Texto y fotos: Juan Jesús García
Magic: El regreso de El rocker
El año pasado, invitados para una fiesta de la quinta de los ochenta, desempolvaron las guitarras, que en algún caso llevaban más de diez años en el altillo. Y al tirón tocaron medio repertorio que llevaba perdido aún más tiempo. Las carcajadas posteriores les animaron a volver, "seguir" según ellos. La pasada semana Magic dieron el primer concierto en serio. Y se volvieron a reír.
Situémonos: mediados de los ochenta; la Granada musical se divide entre los grupos sinfónicos y los restos del rock andaluz, el punk iracundo y el rock de duro a durísimo. Magic se puso a la cabeza de este último, pero ojo con cierto caché: que ningún grupo de este país ha tenido un letrista como Antonio Muñoz Molina, y luego también -sería la primera vez que ambos se verían en estas- Luis García Montero. Y reinaron en toda regla en la escena metálica andaluza si bien su condición de periféricos y el declive del sector tras la eclosión de todas las 'movidas' les cerró las puertas de un legado discográfico. Anteanoche sus veteranísimos compañeros de escenario, Coz, se asombraron de que un grupo así no hubiese llegado más allá de nuestra Comunidad, pero eran otros tiempos y en la era del vinilo sin discos no existías.
Cuando terminaron de tocar los esforzados Oberluc, una pancarta donde releía "Magic forever" saludó la salida del quinteto con una de las que fueron -son- sus mejores piezas 'Ayúdame'. A este reestreno asistió gran parte del publico y músicos 'entonces', y sorprendentemente bastante gente con pinta de escuchar en aquel momento como mucho las canciones infantiles de Rosa León, pero es que el nombre de Magic forma parte de la mitología local para los duros del lugar. Hasta su manager de entonces, Francisco Ramírez, que también lo sería de 091 e inspirador del corto de Tacho Gónzalez 'Mi tío Paco' apareció por allí.
El grupo, ahora con Pablo Román en el papel de Antonio Ramos 'Maca' (reputado músico de sesión y bajista de lujo: Vicente Amigo, Raimundo, Ketama, Tomatito, Estopa...), suena mejor que nunca lo hicieron, por razones técnicas y por las ganas que le echaron. Uno recuerda que sus conciertos se hacían eternos, pero resumidos a diez piezas y jugando con la excepcionalidad del momento a favor, en la Tren dejaron ganas de más, y la gente se lo pidió insistentemente, pero el rigor horario de la sala no lo permitió. Si alguna de sus piezas no ha salido bien parada por el paso del tiempo ya que la ingenuidad y el maniqueísmo del momento son ya historia remota, instrumentalmente temas como 'Traidor', 'Betty y Wilma', 'El reloj' o 'Rocker' sonaron muy bien artilladas y a estas alturas homologables, para nada con lo que se entiende ahora como metal, pero sí con el sofisticado AOR americano de impecable ejecución e infalible presentación. Luego aparecieron Coz y las chicas -ya señoras- se pusieron a guerrear.
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