LUCYBELL
Amanece
Warner Music
(2000)
Texto: Rodrigo Perez Perez
Tras la deserción de integrantes claves, las interrogantes sobre el futuro de Lucybell conducían a la duda, esperándose de esta entrega un disco lapidario. En cierta forma la agresión amorfa y frontal del primer single (Luces no bélicas) -junto con el escaso perfil del video promocional- fortalecían la tesis del ultimo suspiro. Muy por el contrario, "Amanece" se levanta como testimonio ineludible de buena salud.
Bajo una engañosa estética inicial de (cuidado) descuido, el disco nos muestra cómo la banda hace útiles 10 años de experiencia. Su propuesta esta vez se desarrolla en temas cortos de menor sofisticación, una forma melódica directa y sin distractores.
El fundamento de esta nueva postura descansa en el sobresaliente trabajo de Claudio Valenzuela, quien -tanto con su guitarra como con su voz- da un enfoque claro y dinámico al disco, entregándole vigor y dulzura, demostrando de paso que está en un gran momento, tanto como compositor, letrista e interprete: "Este es un álbum de aguas quietas y conflictos resueltos" declaró el vocalista, actitud que se confirma consistentemente en el desarrollo del álbum.
En un polo completamente opuesto se encuentra el trabajo de programación, que en su mayoría carece de la eficacia ganada antaño, incapaz de funcionar por si solo, perdiendo el rol esencial -y subliminal- que jugó en el pasado (Vete, Flotar es Caer). Electrónica chocante, efectista y anacrónica, entorpece las canciones antes que potenciarlas. Mas, en algunas honrosas excepciones (Fui a Cazar, Esfera) el trabajo de bases comulga con la línea melódica propuesta por las guitarras, haciendo de estos momentos los puntos altos del trabajo, conectándose así con lo mejor de su trayectoria y demostrando que la llevan con orgullo.
Falsamente criticado por algunos como un disco "techno", "Amanece" es un manifiesto de melodía reluciente, en virtud de un trabajo de guitarras de claridad inobjetable (tanto en la composición como en el animo) y de la acertada contribución al piano del nuevo bajista, Eduardo Caces.
Así las cosas, en las nuevas prioridades sonoras de la banda, se confirma que "reordenar" no es sinónimo de "destruir". El desafío esta vez se encuentra en un futuro donde se redomestiquen las maquinas, situación no tan compleja tomando en cuenta la sólida posición que hoy ocupan. Sin duda "Amanece" es un buen renacer, aunque confirme las declaraciones de la banda previas al lanzamiento: "Aún no hemos hecho nuestro mejor disco".
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