SKUNK D.F.
"El año del dragón"
Zero Records
(2005)
Texto: Fermín Gámez
Un nuevo disco de Skunk D. F. es siempre una nueva oportunidad de disfrutar del rock más evolucionado facturado con ingente calidad y arropado por letras en castellano, y por ello la espera siempre es larga y su llegada, regocijo.
Pero esta vez hay más, Skunk D. F. presenta ‘El año del dragón’, después de su aclamado ‘Neo’, con el que demuestran sin duda que no hay quien les chiste en todo el territorio, con instrumentalización y potencia propios de bandas internacionales, y superando a algunas que aclamamos como si de dioses paganos se trataran, un sonido perfeccionado al milímetro vaya, si a esto añadimos la increíble voz de Germán González y las colaboraciones de gente como Carlos Escobedo (Savia) o Curtonates (Terroristars) la disfrutabilidad de su nuevo largo es algo más que patente.
Producido en “Cube Estudio” por Alberto Seara y el propio grupo, ‘El año del dragón’ nos ofrece once temas que vuelan alto tanto líricamente como en su capacidad para engarzar armonías impecables y emotivas a la vez que adictivas, pero hablemos de las canciones más destacables:
‘Musa’ es el primer single de este álbum donde el tratamiento de las guitarras es impecable y la voz sublime, donde los medios tiempos y los cambios de ritmo son un aliciente más para encumbrarlos, la letra versa sobre el final de las relaciones, y la globalización del triste sentimiento del adiós, escupen emociones a cada segundo y esto la convierte en uno de los mejores temas del disco.
‘Nada será igual’, sexto corte, está acompañada de la grandilocuencia de las canciones clásicas, sus riffs son pesados y dejan paso libre a la lírica, para que ésta nos deje una historia tan real como doliente, un estribillo claro que grita por la paz y recuerda el dolor del 11m, las guitarras sonarán como si de una orquesta se tratara.
La justicia en la lucha de género realza la fábula japonesa de ‘El año del dragón’, con un comienzo de bajo y batería único va meciéndonos por una historia original a la vez que henchida de rabia, la rebelión de sus riffs y el mejor estribillo de Skunk D. F., medios tiempos donde se cuela la voz de Carlos Escobedo, la mejor pieza de este álbum, una alegría asiática que se muestra cercanisima, sin duda una razón más para querer a esta banda.
La tranquilidad de ’22:50’, primer corte, nos acerca a los Skunk D. F. más profesionales, unas programaciones que nos hacen recordar a los Deftones más cálidos y a un tema que aunque carente de velocidad está lleno de fuerza inusitada, sin dudarlo pieza básica de este disco.
Entre otros temas que dejan buen sabor de boca encontramos ‘Alicia’, con una potente declaración contra el síndrome de Peter Pan, ‘Mantis’ los acerca a los tristemente olvidados FHB sin perder su esencia, el comienzo evocador de ‘Polvo de estrellas’ no deja indiferente, y la magnifica base ritmica de ‘Icaro’ siguen subiendo el nivel del álbum hasta lugares insospechados.
Skunk D. F. han creado su mejor disco, y esto era muy difícil, aunque todavía es pronto para decirlo, podríamos estar ante el mejor álbum de metal de este año en nuestro país, si no es así por lo menos estamos seguros de que éste es un álbum gigante, y por ahora imprescindible.
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