Texto y fotos: Juan Jesús García


TNT y Digital 21: Urban Vegas Punk

El segundo de los conciertos del denominado Urban Vegas Folk de Chauchina se convirtió en una enérgica revisión de las dos formas de entender el punk, la tradicional de guitarras a cargo de los TNT y la electrónica con Digital21. A estas alturas sin duda ya folk urbano como se anunciaba en el cartel, donde la electricidad ha sustituido a los almireces y las botellas de anís de El Mono.

En el caso de los reconstituidos TNT, ahora por fin con la formación inicial, la que nunca llegó a grabar ningún disco puesto que se desmembró antes, parecen dispuestos a querer su parte en esta segunda, y madura, oportunidad. El mes que viene en el Zaidín se cerrará el círculo, volverán al lugar del Crimen (Don José Crimen, el de su charlestón) puesto que ellos fueron socios fundadores del ahora longevo festival. Y puede que lleguen en muy buena forma a juzgar por lo expuesto en Chauchina, donde un creíble comando supera el estereotipo de su guardarropía de documental sobre Sierra Maestra, a golpe de intención y , lo que ya es más difícil veintitantos años después, ganas. Alguna de sus canciones no supera la prueba del tiempo y otras pecan de la ingenuidad de los adolescentes desatados que eran entonces, y hasta tocan algo que casi les empareja con Medina Azahara, pero el grueso de su repertorio mantiene el tipo con orgullo de raza sin convertirse en BSO del parque temático del imperdible. Y eso, con un sonido de doble cañón, promete TNT para rato.

Como puente para la versión sintética de Miguel Mora, sonaron algunos comodines de la baraja punk, 'London Calling' y el 'God save the queen', recibiendo el testigo el malagueño que como siempre desató la galernas comprimidas en su ordenador con el apoyo de un batería y un programador. Ritmo implacable para agitar las masas sobre el que dibuja con sitar, theremin y guitarra, y monta sus muy airadas proclamas. Curiosamente ambos recordaron los tiempos de Parálisis Permanente, con el 'Unidos' los granadinos y 'Quiero ser santa' el malagueño ' y es que el autosuficiente concepto enfermo del punk del malogrado Eduardo Benavente es ya también folclore popular de finales del siglo pasado.