Texto y fotos: David Martín Page
Después de agotar las entradas desde hace varios meses y no precisamente a precios populares (72 € del ala) Wilco por fin aterrizó en Madrid para presentar su nuevo Lp: Wilco (the Album) que todavía no había salido a la venta pero que el personal ya tenía bien descargadito (y por supuesto, también un servidor).
Pues bien, abrieron la noche la banda de New York: 'Akron/Family' en formato trio e intentando animar el estático ambiente de butacas del Teatro Haggen Dasz con su Hippy-Rock minimalista y movidito que aunque no tenía nada que ver con el estilo de Wilco si servía para augurar una noche diferente, alejada de poses y estrellatos y más centrada en el buen gusto y el feeling.
Puntuales como un reloj y con todo el mundo perfectamente sentadito, Wilco subió al escenario a las 22:00 comenzando con la exquisita versión acústica de 'Sunken Treasure' en medio de un silencio maravilloso y perfectamente respetuoso.
Lo que vino después, musicalmente hablando, fue sencillamente una de las demostraciones más apabullantes que un servidor ha podido ver jamás sobre un escenario. La clase y exqusitez rabiosa que derrocha esta banda de Chicago no es muy habitual y el sonido que desprenden éstos músicos llega a convertirse en cierta medida en un especie de híbrido que abarca lo mejor de la historia del Rock, desde los Birds hasta los Beatles, de Bob Dylan a Sonic Youth... pero conservando en todo momento ese estilo que les ha convertido en una de las más grandes bandas de ésta década.
El repertorio estuvo sabiamente basado en gran parte en dos de sus discos fundamentales : el experimental 'Yankee Foxtrot Hotel' y el rabioso 'A Ghost is Born' obras maestras que reinventaron el género Americana tan en boga en los últimos años, así como 3 canciones de su más reciente 'Sky Blue Sky'.
La orgía sonora de 'Chicago', 'Spiders' y 'At Least That's What You Said' hacía revolverse al público de sus butacas, la delicadeza de 'Hummingbird', 'Muzzle Of Bees' o 'You Are My Face' cortaba el aire gracias a un sonido perfecto y equilibrado. La banda de Jeff Tweedy parecía disfrutar plenamente sobre el escenario de su maravillosa obra sónica y los duetos guitarrísticos perpretados en 'Impossible Germany' entre éste y Nels Cline nos recuerdan que estamos ante una combo mítico que no tendría nada que envidiar de la mejor etapa de, por ejemplo, Allman Brothers.
Después de dos bises y con la gente levantada de sus butacas y a pie de escenario, Wilco consiguió despedirse de Madrid dejando una agradable sensación de haber visto algo único, un recital de dos horas con mucha clase que auna lo mejor de la música Rock atemporal de ayer, hoy y siempre y que sirve para demostrar que lo que está bien hecho... bien hecho está.
¡Larga vida a Wilco!
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