de cuentas?

- Sí, fue otro pago de deudas. Las deudas se pagan. Las puedes ocultar pero nosotros preferimos hacerlas públicas dándoles las gracias con los Beach Boys, los Byrds, José Ignacio, Dylan, Morente o Televisión. Estamos orgullosos que se sepa, porque si te olvidas de donde vienes no sabes a donde vas.

- Una vez dijo "que un chico se dedique a la música es una desgracia en una familia, pero que lo haga una chica es una tragedia" ¿lo sigue suscribiendo ahora?

- Hombre ya no, nuestros padres están muy orgullosos. Pero al principio sí, porque nosotros venimos de un barrio obrero de Zaragoza y no fue fácil, era ir a la contra.

- Por cierto que las citas 'familiares' han dado buenas canciones: 'No sé que hacer contigo' de Barricada y ahora ustedes con 'Pájaros en la cabeza'. Seguro que lo han escuchado alguna vez.

- Sí, (risas) claro que lo hemos oído. Es un título que reivindica la rebeldía de tener pájaros en la cabeza, de no conformarte, tanto en tu vida personal como en la colectiva: hay que tener ilusión como persona, como país, y no creemos lo que nos cuentan ni conformarnos con ello. Me gusta el punto rebelde que tiene.

- Parece que han menguado sus citas literarias o cinematográficas en este último trabajo

- En su día nos dijeron que si íbamos de culturetas por citar a Nicolas Cage o Televisión ¡pero cómo no vamos a citar a Televisión si no pasan quince días sin que escuche sus discos!

- Hay algo, no sé, es una intuición que no consigo concretar en sus canciones, pero me recuerda las letras del flamenco

- Efectivamente hemos intentado cuajar algo de nuestra fascinación por las letras del flamenco, por decir muchas cosas con pocas palabras. En este sentido todavía tenemos que crecer mucho porque los del norte somos muy farragosos. Me encanta la simplicidad aparente de los flamencos.

- Sin embargo sus letras tienen historias muy novelescas y peliculeras, son casi guiones (por ejemplo 'Marta...', 'El río...').

- La primera es una canción coral que sí da para eso, y 'En el río'... También. Es una canción muy ambiciosa, cuando me la enseñó Eva me pareció bestial. Nos gusta el cine pero no sé si esa es la causa.

- De ustedes dicen que son el ejemplo de que la calidad no está reñida con la comercialidad ¿ese filo es muy cortante?

- Nosotros no hemos buscado el sitio. Nosotros hacemos lo que hacíamos, y luego la gente te sitúa. El sitio que ocupas es mitad trabajo, mitad suerte, mitad... Yo entiendo que haya gente que desconfíe de nosotros, me parece normal porque el proyecto se ha hecho tremendamente bestial y estamos hasta en la sopa. Si cuando tocamos en La Caverna me lo cuentan no me lo hubiese creído. Es lógico que generes desconfianza por el cómo está estructurado el mundo del espectáculo. Yo lo único que puedo decir es que seguimos con los mismos principios que cuando comenzamos y que nunca vamos a hacer un disco por motivos comerciales, y menos ahora que no lo necesitamos. Pero si alguien tiene sus prevenciones hacia Amaral, lo entiendo y lo respeto. Dentro de quince discos igual nos reímos un poco de todo esto.

- Ahora la pregunta del millón ¿de dónde saca ese chorro de voz?

- (risas) No lo sé, puede poner que lleva un CD incorporado en el ombligo y somos como Milli Vanilli, un playback (risas). Lo cierto es que Eva siempre nos impresiona porque hace cada concierto como si fuese el último. Es muy perfeccionista y siendo una chica delgadita y frágil tiene un corazón que ocupa el Sacromonte entero. Es muy tímida, muy sentida, muy bondadosa y carisma puro. A veces pienso que he tenido la suerte de trabajar con un genio. Honestamente Eva está a ese nivel. Y te lo digo ahora que no está delante. ¡Si lo lee diré que son exageraciones del periodista! (risas).

- Le dedicaron una canción a Granada: 'Todos los milagros' ¿qué les une a estas tierras?

- Para nosotros al principio era un territorio exótico y encantador de donde habían salido muchas bandas que nos fascinaban, gente que tiene una actitud ante el rock muy profunda. Una ciudad con mucho carácter. Luego fuimos haciendo amigos y empezamos a vivir la Granada nocturna y la de día, y nos enamoramos. Nos parece una ciudad fascinante.

- ¿Recuerdan su actuación en el festival del Zaidín ante 25.000 personas? Ahí contactaron con Elliott Murphy, que ahora ha colaborado en su disco.

- Sí, sí me acuerdo, fue una gran noche. A Elliott ya lo conocíamos porque Eva había tocado la armónica con él. Como también recuerdo una actuación en una salita de flamenco (La Caverna) porque fue un punto de inflexión en el grupo, que ya tenía entidad para viajar al Sur, que significaba mucho para nosotros.

- Por cierto ¿sabe que están recogiendo firmas para intentar que el festival no desaparezca? ¿van a firmar ustedes?

- Sí claro que sí, me enteraré mejor y firmaremos.