Texto y fotos: Eduardo Tébar


Borderline Punk Rock Festival: Punk para todos

La noche punk que montó Borderline en La Telonera sirvió para testar el estado de esa música en Granada y al otro lado del Atlántico. Un género que, según nuestra academia, "surge con carácter de protesta juvenil y cuyos seguidores adoptan atuendos y comportamientos no convencionales". Dudosa definición para estas tres propuestas de distintas edades y pelaje con unos pujantes Cobradancers, el componente nostálgico de P.P.M. y la atracción por unos Briefs muy festivos llegados desde Seattle. Los Cobradancers de Malo Morano están cada vez más especializados en calentar estos saraos con su hardcore furioso y 'garagero', bien entendido por la vía de Eddie Cochran para acceder a Motörhead y de ahí a infinitas posibilidades. Su cantante atesora personalidad y avilantez. Y su crecimiento desde que a principios de año telonearon a los Meteors, entonces llamándose KO3, hace presagiar que dentro de no mucho nos encandilen con buenas grabaciones y mejores directos.

En cambio, P.P.M. volvían a subirse a un escenario desde el lejano 2003. El trío de Novi Wild Punk anda ocupado en otras cosas y ya ni siquiera saca discos. Pero cuando se reúne, y más en una ocasión tan especial, en frente de su público, nadie sospecha de su volcánica capacidad para bordar un repertorio que ya se puede catalogar de clásico, en el que hay ofrendas de los mismísimos Dee Dee Ramone o Andy Shernoff. Arrancaron con 'No future' de 'God save the queen', siguiendo un repaso por todos sus discos, desde el fundacional 'School' hasta 'Truth matters'. Temas de punk-rock redondo, que siempre se alejaron del prototipo de punkie que no sabe tocar. De eso pueden dar buena cuenta el guitarrista Javi P.P.M. y Rafa P.P.M. en la batería, engrasados y versátiles como en aquellos primeros pasos en 1989. Novi, por su parte, igual de provocador, igual de saltarín. Han sentado magisterio en el enfoque americano, lo que en Andalucía ha derivado en sólidos e internacionales exponentes como G.A.S. Drummers.

Al borde de la media noche, el termómetro ya estaba al rojo vivo y la afluencia de público crecida para los Briefs: los yanquis del cartel. A decir verdad, lo de la procedencia norteamericana resulta anecdótico. Su punk-rock bebe del lado británico, importando la rítmica 'nuevaolera' de Buzzcocks o Undertones y la apariencia pintoresca de Johnny Rotten. Ya lo anunciaba Novi P.P.M. antes del evento: "Saben plasmar muy bien el punk de finales de los setenta con actitud, energía, imagen y canciones". Y en efecto, su concierto fue el más estético y sudoroso. Dominan la herencia de sus maestros en pose y sonido. En directo son como polichinelas acelerados que obligan a agitar pies y cervicales sin parar, con sentido del humor; gestos bien adquiridos en este presente siglo, en el que se han mostrado prolíficos sin abandonar el kilometraje de su furgoneta. Piezas como 'Criminal youth' o 'My girl (wants to be a zombie)' caen como dinamita. Así que, ¡quién lo iba a decir! El punk no ha muerto. Al menos las canciones.