Texto y fotos: Juan Jesús García
Recargables: pastillas de rock and roll
Estuvieron más de diez años en dique seco, pero a la vista de que nadie ha podido ocupar su sitio, Los Recargables volvieron hace dos temporadas y en estos días publican su segundo cedé. Pasar al disco es algo que dejaron pendiente en los primeros noventa, cuando fueron un grupo muy popular en Andalucía dando centenares de conciertos, pero era entonces muy complicado llegar al vinilo y ellos se quedaron sin poder acceder a la inmortalidad de publicar lo que tenían grabado. De aquellas canciones sólo recuperan una pieza: 'Tiempos duros', y es que éstos lo son tanto como aquellos (estoooo ¿y cuándo cambiarán? Que cantaba aquel). Sin embargo "el combo de fiera convicción rocanrolera" con el que bromeó el dibujante Soria en la portada de IDEAL sigue en sus trece (ya quince y más), ahora repartiendo 'Extraña medicina', como se llama su nuevo disco, un frasco lleno de pastillas de rock and roll, complemento vitamínico ideal para espíritus vencidos y piernas cansadas; posología la de siempre: ¡máximo volumen!
La formación que se presentó en el Organ Jazz suma a la base habitual de Ferrol, Palma y Varela caras conocidas como la de Ana y Andy Pneda (Single Pollo, Los Profesionales...) que encajan a la perfección en el romanticismo sonoro del grupo (aportando además un poco de piel de caimán en sus botas tejanas a la estampa), o la de sorpresa del bajista ¡polaco! Dziewial Towicz. "¡Y si alguien sabe tocar rocanrol con un saxo que se suba", invitó Ferrrol, que ha cambiado la (tercera) guitarra por un piano honky tonk y el temblor del órgano hammond.
Hasta hace poco la fijación estoniana de Recargables llegaba matizaba por nada ocultos respetos a Burning o Tequila, ahora, a través de los argentinos es más perceptible ese soniquete burlón, colorista y festivo del rock & roll porteño, mucho más allá de que hagan alguna versión de Fito Paéz, a fin de cuentas en Dalí del sector. 'Medicina' y el homónimo 'Recargables son el programa de lo que tocan en directo. Canciones vitalistas, a ras de suelo y con el lirismo perdedor del que ha dejado pasar todos los trenes sin darse cuenta y mira las vías hasta que se juntan en el horizonte: costumbrismo épico habitual en esta música. Canciones construidas con dos guitarras bien complementadas, en la sensatez una y la garra de la otra, una rítmica ajustada (incluyendo al bajista que toca rock ¡con partitura!) y la creíble voz de Ferrol sin tratamiento ninguno, tal y cómo suena; la idea del saxo en magnífica. Y como no todo van a ser rocanrolitos en la vida, también le pegan un par de lingotazos al bote de jarabe funk para que la cosa se agite por los bajos. Es sólo rocanrol, ya, los de siempre, pero tiene poderes sanadores. Toma del frasco Carrasco, ¡levántate y baila!
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