SIWEL
"Unforgettable Moments Of Forgettable Times"
Zebra Records
(2005)
Texto: Fermín Gámez
Ser un cantautor en España es difícil, ser un cantautor que lo hace en inglés es andar por el alambre sin red, por eso benditos sean los equilibrios de Siwel, segundo disco del joven valenciano, increíble capacidad la de éste para retratarnos estados del corazón, sin virtuosismo ni alardes vocales, directamente y sin placebo ninguno nos ofrece en bandeja la droga dura que supone ‘Unforgettable moments of forgettable times’, guitarra, voz e historias bien contadas, a muchos grandes les ha costado mucho comprender la dificultad de este tipo de composición, pero Siwel ya nos sorprendía con temas como “I didn´t need to know your name” de su anterior álbum ‘Siwel’ (2004), ahora se reafirma creciendo en este nuevo álbum y pintándonos trece paisajes emocionales únicos.
“Do you still think that there´s nothing I can lose” es la carta de presentación que evoca pasajes de su anterior álbum y comienza a abrirnos un mundo nuevo y nuevas sonoridades, sin perder su esencia, en este ‘Unforgettable moments of forgettable times’, temas tan maravillosamente necesarios como “I know how this story ends” (que nos recuerda al famoso James Blunt) con la participación más que loable de la vocalista de Emma Get Wild, Isabel Castro, que plasma a la perfección el sentimiento de la composición de Siwel, la corta y susurrante “If you ever had to write a song about me”, cercana a Wilco, o la balada llamada “Mayuri” que destaca por la capacidad vocal de Siwel, son piezas que demuestran una evolución clara, recogiendo batería y arreglos propios de grupos rock.
Pero es en el último tema donde nos llega la sorpresa, Siwel nos regala sus sentimientos en castellano, en “Ahora ya no”, como siempre magistral, no deja momento al consuelo, es una tremenda demostración de melancolía.
Siwel nos hace disfrutar con su segunda propuesta, y es que ¿quién dijo que segundas partes nunca fueron buenas?, matrícula para el pequeño gran cantautor.
Texto: Juan Jesús García:
Podría ser un nombre importado, dentro de la invasión de neocantautores indies electroacústicos que tienen a Elliot Smith, Nick Drake, Tim Hardin o Paul Simon en el puesto de ángeles de la guarda en las esquinas de de su cama. Pero no, es valenciano y se llama Luis Merino aunque haya firmado sus dos discos con este nombre. Como ocurre con nuestro LAY, menos es más, y ofrece a los amantes de las emociones débiles una colección de canciones sin trampa ni cartón: una guitarra, y acaso dos voces en los momentos de mayor vértigo. Suficiente, y a ratos hasta excesivo.
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