Los húngaros de la Kerekes Band pusieron a bailar al Parapandafolk
La tercera noche del festival Parapandafolk de Íllora ofreció la posibilidad de escuchar a tres nombres muy distintos en edad y contenido: el histórico folclorista Ismael Peña, la música ibero-bereber de Atroj y la locura de los magiares Kerekes Band, que pusieron a todo el público a bailar.
La generación que ahora tiene en torno a los cuarenta años creció con Ismael gracias al programa de divulgación musical que tenía en la televisión, 'La banda del Mirlitón "un programa por el que yo me dedico a este oficio" como confesó en su actuación el músico Manuel Mateo cuando presentó a su nuevo proyecto Atroj. La actuación de Ismael fue muy sencilla y didáctica: con la sola compañía de parte de su museo de instrumentos, viejas zanfonas, dulcimer o un curioso arrabel hecho con huesos de cordero fue soporte suficiente para sus romances, jarchas, fandangos y coplas de pastor entre otras modalidades del folk peninsular. Muchas de ellas cargadas de picardía y crítica 'verde' al clero, y otras hasta irreproducibles en los tiempos de la corrección política. Por ser Granada donde se presentaba recordó también algunas coplas históricas como la de 'La toma de Granada' e interpretó algunas de las piezas recogidas y armonizadas por Lorca. Como 'La Tarara (puesta graciosamente al día en fondo de armario: la Tarara lleva ahora microfalda), el 'Romance de los mozos de Monleón' o 'Las tres morillas de Jaén'.
Tras su entrañable presencia el escenario cambio de régimen con la música de Atroj, un cuarteto de reciente formación pero que incorpora la larga trayectoria del muy experimentado investigador de músicas populares andaluzas como es Manuel Mateo. Esta formación de exquisito sonido y propuestas novedosas se movió a ambos lados del Estrecho, uniendo la canción peninsular con timbres bereberes y sefardíes. Canciones extremeñas ('El retrato'), castellanas ( 'El reloj de Valdetorres') y andaluzas ('Los pastores') sonaron completamente remozadas y cantadas simultáneamente a dos voces en español y el tamazight bereber, y con una exposición ondulante y de efectos hipnóticos. Su última interpretación 'la mar por medio' la dedicaron "a todas esa criaturas que se quedan en el camino".
En el Parapandafolk dieron su primero concierto español los húngaros de la Kerekes Band, una formación que ha sido nombrada como 'embajadora cultural' de su país. Su concierto resultó un descubrimiento para todo el público por la alegría, el sentido del humor y el virtuosismo de su música. Mezclan la energía del rock y el funk (hasta la música Disco) con las músicas magiares, turcas y balcánicas y ante el resultado es imposible parar de bailar. Presentaron su grabación 'Pimasz' que ha sido 'disco de oro' en varios países de la Europa Oriental. Sus laúdes y mandolinas suenan como guitarras de heavy metal y el flautista Fheer Zsombor es un absoluto líder en términos de pop, además de un músico inmenso, capaz de sacar sonidos inauditos ayudado por una pedalera gigantesca a su colección de flautas y gaitas midi. A las tres de la mañana todavía el público les pedía más.
|