JAVIER LIMÓN
"Limón"
Sony BMG
(2005)
Texto: Fermín Gámez
Este disco es de las cosas que tarde o temprano deben suceder, no es que me queje, al contrario, me alegro y mucho, Javier Limón es, entre otros, el productor del ya famosísimo “Lagrimas Negras” de Bebo Valdés y Diego el Cigala, ya sabe todo el mundo que es poseedor de un Grammy latino al mejor productor del año, pero lo que no sabe mucha gente es que Javier Limón compone, y de que manera, de esta forma se nos presenta su primer disco que nace desde Casa Limón (el estudio) con carácter continuista, o eso esperamos.
“Limón”, que así se titula el disco, se presenta en un bellísimo digipack y huye de la frase “a veces las apariencias engañan” ya que es en su contenido excelso, “Limón” se explaya en la concepción de disco de duetos o de colaboraciones, aparecen en la totalidad de los temas gente tan grande como Paco de Lucía, Andrés Calamaro, Jerry González, Buika, Potito, Piraña, Niño Josele o David Broza. Javier Limón disfruta como un niño pequeño de la fusión en su música (aunque sea omnipresente el más variado flamenco) y del potencial de todos sus colaboradores, y vaya si hay potencial…
Comienza el disco a lo grande, con una bellísima bulería titulada ‘Nuevos hombres y mujeres’, a la guitarra el indispensable Niño Josele y al cante las maravillosas voces de Potito, Montse Cortés, Genara, Guadiana, La Tana y Duquende, será uno de los momentos de sonido más clásico. La siguiente pieza se titula ‘Madrid, orilla de Cuba’, en el se muestra el sonido de la rumba, la española y la cubana, con aportaciones más que memorables de saxo (Inoidel), guitarra española (una vez más Niño Josele) y percusión (Piraña y Pepe Espinosa), ‘La perla’ está hecha para el lucimiento de la guitarra de Paco de Lucía, otra gran bulería. La unión africo-cubana se produce en ‘Bahía negra’ en forma de wawanco, Buika y Bebo Valdés serán los protagonistas de una pieza sacada del más profundo sopor caribeño, Buika también cantará en ‘En el mismo lugar’, mostrando su voz tan susurrante y melancólica que duele desde la primera escucha, posee una de las letras más hermosas del álbum.
Otros momentos grandes del disco serán la aportación más que notable a la trompeta por parte de Jerry González en ‘Agua de azúcar’, un tanguillo con aire de danzón, Montse Cortés pone su prodigiosa voz, así como la unión de culturas que supone ‘Jerusalén’, cantada por David Broza. Pero sin lugar a dudas el punto más álgido de “Limón” llegará con la escucha de ‘El Cantaor’ la pieza en la que pone voz Andrés Calamaro, no ya porque parece escrita para él y porque parece un descarte de “El Cantante”, sino porque aparte de que se ve que Andrés le ha cogido el gustillo al sonido flamenco, lo que hace que se engrandezca, se muestra como un reverencial homenaje a la judería cordobesa y a los sonidos de la Córdoba más escondida, sublime.
Javier Limón despacha un disco excelente, lleno de composiciones que lo elevan al carácter de maestro entre los maestros, eclecticismo flamenco y global que no se puede dejar pasar, uno de los discos del año.
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