Texto y fotos: Juan Jesús García
Guerrero García + La Guardia: Los hijos mayores del rock and roll
Con Guerrero García y La Guardia ha comenzado Cinema 2000 un novedoso aprovechamiento musical de sus instalaciones en días y horas de baja afluencia cinéfila, abriendo para conciertos un espacio nuevo en la ciudad de Granada, céntrico y cómodo; de la asistencia de público, caben unas 400 personas, dependerá una programación más estable.
Y para la inauguración propusieron un cartel muy granadino que recuerda, por implicados y cancionero, al paquete 'oficial' de los años ochenta: La Guardia y Guerrero García. La Guardia de Manuel España ejerció de grupo telonero de unos Guerrerogarcía, que fueron más García que nunca por la ausencia (baja sanitaria) de Tony Guerrero.
Desde que España reactivó la marca registrada La Guardia, parece no poder salir del redundante circuito de la nostalgia. Como a otros grandes veteranos, sean Burning o Barón Rojo por ejemplo, les cuesta introducir material nuevo ya que su público quiere escuchar siempre lo mismo y sea por confortabilidad rentable o por imperativos de mercado terminan encasquillándose en un cancionero de época. A favor de España y su Guardia está que lo intentaron con 'Sobre ruedas' con canciones como 'Penúltimo rock' o 'Pequeña Lolita', que toca en directo, y que lleva a su alrededor unos músicos ajustados a su cometido, y que cuando se sueltan (en el largo desarrollo de 'Me voy a esconder', por ejemplo) se destapan y sacan mucho más de lo que necesitan las sencillas canciones del programa de 'oficial'. Él mantiene la voz en perfecto estado y su agraciada estampa escénica, pero cuando busca la comunicación se dirige al público como si no hubiesen pasado los años, por más de que adolescentes ya sólo lo sean los hijos de los que tenía delante; afortunadamente para la audiencia la alta reverberación del local emborronaba sus palabras hasta hacerlas inteligibles. En ese 'dar a la gente lo que esta quiere' que dijo Ray Davies, La Guardia de Manolo España no retoca las canciones, que suenan (algunas más frescas que otras, que igual que unas mantienen su lozanía impecable, otras no han envejecido tan bien) como fueron grabadas y habitan en la memoria colectiva. Remacharon el carácter 'oldie' de su actuación con versiones de otros compañeros eméritos como Tequila, Antonio Flores y Burning.
Sin Tony Guerrero en la segunda guitarra, Guerreo García han reconcentrado su oferta yendo a lo concreto y con menos florituras. Desde la óptica del revisionismo su actuación tuvo algo de concierto autobiográfico de José Antonio García, ya que al excelente material del disco homónimo, añaden un buen puñado de canciones de 091 y hasta se remonta a TNT con aquel 'Te he prometido' de Leo Dan. A diferencia de los teloneros, Guerreo García hacen propio todo lo que tocan, sin concesiones, y con tantas ganas como oficio: Son los "hijos mayores del rock and roll" como dijo su cantante, y han sabido crecer en paralelo a su gente. Curiosa noche, en la que siendo coetáneos y compañeros en la historia del pop granadino, unos alumbran el futuro con las luces largas puestas y otros sólo encienden las de marcha atrás.
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