Terence Blanchard clausuró 'Jazz en la Costa' con un concierto dedicado a las víctimas del Katrina
El trompetista de Nueva Orleans Terence Blanchard cerró anoche las nueve actuaciones programadas en la vigésimo primera edición del Festival Jazz en la Costa.
Dueño de un currículum impresionante, se presentó en Almuñécar con un concierto muy ambiental, sobrio, elegante y preciso, acompañado como siempre de muy jóvenes músicos pero de una gran competencia. Fue el caso del melódico hasta la ingravidez pianista cubano Fabián Almazán o el tenorista Bruce Winston, cuya expresividad pausada y muy grave fueron dos de los elementos (con la capacidad climática del baterista Kendrick Scott) vitales para el proyecto del trompetista orientado esta vez hacia el dramatismo sonoro. Quien ha visto a este músico, calificado por el patriarca Miles Davis como el "mejor de su generación" en otras ocasiones echaría de menos un poco más de fuego en su soplo, pero tras su irrupción en el cine como compositor de bandas sonoras parece que hay más de representación musical que de improvisación repentizada en lo que tocan, en su caso con solos muy contenidos y continuos cedas el paso a sus compañeros. Su larga actuación -superó holgadamente la dos horas- tuvo en la segunda parte su momento más emotivo, al interpretar dos estremecedores suites 'Leeves' y 'Funeral dirge' inspirada en la vida de los supervivientes del huracán Katrina y dedicado a sus vecinos "yo soy de N.Orleans', explicó, que murieron en las inundaciones; recordando de paso la "ineficacia" de la administración Bush en aquella dramática situación. El silencio ante tan dos tristísimos piezas de casi 45 minutos fue respetuosísimo y se rompió con el estruendoso final que puso punto final al Festival por este año.
La muestra sexitana ha tenido este año una ocupación plena que supera los 15.000 espectadores en su oferta de actuaciones del programa oficial. Jazz en la Costa está organizado por el Àrea de Cultura de la Diputación provincial y el Ayuntamiento de Almuñécar con la colaboración de la Junta de Andalucía y el patrocinio de la empresa Cervezas Alhambra.
Para el director del Festival Jesús Villalba la de este año ha sido "una programación variada de la que han podido disfrutar todos los espectadores. Este certamen es una pequeña joya cultural, tanto por el cariño del público, el apoyo de las instituciones como por el entorno donde se celebra. Unas connotaciones especiales de las que pocos festivales pueden presumir. Así lo reconocen los músicos que participan en el Festival. Todos se quedan encantados, tanto por la organización como por el público", y que además tiene algunas peculiaridades propias ya que "es un festival que no tiene criterios comerciales y posiblemente sea el más rentable de cuantos se celebran en Granada, tanto en ratio precio/espectador como en difusión en medios de comunicación. Es un Festival modesto que ha crecido por las voluntades de muchas personas y no a golpe de talonario. Sencillo, sin lujos y sin etiquetas sociales, como el jazz".
Los responsables políticos, Asunción Pérez Cotarelo por parte de la Diputación y Dolores Rull por la municipal, se mostraron también muy satisfechos por la evolución esta edición de la muestra "donde hasta las actuaciones menores han sido grandes conciertos" según la Diputada, asegurando de paso un mayor apoyo institucional para la muestra porque "hay que dar un empuje a las producciones propias que obtienen tan buen rendimiento como 'Jazz en la Costa".
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