QUIQUE GONZÁLEZ
"La Noche Americana"
Varsovia Records
(2005)
Texto: Fermín Gámez
Poco a poco Quique González se nos ha hecho necesario, este es ya su quinto disco, por su historia personal han pasado nombres tan importantes y añorados como Enrique Urquijo, trabajos que quedarán para la historia musical colectiva como su primer álbum, "Personal" o su engrandecimiento paulatino como gran compositor desde "Salitre 48" a "Kamikazes enamorados", canciones como "Aunque tú no lo sepas", "La ciudad del viento", "Jukebox", "Torres de Manhattan", "En el Backstage" o "Te lo dije" han convertido a Quique en el exponente más real de autor de himnos cotidianos.
Quique sigue teniendo a su lado a los mejores, Carlos Raya y José Nortes lo producen junto con la masterización de Richard Dodd (Johnny Cash o su amado Tom Petty), y redescubre con "La noche americana" (Varsovia records, 2005) su pasión por la banda de rock de autor, ha vuelto para conjugar toda la mejor actitud de su carrera en este quinto disco, desde la directa dureza de "Personal", la melancolía de "Salitre 48" o el intimismo de "Kamikazes emamorados", él engloba todo por lo que lo queremos de un sólo empujón, en un sólo suspiro nos ofrece todo su mundo.
"Vidas cruzadas" es su carta de presentación, una fuerte relevancia de la mejor lírica del poeta madrileño, referencias al pasado, al volver atrás en la memoria, todo esto ayudado de un videoclip firmado por David Serrano (Al otro lado de la cama, Dias de Futbol,...), en el que varios personajes pasean por una habitación dejando cada uno su huella inborrable.
En "Justin y Britney" Quique entra de lleno en la canción norteamericana, las guitarras abren camino con su rítmica a su letra más reivindicativa, alusiones a lo que está sucediendo en el mundo, solo el principio ya nos arrastra hacía lo que será una consecución de verdades como puños, "Hay demasiada sangre en el mundo para que tú la limpies", sin duda de lo mejorcito de sus letras.
La canción "Alhajita" (Eduardo Falú / Manuel José Castillo), se reconvierte con la banda en la más emocionante búsqueda, la voz de Quique saca toda la emoción posible, las guitarras de Carlos Raya empastan perfectamente, como siempre, para conseguir que el tema se nos meta bajo la piel, esta claro que lo hace suyo y hace que sea disfrutable al máximo, más que revisión es un auténtico homenaje.
La simplicidad en la letra de "Los motivos" hace grande a esta canción, aunque con carácter más optimista, se acerca a anteriores piezas como "De haberlo sabido", "hay cien motivos más de los que había ayer"..."¿a quién voy a esperar? ¿a quién voy a querer igual?", susurrantes guitarras en un lento devenir de notas, harán un balanceo sonoro para acompañar el sentimiento universal, preciosa como una pequeña joya.
"Días que se escapan" saca de paseo a la mejor letra de "La noche americana", mientras que "Me agarraste" cuenta con la colaboración del oscarizado Jorge Drexler, creando texturas sentimentales increíbles, las voces de los dos se quieren y hacen de este tema bandera del disco.
En "Hotel Los Ángeles" Quique vuelve al rock norteamericano clásico, alusiones a hoteles, amantes y a la velocidad vital de las estrellas, y en "Hotel Solitarios" nos recuerda vagamente su etapa con "Kamikaces enamorados".
Otras canciones como "73" o "Se equivocaban contigo" redondean este "La noche americana", referencias al cine norteamericano, a hoteles, al amor y al adiós.
Y es que Quique nos presenta su disco más estudiado, ha tenido cuatro intentos antes, no falta ni un detalle de los que hacen grande a un artista, son canciones trabajadas al milímetro que desbordan sentimiento. Él se ve más cercano a referencias cinematográficas, John Wayne, Steve Mcqueen, Chinatown,.... pero para nosotros es más cercano al personaje de Allan Sillitoe en "La soledad del corredor de fondo", ha escapado, es libre y no lo podrá parar nadie.
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