Texto y fotos: Eduardo Tébar


The Morlocks: Estricnina para el muerto

Al cantante de The Morlocks ya le habían enterrado. No en vano, la revista norteamericana Spin llegó a 'certificar' la defunción de Leighton Koizumi. En realidad, la estrella de facciones niponas y hechuras de Iggy Pop se había tomado un descanso voluntario. Un letargo de correrías anónimas que ahora rompe resucitando a la banda más salvaje que surgió en San Diego en el revival 'garagero' de los ochenta. Coetáneos de The Cynics, en su día grabaron para el sello Epitaph y 24 años después de su debut, los Morlocks vuelven con un disco rompedor bajo el brazo, 'Easy listening for the underachiever', y un furgón a prueba de crisis de transporte y combustible. No es broma: están actuando por toda Europa a razón de concierto por noche.

Los Morlocks estacionaron en Granada para actuar en la sala Planta Baja. Tocaron poco más de una hora, por aquello de la dosificación, pero al público le supo a toneladas de gloria. Es imposible dar más. Koizumi ha reconstruido una formación atronadora en la que se permite el lujo de llevar como bajista a Jake Cavaliere, carismático líder de Lords of Altamont, y a un par de guitarristas como Bobby Bones y Leny Pops, que se ajustan al libro de estilo del 'garage' del 65 sin perder ductilidad para lecturas rockabilly.

El directo de los Morlocks es un tributo permanente a los Seeds, a los Sonics. En definitiva, al 'garage' más excitante que se facturó en Estados Unidos hace más de 40 años. Un movimiento de rock n' roll embrionario y sucio, donde se sitúan los auténticos orígenes del punk y que tuvo una resonancia privilegiada en las emisoras de radio de onda media. Aunque los Morlocks de 2008 no se limitan a bordar los ejercicios de guitarras machaconas infectadas de 'fuzz' con giros rítmicos afilados. También entusiasman con el arpegio, como en la onanista 'My friend the bird', recordando a los Flamin' Groovies.

Debido a la insistencia de unos asistentes entregados 'a morir', el grupo se vio forzado a regalar tres temas que estaban fuera del guión. Antes, habían encendido la mecha con un repertorio altamente inflamable: 'Sex panther', 'Teenage head', 'Dirty red', 'You burn me out'... Muchos se hubieran quedado allí toda la noche renunciando a su descanso. ¡Leighton Koizumi es capaz de hacer bailar a un muerto!