Texto y fotos: Juan Jesús García
Extratonauta Pop Dance Festival: Lagartija All Stars
Al margen de tener alrededor al grupo sensación de la temporada pasada Triángulo de Amor Bizarro, y a otra de los pocas marcas en lo que va de siglo 'que vende entradas' como es Sidonie, el mayor atractivo de esta tercera edición del Extratonauta Festival ha sido el reencuentro de Lagartija Nick con el 'Inercia', el corazón de aquella trilogía 'Hipnosis-Inercia-Su' que colocaron en tromba a la formación granadina en la primera división. Una moda, la de los 'retrobolos' que empieza a cundir: Hamlet viene en breve a Granada con 'Sanatorio de Muñecos' y 'Revolución', los dos discos que les pusieron en el mapa. Los de Arias también tiraron de su debut, todavía en la era del vinilo, para completar una actuación que tuvo otra sorpresa añadida: la reincorporación por un día de la antigua artillería guitarrera del grupo: Miguel Pareja y Juan Codorniú; sólo faltaron Paco Luque y José Ignacio Lapido (lo fue también, el primero) para completar toda la alineación de guitarras del grupo.
Pero antes de ellos asomaron Triangulo de Amor Bizarro. El ambiente fue muy receptivo para ellos y una Copera casi llena refrendó con su presencia (y su dinerito) la idea del Extratonauta Festival, un proyecto a defender con uñas y dientes y que por fin cuenta también con el calor humano. El trío gallego no solo no defraudó sino que despertó con su crudeza algo que teníamos adormecido con tanto adocenado indiepop: la inquietud. Puede que en grandes dosis aparezca el fantasma de la redundancia pero sesenta minutos son suficientes para enamorarse de su elementaridad y su capacidad de ruido. Más rock que pop en el escenario, mucho más crujientes en vivo que en el estudio, están en primero de Lagartija Nick y da la sensación de que arman lo que Eduardo Benavente haría en un disco homenaje a Surfin Bichos, o viceversa. La aspereza de 'Quienes son los curanderos', el 'Himno de la Transición' o 'El himno de la bala' cargadas de distorsión y amartilladas con estribillos fotográficos son, y ya lo escribió alguien "una patada en la boca del rock español".
Tras la introducción del honorable Jesús Ordovás, Arias y los suyos se aplicaron en coger la velocidad de crucero de otros tiempos. Fue una ocasión inédita de contrastar las dos caras 'A' de la formación, la de Lorena y Víctor Lapido con Arias en la guitarra y la de Pareja y Codorniu y Antonio en su antiguo bajo. Una noche especial en la cumbre de un grupo que no se quiso perder el (casi) todo Granada y que en absoluto resultó un episodio de nostalgia dado que tanto interpretación como material resultaron soberbios. Tras ellos Sidonie, Modele Fatale, Delorean y los Dj´s invitados (salvo Junior) completaron los anunciados 36.000 segundos (con 3.600 más por el cambio de hora) para gastar suela.
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