Texto y fotos: Juan Jesús García


El mito Roy Haynes clausuró Jazz en la Costa

El batería que acompañó a Thelonius Monk, Miles Davis o Charlie Parker se despidió diciendo "hasta la próxima ocasión", lo que indica la voluntad de futuro en un hombre que, a sus 84 años, sigue aferrado a su batería y disfrutando profundamente de la música y la vida. La afición del Jazz en la Costa pudo disfrutar de su sabiduría en el homenaje a Charlie Parker en 2002, cuando presentó su disco 'Birds of a Feather', (él es de los muy pocos que pude afirmar con absoluta certeza aquello de "yo sí estuve allí"), pero este músico siempre ofrece algo más, sin perder de vista el valor de las composiciones más contemporáneas. En esta ocasión, sin embargo, casi parecía decidir de manera improvisada el tema a interpretar con los dos grandes que le acompañan en su gira: el contrabajista John Patitucci, reconocido compositor que pertenece a la escuela (y banda) de Chick Corea, y el pianista David Kikosky, un virtuoso intérprete de querencias clásicas al que siempre hemos escuchado como gregario de lujo ahora llevando mayor responsabilidad solista y que contagió de optimismo el escenario en una sustitución del lesionado a última hora Danilo Pérez.

Todo comenzó con un redoble de caja que, por sí mismo, era la historia del jazz llamando a rebato sobre el escenario del Majuelo. A partir de ahí, Roy Haynes impartió una lección de oficio, finura y soltura, que contenía los ecos en un estilo rítmico sólo comparable a los grandes de su época, como Mach Roach o Elvin Jones. El trío pactó recorrer diferentes estilos sin salirse del buen jazz, con temas como 'Blues on the corner' o 'My only and only love' (con una preciosa intro de Kikosky), selección que evidenciaba buen gusto y se convertía en un recorrido por el mejor jazz de las últimas décadas, de McCoy Tyner a Chick Corea, Pat Metheny o el propio Patitucci, que supo utilizar su arco de manera oportuna para incrementar la tensión emocional de la velada.

La última sesión del Festival ha dejado el recuerdo de un solo magistral cercano a los diez minutos, que el público del Majuelo recibió con un devoto silencio previo a la ovación que supone reconocer la trayectoria del maestro Haynes. La aportación de Kikosky y Patitucci fue tan activa que se podría decir que este trío de ases repartió la responsabilidad de la noche a partes iguales, con unos solos tan bellos y profundos como la esencia de la música que decidieron interpretar. Sí es verdad que el octogenario batería marcó los tiempos en todos los sentidos, saltando micro en mano para ofrecer una contemporánea presentación funky de su trío. Roy Haynes tocó, jugó con su batería Yamaha golpeándola desde el otro lado, trasteó el micrófono y hasta amagó algún baile de rapero afroamericano. Dice en sus entrevistas en España que se niega a la docencia y que su manera de hablar es hacer música, pero no hay mejor pedagogía que contemplarlo en el escenario.

96% de ocupación

La edición de 2009 presente ha tenido, según la organización, una asistencia superior a las 12.000 personas, entre los conciertos del programa oficial y las actividades paralelas. Seis de los ocho conciertos completaron el aforo, algunos, como los de Jimmy Cobb y Ron Carter con casi un mes de antelación.

Jazz en la Costa se ha convertido en una cita absolutamente internacional, tanto por el cartel que ofrece como por la asistencia de público, ya que el 70% de las entradas se venden fuera de la provincia de Granada, y curiosamente a espectadores ingleses, alemanes y portugueses como nacionalidades más abundantes, lo que una vez más sugiere la oferta alguna vez anunciada del bono-jazz, que incluya transporte, entradas al Festival y alojamiento. Dentro ya de nuestro país, los puntos más lejanos en los que se han vendido entradas han sido Gran Canaria y Vitoria, paradójicamente una ciudad cuyo festival ofrece algunos conciertos compartidos con los de Almuñécar, pero a un precio muy superior.

Según la organización, este año ha sido, a pesar de la crisis, el año en el que se han vendido más entradas y más rápido, llegando despacharse el 96% del 'papel', lo que se entiende desde el festival como un acierto en el carácter, netamente jazzístico, del programa de esta edición por encima de otros estilos musicales. Y de entre los artistas que han actuado en el parque de El Majuelo desde el día 25, la gran sorpresa ha sido el concierto del saxofonista italiano Estefano di Battista, músico que junto a Esperanza Espalding agotó todos los discos que estaban a la venta en el kiosco de merchandising del festival, un síntoma inequívoco de que gustó mucho.
El director del festival, Jesús Villalba, considera que Jazz en la Costa está en un punto "decisivo" tras 22 ediciones, "en el que necesariamente se tiene que crecer", ya que "han surgido decenas de festivales veraniegos, con grandes presupuestos y un fuerte apoyo", y concluye: "cada día cuesta más mantener el nivel".


Roy Haynes clausuró Jazz en la Costa

El trío de Roy Haynes cerró la noche del sábado el festival Jazz en la Costa que se ha estado celebrando en Almuñécar desde el pasado dieciocho de Julio. La vigésimo segunda edición del Festival sexitano ha tenido una nutrida afluencia que ha llenado casi todas la noches el parque El Majuelo y se ha caracterizado por un programa que has sido más específicamente jazzístico que otros años, contando con algunos de los nombre históricos del género. El mítico baterista Haynes, uno de los pocos músicos vivos que escribieron algunas de las revoluciones sonoras del siglo pasado, actuó junto al pianista David Kikoski, que sustituía al panameño Danilo Pérez lesionado hace unos días, y con el contrabajista estadounidense John Patitucci en la sesión de clausura.
La edición de 2009 presente ha tenido, según la organización, una asistencia superior a las 12.000 personas, entre los conciertos del programa oficial y las actividades paralelas. Seis de los ocho conciertos completaron el aforo, algunos, como los de Jimmy Cobb y Ron Carter con casi un mes de antelación.

Jazz en la Costa se ha convertido en una cita absolutamente internacional, tanto por el cartel que ofrece como por la asistencia de público, ya que el 70% de las entradas se venden fuera de la provincia de Granada, y curiosamente a espectadores ingleses, alemanes y portugueses como nacionalidades más abundantes, lo que una vez más sugiere la idoneidad de la oferta alguna vez anunciada del bono-jazz, que incluya transporte, entradas al Festival y alojamiento. Dentro ya de nuestro país, los puntos más lejanos en los que se han vendido entradas han sido Gran Canaria y Vitoria, paradójicamente una ciudad, esta última, cuyo festival ofrece algunos conciertos compartidos con los de Almuñécar, pero a un precio superior.

Según la organización, este año ha sido, a pesar de la crisis, el año en el que se han vendido más entradas y más rápido, lo que se entiende desde el festival como un acierto en el carácter, netamente jazzístico, del programa de esta edición por encima de otros estilos musicales. Y de entre los artistas que han actuado en el parque de El Majuelo desde el día 25, la gran sorpresa ha sido el concierto del saxofonista italiano Estefano de Benedetti, que junto a Esperanza Espalding agotaron todos los discos que estaban a la venta en el kiosco de merchandising del festival.

El director del festival, Jesús Villaba, considera que Jazz en la Costa está en un punto "decisivo" tras 22 ediciones, "en el que necesariamente se tiene que crecer" ya que "han surgido decenas de festivales veraniegos, con grandes presupuestos y un fuerte apoyo", y continúa: "cada día cuesta más mantener el nivel".

Jazz en la Costa está organizado por el Área de Cultura de la Diputación de Granada y el Ayuntamiento de Almuñécar, contando con la colaboración de la Junta de Andalucía y el respaldo de Cervezas Alhambra como patrocinadores.