Texto y fotos: Juan Jesús García
Galliano & Burton: Conexión Francesa
Nacer en Cannes obliga al buen gusto, y hacerlo en Indiana parece que a la aventura, así que Richard Galliano y Gary Burton decidieron hacer una exploración exquisita de sus espacios comunes, casi todos musicales ya que ninguno habla el idioma del otro, pero cuando tocan se entienden perfectamente: Piazzolla, 3x4, Bill Evans y Jobim fueron los términos que combinadas de varias en varias dieron lugar a las dos horas más afrancesadas de la historia del festival desde que Grappelli lo inauguró hace ya 28 años. Ahí es nada el 'Efecto Sarkozy', dispuesto a que la 'patrie' vuelva a tener influencia en las colonias, sea Chad y o nosotros, que lo fuimos un rato hasta 1808.
En el espacio sonoro que hay entre Miles Davis y Piazzolla es donde se sitúa este paseante concierto, a la vera del Sena, con la tristeza 'cool' del cielo gris encima y cubierto por el obligatorio paraguas de Chebourg. Los dos músicos se entienden perfectamente y coinciden en la seducción de la música 'bajisonante' y ambos llevan algún tiempo con este concierto montado, que corresponde casi al 100% con los grabado en el último disco del francés: L'Hymne A L'Amour'; registro donde aparece también el comedido baterista Clarence Peen, que ni en su solo propio e intransferible estuvo tentado de alzar algo la voz para no romper el encanto: las luces tenues, de azules a violetas completaron la melancolía del cuadro.
La sensualidad del Acordeón y la delicadeza inasible del vibráfono se complementaron en estas dos horas de actuación donde ambos se entendieron como iguales, fueron libres por definición jazzística, y solidarios entre ellos, haciendo bueno el histórico lema a través de una música muy, muy emotiva y sensual, quizás algo uniforme en sus cadencias, y ejecutada con un virtuosismo incontestable.
'Heavy tango' fue el primer tema de un concierto que está dedicado a la Piaff que cantó ese 'Himno al amor' con el que la recordaron. Del Buenos Aires querido de la 'Milonaga is coming' cambió el tiempo para la bella 'Laurita'. Y si ya el bandoneonista argentino había aparecido en alma y también en cuerpo presente, seguidamente lo harían Jobim, otro comodín de ambos músicos, o Bach, parte de cuya 'Sinfonía en sol menor' dio buena muestra de algunos intereses recientes del vibrafonista americano.
Precisamente su solo sobre el 'O grande amor' de Jobim (aquella lejana pieza del disco naranja con la que hicieron público el amor que paseaban Astrud Gilberto y Stan Getz por Almuñécar) fue uno de los momentos más aplaudidos de la noche, replicado por el acordeonista con una pequeño instrumento con tanto de melódica como de armónica y ecos del 'libertango'. El tono más jazzístico llevó la firma de Bill Evans con una delicadísima improvisación de ambos músicos antes de dibujar la melodía escrita en 'Waltz for Debby' con esa peculiar cadencia del 'french swing'. Y ya en la recta final del concierto, a donde el cuarteto se dirigía a imperturbable a ondulante paso de vals, se despidieron de nuevo por tango. Francia también existe. Oui.
Richard Galliano y Gary Burton trajeron París a Granada
En la recta final del festival de Jazz de Granada había mucha expectación por escuchar al acordeonista francés Richard Galliano, por la propia trayectoria del músico, porque era el primer acordeón estelar de la muestra en sus 28 años de vida y por que llevar a Gary Burton como compañero era un lujo. El Teatro municipal Isabel La Católica volvió a exhibir su lleno completo como está siendo habitual en esta edición. La muestra granadina, una de las más veteranas del estado, está organizada por el Ayuntamiento de la ciudad, Cervezas Alhambra, Cajagranada y la Delegación de Cultura de la Junta, contando como entidad colaboradora con la Diputación Provincial.
Richard Galliano ocupa un sitio especial entre la música tradicional francesa, la chanson y el jazz, y la huella que dejó en él un músico como Piazzolla es perceptible tanto en su música como en el concierto que dio con el vibrafonista de Indiana, también en su momento fascinado por el bandoneonista bonaerense: ambos ocupan el sitio que queda entre Miles Davis y Astor. En la música que se escuchó se unían el peculiar sentido parisino del swing, tango, valses prototípicos de la orilla del Sena, baladas de Bill Evans, clasicismo de Bach, evocaciones al Keith Jarrett más vaporoso...
'Heavy tango' fue el primer tema de un concierto que lleva ya algún tiempo montado y que corresponde en gran parte a lo grabado bajo el nombre de 'L'Hymne A L'Amour' y que toma su denominación de la canción de la Piaff que también interpretaron, un cedé registrado por una formación similar a la que actuó en Granada. La bella canción 'Laurita' cambió el tempo adentrándonos en el ritmo de vals habitual en la música parisina y sobre el que la noche volvió intermitentemente. Con 'Milonga is coming' Piazzolla se hizo ya de cuerpo presente, así como Jobim , otro comodín de ambos músicos, o Bach, parte de cuya 'Sinfonía en sol menor' dio buena muestra de algunos intereses recientes del vibrafonista americano. Precisamente su solo sobre el antiquísimo 'O grande amor' de Jobim fue uno de los momentos más aplaudidos de la noche, replicado por el acordeonista con una pequeño instrumento con tanto de melódicas como de armónica y ecos del 'libertango'. El tono más jazzístico llevó la firma de Bill Evans con una delicadísima improvisación de ambos músicos antes de dibujar la melodía escrita en 'Waltz for Debby'. Y ya en la recta final del concierto, a donde el cuarteto se dirigía a imperturbable paso de 3X4 de vals, de nuevo Piazzolla les sirvió , esta vez con 'Triunfal' para despedir del público granadino un concierto especialmente mágico y vaporoso.
El festival terminará su programa central es te fin de semana con la presencia de Oregón el sábado 17 y Chucho Valdés el domingo 18 de noviembre.
|