Chucho Valdés pone a bailar al público del Festival de Jazz de Granada
El pianista cubano Chucho Valdés cerró en la noche del domingo el programa principal del XVIII Festival de jazz de Granada. En la próxima quincena la muestra ofrecerá actuaciones por diversos locales de la ciudad y los dos conciertos que este año se engloban bajo la denominación de 'Cervezas Alhambra Blues Festival'. La muestra granadina está organizada por el Ayuntamiento de la ciudad, Cervezas Alhambra, Cajagranada y la Delegación de Cultura de la Junta, contando como entidad colaboradora con la Diputación Provincial.
Considerado uno de los pianistas más completos del mundo, el hijo de Bebo Valdés, hermano de Caridad Valdés y padre de Leyanis, todos artistas, Jesús 'Chucho' Valdés cerró el festival como hace cinco años lo abrió. En ambas ocasiones triunfó completamente, en este caso logrando que la gente que llenó anticipadamente el teatro Isabel nada más conocerse su presencia se levantara para bailar chachachá, cuando los ejercicios de virtuosismo terminaron y le tocó el turno al cuerpo.
Acompañado por su trío habitual en estos últimos años, el formado por Lázaro Rivero, Juan Carlos Rojas y Yaroldy Abreu, Valdés inició la gira de esta temporada en Granada, reservando buena parte de su espectáculo para su hermana Mayra Caridad. El concierto comenzó y terminó invocando a los dioses del jazz, primero a Duke Ellington con la elaboración 'a la cubana' de dos estándares como 'Satin doll' y 'Caravan' y dejando a Miles Davis y su 'Solar' para terminar. Pero entre medias fueron los dioses afrocubanos, los santeros orishas los que mandaron con sus cueros y tambores.
Chucho tuvo canciones para su abuela Caridad Amaro, precisamente la bella pieza que interpreta en la película 'Calle 54', y recientemente también ha compuesto un homenaje para su compañero "y maestro" dijo Joe Zawinul, recientemente fallecido; en este tema de recuerdo se escucha la potencia del 'Birland' de Weather Report dando la mano a un 'Mansiero' sentimental. En ese punto del concierto apareció su hermana, torrencial vocalista que impulsó un 'Cómo fue' a altos niveles de dramatismo, para improvisar haciendo un sui géneris scat después y bajar a las celebraciones rumberas de los guateques de solar. Fue muy aplaudida por su espontaneidad y por el sabor a guateque de Centrohabana que despedía la señora volvería luego para bailar al final. En una rueda de solos individuales el pianista se arrimó a otro clásico del tamaño de 'Bésame mucho' aunque con citas con sabor a Chopín y Debussy, que con Lecuona forman su principal santoral clásico.
Las telúricas invocaciones de los chekerés lanzados en el tema 'Los Güiros', con el que suele terminar, dieron paso en el bis a una cita formal con Miles Davis vía Bill Evans, a quien admira. Pero más allá de la cita intelectual, a esas horas mandaban ya los sentidos y el segundo regalo fue el rumbón colectivo, a ritmo de Chachachá, palmas y contoneo de caderas. Un final caliente para un festival que este año no ha dejado ninguna entrada por vender.
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