Texto y fotos: Juan Jesús García
Lara Bello: Ha nacido una estrella, de mar
El Festival de Jazz de Granada sirve también para estrenar discos y proyectos singulares relacionados (o no tanto) con esta música. En está edición, la primera actividad enmarcada por el programa de la muestra ha sido la presentación del disco 'Niña Pez' de Lara Bello. Un cedé grabado entre las dos ciudades donde reside, Nueva York y Granada, con músicos de varias nacionalidades y que tuvo en el teatro Isabel una 'premiere' exquisita.
Al frente de un grupo que gira en torno al pianista cordobés Ángel Andrés Muñoz, un músico que ha desarrollado una importante carrera con una mano en la música clásica y otra en el jazz, Lara se mostró cercana y tan grande como pequeña, según requiriera las historias que cuentan sus canciones, generalmente extraídas de sus experiencias vitales y los personajes de los que no rodeamos todos los días, y que en muchos casos nos resultan transparentes, como esa niña vendedora de rosas que protagoniza 'La rumanica'. Lara interpreta y baila, es lo suyo, canta y actúa y lo hace tanto desde el óptica de la diva del jazz, con dolor y pena que con la alegría contagiosa del flamenco o la complicad frágil de la cantautora que en el fondo es. Musicalmente su concierto fue impecable, con mucho tiempo para el lucimiento del 'tremendo' percusionista colombiano Samuel Torres, y requiriendo los sonidos orientales del laud y el quanun para arabizar alguna canción, que puede verbalizarse tanto en español como inglés, árabe y japonés llegado el caso.
También se hace acompañar de translucidos animales marinos proyectados sobre el fondo, imágenes relajantes de ambientes abisales con cadenciosos bailes vaporosos ajenos a la ley de la gravedad. Se siente líquida, se siente, pez, se siente estrella... de mar.
Lara Bello emocionó con su 'Niña Pez'
El primero de los cuatro discos que se estrenan en la trigésima edición del Festival de Jazz de Granada lleva por nombre 'La Niña Pez' y es de la cantante y bailarina Lara Bello. Lara lo ha grabado entre las dos ciudades donde reside, Nueva York y Granada, con músicos de seis nacionalidades distintas.
Semejante grado de fusión y multiculturalidad son también representativas de su concierto de presentación, cantado en español, ingles, árabe y hasta japonés: "cada idioma tiene un sentimiento diferente" dijo la vocalista dando a entender que cada historia le pedía ser cantada en una lengua diferente. El grupo con el que estrenó las canciones de su disco estuvo dirigido por el pianista cordobés Ángel Andrés Muñoz, un músico que ha desarrollado una importante carrera con una mano en la música clásica y otra en el jazz; en el otro extremo del escenario estaba el colombiano Samuel Torres, un espectacular percusionista al que se le dio todo el tiempo necesario para su lucimiento. Junto a la sección de ritmo formada por Juanmi Guzmán y Álvaro Maldonado, que fueron los que registraron también el cedé, fueron invitados Mostafa Bakkali (laúd árabe) y Abdesselam Naiti (cítara).
Lara es una reconocida bailarina que ha recorrido el mundo sobre sus zapatos de danza, por tanto sus intervenciones tiene mucho de interpretación, refuerzo expresivo con unas cadencias corporales llenas de emotividad. Tantos estilos de movimientos tiene como posibles registros vocales, oscilando entre la profundidad de la cantante de jazz tradicional, y la queja de raza flamenca pasando por templada confidencialidad de la cantautora folk; en todos ellos Lara consigue encoger el corazón con historias de viajes reales o anhelados, de personajes tan reales como la pequeña niña rumana que vende flores por el Albaicín, instantáneas de la vida misma que nos rodea. Canciones como esa 'Rumanica' 'Desde este lado' o 'Cuatro angelitos' están entre lo más destacado de la grabación (y del concierto) de esta cantante que se identifica tanto con la formas líquidas y la ingravidez oceánica a cámara lenta que acompaña la canción que da titulo al disco de proyecciones de traslúcidos seres marinos planeado sobre las profundidades.
El público, puesto en pie, arrancó al grupo los bises en los que sonaron algunas canciones no editadas antes para terminar con el escenario lleno de flores, los obligatorios ramos según el protocolo y otras muchas que el público le regaló espontáneamente.
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